¿Sobre qué bases?
¿Entre quiénes?
¿Dónde está la sociedad civil?
Ya entramos y… ¿cómo salimos de ésta?
Por Juan Bautista
Sendero Público*
Todavía no alcanzamos a aplanar la curva – como dice la teoría López Gatell- y ya tenemos un cúmulo de interrogantes que van más allá del inminente peligro sanitario que está por entrar a la Fase 3, y ese rubro linda con el tema económico, con el ingreso, el desempleo y el largo periodo de estiaje financiero que vive ya nuestro país, en caso de alargarse más, esta cuarentena.
Sin intentar abordar en este breve espacio al análisis de la materia económica, donde ya se cuenta por millones la fuga de capitales nacionales hacia cuentas de bancos estadunidenses, la reducción de la producción petrolera del país, la baja del costo del barril, el descenso en el envío de remesas de los indocumentados mexicanos provenientes del país vecino, el recorte en el gasto e inversión del presupuesto federal y por último, el “préstamo de Donald Trump en millones de barriles diarios ante la OPEP”, sumado además, al desempleo que ya se generó en todo el país, por causa de la dichosa pandemia del Coronavirus. Por todos los puntos anotados, deseo abordar algunos rasgos sobre una convocatoria de un Nuevo Acuerdo o Pacto Nacional, que diversos grupos de empresarios, políticos y académicos, lanzaron al presidente de la República y su bancada legislativa.
No habrá dinero que alcance para detener la expansión y control de este potente y diminuto enemigo, que en un día ha logrado fulminar a casi veinte mil vidas en un solo país, (EUA), ni sistema médico y sanitario que frene esta fuerte epidemia que azota al mundo entero.
Los líderes mundiales, por sí solos, estarán lejos de encontrar soluciones a un fenómeno que se extiende a mayor velocidad que la proporción de las medidas de seguridad y sanidad. implementadas y más, a la larga lista de secuelas en otros rubros del orden social, como la seguridad, movilidad, alimentación, atención psicológica por crisis y fenómenos surgidos por el confinamiento, así como, los cuidados médicos de otros padecimientos, de seguimiento y cuidado hacia las poblaciones vulnerables y en reclusión, y del combate a la delincuencia.
No se trata de administrar el problema, hoy es necesario socializarlo.
Cada día que pasa, será más compleja la toma de decisiones, por su alta responsabilidad y trascendencia, hoy se trata de preservar la existencia. La salvaguarda del Estado y el bien más preciado que dice cuidar: la vida y seguridad de los ciudadanos, hoy es de vital prioridad, de trascendencia.
Los nuevos Estados Nación, emanados de procesos democráticos, buscan acercarse a la mejor toma de decisiones en favor de todos, todos los habitantes de esa nación. De ahí que instrumenten encuestas, sondeos y foros especializados sobre temas específicos, coordinados por especialistas en el tema.
Aquí sería bueno no confundir esta tradicional labor de gestión gubernamental, implementada desde la cúpula del poder, con el hecho de “tomar en cuenta a la opinión de especialistas consultados por los funcionarios públicos”, o bien por el hecho de “mandar hacer un trabajo profesional, un estudio, ejecutado por una empresa privada y que ese estudio haya sido adquirido por el gobierno en turno. A esta acción, simplemente se le denomina gestión y acopio de información, trabajada y adquirida por los agentes gubernamentales. Y ellos, después de reuniones desde sus despachos, ellos, otra vez solos, toman las decisiones que aplicaran a toda la población y se conviertan en nuevas reglas y normas a “respetar y acatar”.
Creo que el problema se complica cuando esas tradicionales formas de ejercer el poder, se intentan repetir en circunstancias totalmente diferentes, anómalas e incluso adversas a los nuevos tiempos y sus contextos.
Hoy es tiempo de escuchar, de atender a más voces. Las épocas de obediencias a ciegas, en la historia de México, fenecieron sobre las miles de voces oprimidas y segadas, que durante un largo proceso de auto reconstrucción social, tejieron de nuevo su destino y construyeron instituciones para resguardar esos nuevos derechos y libertades.
En estos días, donde observamos impactados como crece la lista de muertes y contagios, ex funcionarios, académicos y legisladores,integrantes de la iniciativa privada, principalmente, están realizando llamados a la realización de un Pacto o Acuerdo Nacional.
Creo que es tiempo de preguntarnos desde nuestras trincheras- Home Office, o espacio cibernético, o foros virtuales, o consultando a ciudadanos, académicos, científicos, sindicalistas, campesinos, estudiantes, amas de casa y trabajadores de los más distintos oficios e incluso, a la clase de trabajadores burocráticos –libre de su horario habitual-, qué tipo de Acuerdo Político o Pacto Nacional se demanda.
Veamos primero las características de esta solicitud:
1. Se solicita al jefe del ejecutivo, en el marco de sus derechos y plenas funciones, convoque a una reunión especial para analizar este exponencial y multifactorial problema que afecta a todos los ciudadanos por igual.
2. Se trata de crear un espacio donde se escuchen las voces de todos los sectores y de la sociedad civil, o como se expresa ahora, de la sociedad organizada.
3. Estos espacios virtuales hoy, por la contingencia sanitaria, pueden ilustrar y ofrecer, con datos y testimonios, un diagnóstico de la grave situación en la que nos encontramos y aportar ideas y ofrecer rutas al grupo de mando, para implementar los instrumentos que permitan atajar o, aminorar estos problemas.
4. El resultado de este trabajo, podría funcionar como una guía que ofrezca un seguimiento puntal a cada línea de trabajo que logre llevar a cabo mecanismos que permitan construir y perfeccionar ahora, lo que se dejó de implementar en el pasado.
5. Una práctica de esta naturaleza, se convierte en un ejercicio real que acerca al ciudadano a la moderna toma de decisiones y no lo excluya de la vida pública.
6. La información podría ser consultada en forma legal, como lo dictan los protocolos de transparencia, para mejorar la conducción de las políticas públicas.
7. La sola convocatoria para llevar a cabo la elaboración de una solución colectiva y horizontal, en forma gradual y con expectativas reales, podría contribuir a la consolidación de un gobierno que atiende y voltea a ver a todos los ciudadanos, en especial, a los que menos tienen, atendiendo así, su sentido de bienestar y de responsabilidad social.
8. El sólo anuncio del dialogo bajo estas complicadas situaciones, podría verse como un ejercicio democrático distinto y real, incluyente, tolerante y con el ánimo de avanzar en la construcción de otros espacios, que el autoritarismo del pasado cancelo.
9. Las resoluciones podrían conformar una primer lista a tomar en cuenta, y cada una sería sometida a una revisión y desarrollo exhaustivo.
10. El eje de la convocatoria y la coordinación, desde luego que estaría a cargo del ejecutivo federal, instancias estatales y regionales, donde la voz, la de los participantes, sería horizontal.
Estas son algunas notas, de una línea de trabajo más amplia, en la construcción de soluciones colectivas, colegiadas, gubernamentales, en donde se incluye al espacio público que, para nuestro caso, es el espacio cibernético, donde por ahora, tenemos la posibilidad de interactuar con el gobierno, debido a nuestro confinamiento, en principio voluntario.
(+) Es un espacio de reflexión, coyuntura, de periodismo memorioso, donde el dato más insignificante puede adquirir una relevancia mayor para develar y aportar al análisis de nuestra realidad.
Fin…