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Los intereses de EEUU ponen a la Armada uruguaya en aprietos

La intención de Uruguay de comprar dos patrullas oceánicas a China despertó el malestar de EEUU, que ofreció donaciones e hizo gestiones para impedir la operación, que finalmente no se concretó. En paralelo, otra visita con objetivos poco claros de la Guardia Costera a aguas uruguayas volvió a despertar polémica.
La posibilidad de que Uruguay adquiriera dos buques patrulleros oceánicos a China puso al país sudamericano bajo la mira de EEUU, que a través de su embajada en Montevideo dio a conocer su malestar. Finalmente, el Gobierno uruguayo declaró desierto el llamado público que recomendaba comprar las patrullas a China y parece volcarse para una nueva oferta proveniente de Noruega.
La intención uruguaya de adquirir dos patrullas oceánicas para su Armada Nacional había sido oficializada por el Gobierno en diciembre de 2021, cuando el propio presidente Luis Lacalle Pou, y su ministro de Defensa, Javier García, comunicaron la apertura de una licitación.
En ese entonces, anunciaron que Uruguay destinaría 100 millones de dólares para comprar dos buques y que, según los pliegos que se publicarían, la primera de las patrullas entregadas debía llegar al país no después de julio de 2024.
“Es un hito importante para la soberanía, para el cuidado del mar territorial, la autonomía y el desplazamiento de la Marina. Es una necesidad imperiosa para el cuidado de nuestros mares, que hoy no podemos controlar por la escasez de equipamiento”, había dicho el mandatario.
La convocatoria recibió tres ofertas, una de la firma china CSTC (China Shipbuilding Trading Co.), una de la francesa Kership y una de la neerlandesa Damen. Según informó en mayo de 2022 el portal especializado Infodefensa, una comisión técnica creada por la Armada Uruguaya para estudiar las ofertas determinó que la propuesta de la china CSTC era la más idónea para los objetivos uruguayos.
El astillero chino propuso a Uruguay proveer dos buques con más de 100 metros de eslora, 2.250 toneladas de desplazamientos y 8.500 millas náuticas de autonomía, detallaba Infodefensa. La compañía china cotizó los dos buques por 139,98 millones de dólares, con armamento y munición y listos para operar. El precio podía llegar a totalizar unos 199 millones de dólares al sumar servicio de soporte logístico, mantenimiento y actualización de softwares y sistemas de comunicación mejorados. Aun así, remarca el portal especializado, la oferta era más económica que las otras dos, por lo que la comisión técnica se inclinó por la propuesta del gigante asiático.
La posibilidad de que Uruguay concretara la compra a una empresa china alertó al Gobierno de EEUU, que a través de su embajada en Montevideo transmitió su “malestar” al oficialismo. Un artículo publicado en septiembre de 2022 por el diario uruguayo El Observador, reveló que un “alto funcionario” de la embajada estadounidense transmitió al senador Carlos Camy, del oficialista Partido Nacional, el desacuerdo de EEUU con que se optara por la oferta de CSTC.
De acuerdo con el matutino local, el diplomático de EEUU intentó convencer al senador uruguayo de que comprar armamento a China no es igual a “vender carne y soja” al país asiático, principales productos exportados por Uruguay a Pekín. Además, buscó hacer ver que Uruguay no debía recurrir a buques chinos para defender su plataforma marítima cuando la “principal amenaza” era la pesca ilegal china.

EEUU y la “mayor donación del siglo XXI”

En diciembre de 2022, el semanario uruguayo Búsqueda informó que EEUU ofreció a Uruguay dos patrullas oceánicas en desuso por las Fuerzas Armadas estadounidenses, aunque remodeladas y en condiciones de ser utilizadas, supuestamente, por 15 años más.
Esas conversaciones coincidieron con lo que la propia embajada en Montevideo calificó como “la mayor donación del Gobierno de los EEUU a Uruguay en el siglo XXI”. El 12 de noviembre de 2022, la Guardia Costera de EEUU entregó gratuitamente a la Armada uruguaya tres buques de la clase Protector de 87 pies, con un valor total de 8,69 millones de dólares.
La donación no se limitó solo a entregar los buques: EEUU incluyó a la Armada uruguaya en un Enfoque de Paquete Total, que implica ofrecer repuestos de las embarcaciones y sumar personal militar uruguayo al Programa de Educación y Entrenamiento Militar Internacional, con el que recibiría a miembros de la Armada en EEUU para cursos de mantenimiento de los motores y otros sistemas de a bordo.
“En 2020 nuestros colegas uruguayos del Ministerio de Defensa y de la Armada solicitaron la cooperación de Estados Unidos en temas de seguridad que enfrentamos en nuestras propias aguas: contrabando, control de fronteras, aplicación de la ley de pesca internacional y misiones antinarcóticos. Esta donación de la Clase Protector es un ejemplo tangible de la respuesta a la petición de Uruguay”, dijo el encargado de Negocios de la Embajada de EEUU, Karl Ríos, durante la presentación de los buques.
El Gobierno uruguayo negó en varias oportunidades que existiera presión desde Washington para no comprar buques chinos. De todos modos, el Ministerio de Defensa resolvió, a finales de enero de 2023, declarar desierto el llamado y, por tanto, desestimar las tres ofertas presentadas. Según explicó el ministro Javier García, las tres excedían por mucho el presupuesto previsto para la compra de las dos patrullas.
“Uruguay es un país soberano e independiente, que toma sus decisiones de acuerdo a su mejor interés y del mejor interés del Uruguay”, aseguró el ministro.
En la misma rueda de prensa en la que confirmó haber descartado las ofertas, García reveló que Uruguay recibió una oferta desde Noruega para comprar dos buques oceánicos que son utilizados actualmente por la Armada de ese país. El ministro dijo que las conversaciones con el país nórdico están “muy avanzadas” y que se trata de una negociación “Estado a Estado” que resulta más beneficioso para el país sudamericano.

La polémica por la Guardia Costera de EEUU de nuevo en Uruguay

Mientras el ministro de Defensa explicaba a los medios la intención de cambiar las patrullas chinas por las noruegas, el Parlamento uruguayo debió reunirse de manera extraordinaria para abordar, entre otros proyectos, la autorización para el ingreso a territorio uruguayo del buque USCG Cutter Stone de la Guardia Costera estadounidense.
Según el proyecto enviado al Parlamento, el buque estadounidense estaría en Uruguay entre el 19 de febrero y el 1 de marzo de 2023 con el objetivo de “llevar a cabo ejercicios de entrenamiento en operaciones de búsqueda y rescate en el mar y de control de aguas jurisdiccionales con la Armada Nacional”.
En su exposición de motivos, el proyecto de ley indica que la operación conjunta permitirá, entre otras cosas, el “intercambio de experiencia en lucha contra el narcotráfico” y asegura que la colaboración “resulta de un valor insustituible, ya que permitirá al personal participante, mantenerse actualizado en las doctrinas y procedimientos regionales, que son base fundamental de la doctrina propia”.
La autorización fue votada por la coalición oficialista pero obtuvo el rechazo de los legisladores de la coalición de izquierda Frente Amplio. La diputada frenteamplista Micaela Melgar recordó, durante la sesión, que el mismo buque Cutter Stone había despertado polémica durante su paso anterior por aguas uruguayas, en enero de 2021.
En esa oportunidad, el navío hacía su primer viaje por la región y, si bien hizo ejercicios conjuntos con las Armadas de Brasil y de Guyana, no pudo cumplir el itinerario en Uruguay. En efecto, en esa oportunidad la Armada uruguaya no permitió a la Guardia Costera de EEUU patrullar las aguas del país, alegando que se trataba de una tarea exclusiva de las embarcaciones nacionales.
Finalmente, el plan del Cutter Stone en Uruguay se limitó a reabastecerse de combustible y suministros y ofrecer visitas a los curiosos en el Puerto de Montevideo. Además, la embarcación debió suspender una visita a Argentina, dado que el Ministerio de Defensa de ese país rechazó la posibilidad de cumplir ejercicios combinados con el fin de combatir la “pesca ilegal”.
Melgar recordó que el ingreso del buque fue apoyado por el Frente Amplio en 2021 pero cuando los legisladores opositores intentaron obtener más información sobre los objetivos y las tareas realizadas “no se consiguió mucho más”.
“Este año pasa lo mismo: se pide el ingreso, no se recibe información, no se pasa por comisión ni se recibe al ministro”, reclamó la diputada, integrante del Partido Comunista del Uruguay (PCU).
La legisladora cuestionó que la misión aluda al combate al narcotráfico y a la necesidad de actualización en “doctrinas y procedimientos regionales”, señalando que esos elementos “superan la expectativa que podemos tener, desde nuestras ideas, de soberanía del Uruguay”. Melgar relacionó, además, la misión con las recientes declaraciones de la jefa del Comando Sur de EEUU, Laura Richardson, acerca de los intereses estadounidenses en recursos naturales en el Atlántico Sur.
“Nos han tratado como patio trasero toda la vida, nos lo dicen en la cara y le estamos abriendo la puerta a nuestra agua, a nuestro territorio”, enfatizó la legisladora, reclamando no ceder ante los “intereses yanquis”.
En la misma línea, pidió al Ministerio de Defensa no “comprar un cuento para después recibir donaciones”. “¿Vamos a hacer esto para que después nos donen tres aviones porque no tenemos con qué volar?”, se preguntó.

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