Ellas cultivan la tierra, recolectan alimentos, agua y combustibles esenciales, y mantienen hogares enteros, destacó.
Aún así, no gozan de un acceso equitativo a la tierra, las finanzas, el equipo, los mercados y el poder de decisión, subrayó Guterres.
Los efectos devastadores del cambio climático también se suman a esas dificultades y exacerban las desigualdades, lo cual deja a mujeres y niñas aún más a la zaga, añadió.
Asimismo, continuó el secretario general, sufren de manera desproporcionada las pérdidas debido a los desastres naturales relacionados con el clima.
‘Escuchar a las mujeres rurales y amplificar sus voces es fundamental para difundir el conocimiento sobre el cambio climático e instar a los gobiernos, las empresas y los líderes comunitarios a actuar.’
Las mujeres rurales son un depósito de conocimientos y habilidades que pueden ayudar a las comunidades y sociedades a adaptarse a las consecuencias del cambio climático a través de soluciones basadas en la naturaleza, consideró el titular de Naciones Unidas.
Además, indicó, agricultoras y productoras desempeñan un papel central en la adopción de prácticas tradicionales y modernas para responder a la variabilidad climática y a los choques como sequías, olas de calor y lluvias extremas.
El Día Internacional de las Mujeres Rurales, que se celebra desde 2008, tiene como objetivo el reconocimiento al papel decisivo de ellas en el desarrollo, la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza.