Un aluvión que arrasó parte de pueblo ubicado en una zona montañosa del noroeste de Colombia dejó por lo menos 61 personas muertas y un número indeterminado de desaparecidas, en la peor tragedia de esta clase en la última década en el país sudamericano.
Las fuertes lluvias en la zona urbana y rural del municipio de Salgar, en el departamento de Antioquia, provocaron un alud de tierra y rocas que bloqueó el cauce de la quebrada La Liboriana, que posteriormente rompió la presa y provocó el aluvión.
Se registran 61 personas fallecidas. En total se tienen registradas 333 personas damnificadas, de las cuales 116 son menores de edad. Los afectados, están siendo ubicados en albergues temporales”, dijo el director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, Carlos Iván Márquez.
El paso del aluvión destruyó 31 viviendas, puentes, parte del acueducto y otra infraestructura de Salgar, un pueblo de 17 mil habitantes dedicado principalmente a la siembra de café.
“No sabemos cuántas personas están desaparecidas”, sostuvo el presidente Juan Manuel Santos, quien sobrevoló la zona y asistió a una reunión con autoridades locales en la que se declaró el estado de calamidad, una medida que permite agilizar el uso de recursos financieros para atender la emergencia.
Imágenes divulgadas por la Fuerza Aérea mostraron casas destruidas y calles repletas de lodo. Los habitantes salieron a las orillas de la quebrada a buscar pala en mano a sus familiares y amigos entre los escombros.
El comandante regional de la policía, general José Ángel Mendoza, dijo a Reuters que el aluvión se produjo después de que un desprendimiento de tierra en la parte alta de la montaña causado por las lluvias bloqueó el cauce natural de la quebrada.
Se deslizó el terreno sobre el cauce de la quebrada La Liboriana. Luego el agua represada provocó una avalancha que arrasó todo lo que encontró a su paso”, explicó el oficial.
Testigos relataron que entre las aguas se veían bajar cadáveres humanos, animales y enseres en medio de una espesa capa de barro y de maleza.
“Es una cosa que no tiene nombre, fue muy duro (…) temblaba la tierra”, dijo Raúl Gómez, un habitante que resultó ileso.
“La gente que uno conocía, niños, jóvenes, familias enteras perdieron su hogar. Estamos en alerta porque hay temor de que pueda venirse otra avalancha”, dijo María Gutiérrez.
A mí casi me da un infarto, se vieron olas grandes y se veía a la gente y a cerdos bajar en las aguas”, agregó.
El presidente Santos anunció subsidios para las personas que perdieron sus viviendas, así como recursos para la reconstrucción.
Helicópteros de la policía y la Fuerza Aérea evacuaron a por lo menos 100 personas que se encontraban en sitios de riesgo, mientras que 166 socorristas, apoyados por maquinaria pesada y perros, trabajaban en la búsqueda de desaparecidos entre el lodo y los escombros.
Con información de Excélsior