Por Balbina Flores Martínez
“El brutal asesinato de Luis Martín Sánchez es una tragedia no sólo para sus allegados, sino para toda la sociedad mexicana”, sentenció Reporteros Sin Fronteras en su comunicado publicado el 10 de julio.
Nada más cierto es una tragedia que ha azotado al país de manera despiadada desde hace casi dos décadas y especialmente en la actual administración, ello a pesar de que a su llegada al gobierno el Presidente Andrés Manuel López Obrador, dijo, “en mi gobierno no habrá más asesinatos de periodistas”. Hoy en el ocaso de su administración solo ha atinado a decir, “ es una mala noticia”. Sí, una mala noticia que se ha hecho recurrente en este gobierno, sin que haya logrado detener los asesinatos de periodistas. Es tiempo de revisar y reflexionar en ¿Qué es lo que está fallando?, ¿Qué hace que un grupo armado pueda entrar por un periodista a su casa, y llevarse todas sus equipos de trabajo, sin que nadie se de cuenta?.
El asesinato de Luis Martín Sánchez Iñiguez, es más que una mala noticia, es una pérdida irreparable para su familia para sus compañeros y para la sociedad que ante hechos de horror como este se siente vulnerable y desprotegida. El mensaje dejado en el cuerpo del periodista “publiquen lo que quieran pero con la familia no”, es un mensaje dirigido claramente a los periodistas y medios pero también para cualquier ciudadano que se atreva a ejercer su libertad de expresión. El mensaje es claro. ¿Qué sigue para la prensa en Nayarit?, ¿la censura y el principio de una zona de silencio?, muy posiblemente.
Nayarit un estado al oeste de México, con 1 millón 235.456 habitantes, ubicado en medio de cuatro de las entidades donde se han registrado en los últimos años hechos de violencia extrema, Sinaloa, Jalisco, Zacateca y Durango.Entidad gobernada desde 2021 por el morenista Miguel Ángel Navarro Quintero, donde la inseguridad creció en 2022, en más de un 46.8 por ciento en comparación al año anterior. Y los asesinatos se incrementaron en particular en la capital desde 2021 a la fecha. Un estado con más de 1,200 personas desaparecidas en los últimos cinco años, según reportó Luis Martín en una de sus notas publicadas en La Jornada en diciembre 2022. Un estado controlado en su totalidad por el CJNG, según el documento “Mexico: Organized Crime and Drug Trafficking Organizations”, la violencia se ha incrementado en los cinco años en aquella entidad, llegando a su capital,Tepic.
Es necesario mirar este contexto para entender el por qué del asesinato del periodista Luis Martín Sánchez Iñiguez, y la privación de libertad de dos de sus compañeros. Ver un asesinato aislado de su realidad de extrema violencia es solo verlo como un daño colateral y como dijo el Presidente como una “mala noticia”, como si hubiera sido un accidente cualquiera.
Frente a ello cobra mayor sentido el reclamo en el comunicado de Reporteros Sin Fronteras, “el nivel de violencia contra los periodistas se ha descontrolado en México y no puede normalizarse. El Estado tiene que demostrar urgentemente que está decidido a cambiar esta realidad. Las autoridades mexicanas deben transformar la lucha contra la violencia hacia los periodistas en una prioridad. Mientras ésta se perciba como un simple efecto colateral de la violencia estructural que afecta a México de manera más amplia, y no como ataques constantes a la democracia, no se podrá romper este círculo vicioso de violencia extrema y censura”.
En esta tragedia, vale la pena recordar que el asesinato de Luis Martín, nos viene a recordar la enorme deuda del estado mexicano con los periodistas, no solo de garantizar su protección, sino de frenar la impunidad por ello escuchar la voces de cientos de sus colegas el lunes 10 de julio, en protestas realizadas en diferentes entidades del país como Jalisco, Oaxaca, Veracrúz, Aguascalientes y en Nayarit, fue un grito de justicia que no debe pasar desaparecibido. La impunidad no tiene caducidad, y el gobierno local y federal deben actuar frente a ella.
Luis Martín Sánchez, corresponsal del diario nacional La Jornada, y colaborador del medio local Criticadn.mx, fue hallado muerto con signos de haber sido torturado y con un mensaje de sus victimarios en su cuerpo, el pasado 8 de julio en el Estado de Nayarit después de haber sido privado de su libertad por más de 48 horas, sin que se conociera su paradero.
A sus victimarios no les bastó con llevárselo, también sustrajeron sus equipos de trabajo, sus discos de respaldo, sus documentos personales y entre otros. ¿Qué exactamente buscaban en sus pertenencias? ¿A quién afectó el trabajo periodístico de Luis Martín Sánchez?, ¿Qué investigaba en ese momento el periodista que tanto odio se mostró en su asesinato?. ¿Qué relación existió entre las privaciones de libertad previas a él de sus dos compañeros y su homicidio?.
¿Quién y porque ordenó primero la privación de libertad de Luis Martín y luego su asesinato?. Todas esas y más preguntas deberá resolver la Fiscalía General de Justicia del Estado de Nayarit y desde luego priorizar el trabajo periodístico de Luis Martín.
En este contexto tan graves sería importante que la Fiscalía Especializada de Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión de la Fiscalía General de la República, solicite de manera inmediata la atracción de la investigación, si se quiere garantizar que las investigaciones avancen y no permitir la impunidad, no hay que olvidar que la impunidad se construye en el lugar de los hechos con todo lo ello significa.