“Si es necesario, enviaré a cuatro hombres a Siria. Podríamos provocar un caos de guerra lanzando un misil a Turquía. Podríamos, también preparar un ataque a la tumba del Sha Solimán, un enclave turco en suelo sirio donde reposan los restos del fundador de la dinastía otomana”.
Estas fueron supuestamente las palabras que pronunció Hakan Fidan, jefe de la Inteligencia turca y mano derecha de Tayyip Erdogan, durante una reunión de alto nivel el trece de marzo pasado.
Dos grabaciones de ese encuentro de secreto, en el que participaron Fidan, el ministro de Exteriores Ahmet Davutoglu, uno de sus altos cargos y el segundo jefe del Estado Mayor, han sido publicadas en la página web del periódico Cumhuriyet a media tarde del jueves.
En la cita, los presentes presuntamente debatieron cómo poder forzar una acción armada en Siria y sus consecuencias militares.
La opción que se discutió, se deduce de los comentarios que aparecen registrados, era lanzar un atentado de falsa bandera contra intereses nacionales que legitimara en la arena internacional una intervención en defensa de la soberanía turca.
Esta semana, el líder de la oposición Kemal Kiliçdaroglu había advertido, refiriéndose a fuentes propias, de la posibilidad de que Turquía atacara a Siria a fin de ganar apoyo electoral y desviar la atención de los casos de corrupción política aireados en los medios, especialmente por Internet.
Pocas horas después, en una nota de prensa, Davutoglu ha confirmado que la grabación se corresponde con una cita que sí tuvo lugar, aunque ha apostillado que algunos de sus pasajes han sido manipulados.
Es un “ataque miserable” a la seguridad nacional, una “actividad de espionaje que supone un delito muy grave”, ha dicho. Añadió que quienes estén detrás de ella recibirán el castigo más duro posible.
El jefe de gabinete turco, que por el momento no ha modificado sus actos de campaña electoral después de estallar el escándalo, ha exclamado en el curso de su visita a la ciudad de Diyarbakir que la aparición de la presunta conversación es una “inmoralidad” y una “villanía”.
A continuación el audio de la grabaciones en el video que se subiò a youtube.
YouTube, bloqueado
En los instantes siguientes a la filtración de las grabaciones, la Autoridad en Tecnologías de la Comunicación (BTK), que ya bloqueó Twitter hace una semana, ha clausurado el acceso al servicio de vídeos Youtube, en cuya página una cuenta anónima cargó las polémicas conversaciones.
Según la agencia Reuters, las autoridades turcas han contactado con Google, propietaria de YouTube, para exigirle que retire las controvertidas grabaciones como moneda de cambio para reabrir el servicio.
Al mismo tiempo, según el periódico Radikal, el presidente de Turquía Abdullah Gül se ha reunido en Estambul con el vicesecretario de Exteriores Ferudun Sinirioglu.
Exteriores ha negado que vaya a tener lugar una reunión del Consejo de Seguridad Nacional, tal y como habían especulado algunos medios de comunicación locales.
De acuerdo al Radikal, empleados de seguridad buscan en la sede donde tuvo lugar la cita crítica los instrumentos supuestamente usados para registrar las conversaciones que han salido a la luz. Más allá, se ha anunciado que la Fiscalía iba a investigar el incidente, aunque no se ha entrado en detalles.
La filtración pone contra las cuerdas al primer ministro a sólo tres días de unas elecciones municipales cruciales. Erdogan las había convertido en un plebiscito para medir el apoyo popular a su respuesta en las protestas antigubernamentales del verano pasado.
Según varias encuestas periódicas publicadas por la Fundación Plan Marshall Alemán de los EEUU, la mayoría de los turcos se opone a una intervención militar turca en siria. De lo que se desprende, por ende, que entre aquellos opuestos se encuentran también numerosos votantes del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) de Erdogan, que gobierna Turquía actualmente con algo más del 49% de votos.
(Con información de LLUÍS MIQUEL HURTADO Especial para EL MUNDO