Aumenta el número de localidades que no participará en el proceso electoral al mismo tiempo que se elevan los asesinatos de candidatos.
Texto e imagenes: Heriberto Paredes
MÉXICO (RT) 14 de junio de 2018.- A menos de un mes de las elecciones presidenciales en México, el contexto de las campañas no sólo se ha tornado polémico, sino violento. Además de elegir presidente, la población mexicana que emita su voto, lo hará por legisladores y en algunos casos por presidentes municipales (3.406 cargos en total), lo que ha removido el tamiz político en todos los niveles.
Sin embargo, algunas regiones en el país muestran una disidencia respecto a la instalación de casillas y la permisividad para efectuar las votaciones. La tendencia al cuestionamiento directo del proceso electoral crece en estados como Michoacán, Jalisco, Nayarit, Guerrero y Chiapas, aumentando así las poblaciones que no votarán el próximo 1 de julio (17 localidades o municipios hasta ahora).
Por ejemplo, la comunidad p’urhépecha de Cherán, ubicada en el corazón del territorio michoacano, con una población aproximada de 25.000 habitantes, decidió hace 7 años no continuar con el ejercicio de la política partidista y electoral, por lo que en este proceso –tal y como ocurrió en 2012 y en las elecciones intermedias–, tampoco participará.