KABUL (Notimex) 12 de septiembre de 2018.- El balance de muertos tras el atentado suicida de la víspera contra una manifestación en el este de Afganistán se duplicó este miércoles, luego que las autoridades reportaron que 68 personas fallecieron y otras 165 resultaron heridas.
El hecho ocurrió cuando un grupo del distrito de Achin llegó al de Momandara para bloquear la carretera principal entre la capital Jalalabad y la frontera con Pakistán.
El ataque fue uno de los peores en Afganistán durante meses, pero las autoridades de seguridad han advertido que es probable que ocurran ataques similares a medida de que se acercan las elecciones parlamentarias de octubre.
Los talibanes negaron cualquier participación y ningún otro grupo se atribuyó de inmediato la responsabilidad, pero tanto los insurgentes como el grupo Estado Islámico están activos en el este de Afganistán, especialmente en la provincia de Nangarhar.
El portavoz del Talibán, Zabihulá Muyahid, recalcó que los insurgentes no tienen relación alguna con el atentado y afirmó que el grupo “no ataca objetivos civiles” y “condena los atentados contra la población civil”.
Los manifestantes solicitaban la destitución del jefe de la Policía del distrito de Achin, explicó el portavoz del gobernador provincial.
El ataque fue condenado por la Misión de Asistencia de Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA), que expresó su “creciente preocupación” por los numerosos ataques de los días pasados contra la población y edificios civiles.
A las condenas se sumaron el secretario general de la ONU, António Guterres, quien consideró “injustificables” los atentados.
“Se deben hacer todos los esfuerzos para llevar ante la Justicia a los responsables de estos ataques contra los civiles“, y reiteró que la ONU “permanece junto al pueblo y el Gobierno de Afganistán en su búsqueda de la paz y la reconciliación”.
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