Según Johnson, quien reiteró sus intenciones de abandonar la UE el 31 de octubre, a como dé lugar, la propuesta elaborada por su gobierno para resolver el tema de salvaguarda irlandesa descarta la instalación de controles aduanales en la frontera común, y respeta el acuerdo de paz firmado en 1998.
Agregó que la intención es proteger las regulaciones existentes para los productores y empresarios a ambos lados de la línea divisoria, y que cualquier control que se establezca en el futuro sería resuelto mediante el uso de la tecnología.
El primer ministro británico recalcó, no obstante, que el Reino Unido está listo para abandonar la alianza sin acuerdo, en caso de que la UE rechace la propuesta que le presentará este miércoles, la cual calificó de razonable y constructiva.
En su discurso ante centenares de correligionarios, y que tuvo un sesgo electorero, Johnson aseguró que el Tory no es un partido antieuropeo, como tampoco lo es el Reino Unido.
Amamos a Europa, amamos a los europeos, pero después de 45 años de un cambio constitucional realmente dramático, debemos tener una nueva relación con la UE, afirmó.
El Reino Unido debió salir de la alianza europea el 31 de marzo pasado, pero la negativa del Parlamento británico a respaldar el pacto firmado por la entonces primera ministra Theresa May obligó a posponer la salida, primero para abril pasado, y luego para el último día de octubre.
El principal obstáculo es una cláusula introducida por la UE para evitar el restablecimiento de una frontera física entre ambas Irlandas, y proteger el acuerdo de paz de 1998.
La salvaguarda establece que la provincia británica de Irlanda del Norte continuaría bajo las regulaciones aduaneras y comerciales europeas hasta que ambas partes fijen los términos de su nueva relación económica, pero los euroescépticos británicos la consideran una violación de la soberanía nacional.
La oposición parlamentaria británica aprobó a principios de septiembre una ley que obliga al Gobierno a solicitar un aplazamiento del Brexit, en caso de que no se consiga firmar un nuevo acuerdo de salida antes del 19 de octubre, pero Johnson ha dicho que prefiere estar muerto en una zanja antes de pedir una prórroga a la UE.