El prototipo, que lleva por nombre DE-NEX, no emplea baterías ni conexión a electricidad, pues fue elaborado con fundamentos mecánicos de energías renovables, indicó la ingeniera Andrea Sánchez Náñez.
El aparato del equipo multidisciplinario tiene un sistema mecánico que concede el tratamiento de la muestra y un sistema biotecnológico, cuya operación interna permite detectar la enfermedad tras obtener una muestra de sangre.
En entrevista con la Agencia Informativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Sánchez Náñez explicó que el equipo desarrolló el método para controlar la temperatura de la prueba que se lleva a cabo dentro del prototipo, el cual forma parte de la propiedad intelectual con que fue protegido.
“Es un dispositivo que busca llegar a poblaciones vulnerables. Si el usuario necesita una detección, no requerirá ir al laboratorio, podrá hacer la prueba directamente con el dispositivo”, destacó.
El prototipo, hecho por Andrea Sánchez, Lucía Romo y José Garza, está diseñado para ser empleado por profesionales de la salud dentro del consultorio, farmacias o clínicas que tengan autorizado realizar pruebas rápidas.
“La aguja utilizada en este prototipo es retráctil, lo que significa que puede entrar una sustancia pero nunca salir, en este caso es la muestra de sangre”, detalló.
Sánchez Náñez describió que una vez obtenida la muestra de sangre, el sistema tarda dos horas en detectar si hay presencia de influenza.
Además, tiene un grado de efectividad de 96 a 98 por ciento, similar a la obtenida en un laboratorio, que va de 97 a 99 por ciento, con un costo ocho veces más barato que en un laboratorio.
“En un laboratorio, la prueba de influenza cuesta desde 600 hasta mil pesos y el paciente debe esperar cerca de dos días para que le entreguen los resultados”, subrayó.
En el largo plazo, los desarrolladores esperan que el dispositivo, además de detectar la influenza, pueda hacerlo con otras enfermedades. Además, buscarán comercializar el producto a un costo accesible. Al tiempo que, trabajan en la detección del virus del zika.
El proyecto obtuvo el primer lugar en el XL Premio Frisa ITESM 2016. Asimismo, recibió un reconocimiento en el evento internacional de emprendimiento Southwest by Southwest en Austin, Texas.