La amenaza siempre presente en contra de la prensa libre ha evolucionado de manera preocupante. Ya no se limita a la censura gubernamental a los temas que se difunden en los diversos medios y el uso malintencionado del aparato jurídico del Estado para acallarlos y hostigar al comunicador.
Ahora en 2015, la amenaza se centra en agresiones directas en contra del comunicador, las cuales incluyen intimidación abierta y asesinatos siempre impunes en contra de periodistas de todos los medios en amplias regiones del país. A esto se aúna invariablemente la falta de respuesta de la autoridad policíaca o hasta del menor intento por poner coto a los abusos denunciados o cometidos. La impunidad es la principal pierna de este esquema de aniquilamiento práctico de la libertad de expresión.
El otro aspecto de la amenaza permanente en contra de la libre expresión es el aumento de la manipulación oficialista de la información sobre los hechos más graves que nos incumben la cual asume mil formas en México.
La trivialización el ocultamiento de los hechos más graves se agrega al permanente endiosamiento de los jerarcas políticos más encumbrados, en especial en el gobierno federal.
La intromisión de los medios internacionales más o menos pro estadunidenses –tanto formales como informales–en la vida política de las naciones no sujetas por completo a la voluntad de Washington, ha llevado a guerras intestinas muy sangrientas y prolongadas en países que vivían en paz y a l surgimiento de legiones de extremistas fanáticos asesinos contra los que no hay una estrategia coherente ya que son el fruto inesperado de una estrategia geopolítica profundamente equivocada y contraproducente, que ahora ha elegido como enemigo a eliminar al gobierno de Venezuela.
En el caso de México se requiere de un gran valor para ejercer un periodismo independiente y de denuncia. Quienes lo ejercen son objeto de presiones políticas y agresiones mediáticas incesantes de parte de los medios gobiernistas. Sus fuentes de trabajo penden de un hilo y la vindicta oficial es la conducta más esperada de pare de la autoridad.
La política del Club de Periodistas de México está encaminada a desalentar estas represalias y a dar aliento y apoyo a los comunicadores que elijan seguir el camino de la verdad. Este ha sido el tenor de la premiación del actual Certamen, esperando que en algo contribuyamos para mejorar la situación del comunicador en México.
Inscrito en este ámbito de intimidación se encuentran las acciones que grupos desconocidos han llevado a cabo en contra de Celeste Sáenz de Miera, en los alrededores de la casa de apoyo que tiene el Club de Periodistas en Temixco, Morelos para fortalecer a la Posada del Periodista cuyo objeto asistencial es reconocido. Así como también ha recibido amenazas y actos de intimidación afuera de su domicilio particular. Por lo que solicitamos de la protección necesaria para nuestra Secretaria General y su familia.