Voces del Periodista Diario

Cada vez que alguien lo reta, más loco se pone

La Piedra en el Zapato

Por Abraham García Ibarra

El encabezado de esta entrega es una piedra para muchos frágiles tejados, pero empezamos con algunos entremeses con recetas vernáculas.

Cuenta la leyenda, que el sinaloense Rafael Caro Quintero, entonces asentado en la zona semidesértica de Jalisco -donde experimentó la siembra y cultivo de mariguana sin semilla– le puso el ojo a un predio en el estado de Guanajuato.

La misma leyenda ubica ese predio en lo que fue la Hacienda de San Cristóbal, expropiada en 1937 por el gobierno del general Lázaro Cárdenas a José Luis Fox Pont.

El reparto favoreció con más de 2000 hectáreas a los promotores de un nuevo ejido. Desde entonces empezó un litigio sobre los lindes de los terrenos.

Un hijo de Fox Pont, Vicente, llegó un día a la Presidencia de México ante los ojos incrédulos de doña Mercedes Quezada Etxaide.

Estando Fox Quesada (apellido éste corregido) en las acogedoras cabañas de Los Pinos, en abril de 2005, el juez de distrito domiciliado en Guanajuato, Javier Francisco Araujo, dictó sentencia sobre aquella causa, pasando sobre el decreto de Cárdenas, y favoreció a la familia Fox, perjudicando el interés de 50 ejidatarios.

Un año después, a siete meses de que Fox entregara la banda presidencial, los responsables del Programa de Certificación de Derechos Ejidales y Titulación de Solares (Procede), procedieron a ratificar los controvertidos lindes.

Ahora, Vicente Fox anda metido en el negocio de la mariguana

Los Fox se quedaron con 900 hectáreas de labor, reclamadas por los ejidatarios. Ahí, Vicente construyó su otra residencia de recreo, que incluyó un lago artificial, despojando a los campesinos del agua para siembras.

Ahora, Vicente Fox es dueño de un corporativo que reclama licencia oficial para el negocio de la mariguana, empresa de la que fue precursor en Guanajuato Caro Quintero, que nunca alcanzó el título de Capo del sexenio.

Precisamente, en el sexenio de Fox, apareció en escena la asociación civil México Unido contra la Delincuencia. Su objeto está explícito en la denominación social. Tomó las calles de la Ciudad de México con las publicitadas marchas blancas.

No se supo entonces el porqué de tanta blancura. Ahora, por sentencia de amparo de juez de distrito en materia administrativa, celebrada por aquel Méxicoal menos dos personas tienen el derecho de adquirir y poseer cocaína. No a comercializarla, acota la sentencia. Uno puede colegir que, si no es para comercializarla, podría ser para consumirla.

Nomás recordamos -constancias al canto- que, durante la presidencia de Álvaro Uribe Vélez, personeros de México Unido Contra la Delincuencia viajaron con frecuencia a Bogotá, Colombia, santuario de los cárteles que usufructúan la comercialización ilegal de cocaína con el visto bueno de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), de los Estados Unidos. Consta también desde la Operación Irán-Contra de los años ochenta.

Donald Trump es presa de narcisismo maligno

Ya que pisamos territorio de los Estados Unidos, sin visa humanitaria de Donald Trump, procedemos a explicar el encabezado de esta entrega.

Casualmente en 2017, primer año de ejercicio del primate anaranjado, miembros de la Academia de Siquiatría de los Estados Unidos empezaron a monitorear los biorritmos del inquilino de la Casa Blanca. De las investigaciones, resultó un compendio, publicado en formato de libro bajo el elocuente título, El caso peligroso de Trump.

Una de las conclusiones del estudio diagnosticó que Trump es presa de narcisismo maligno. (Hacia 2007 se supo que una encuesta ordenada por la Sacra Rota Romana diagnosticó en Vicente Fox narcisismo, si bien no lo catalogó de benigno.)

Entre los 27 especialistas que formaron el equipo de investigación, estuvo el ex profesor asistente de siquiatría de la Universidad de Harvard, doctor Lance Dodes.

Cada vez más paranoico y potencialmente más violento

En reciente entrevista televisiva, el doctor Dodes declaró que Trump tiene una irrefrenable necesidad de ser todopoderoso y no puede soportar nada que lo rete. Cada vez que alguien lo reta, más loco se vuelve; más paranoico y potencialmente más violento.

En efecto, cada vez son más los medios de comunicación estadunidenses que reproducen conclusiones de analistas, preocupados por la salud mental de Trump y se alarman por el grado de crueldad en las políticas ejecutadas por el ingobernable republicano.

Deschavetado, se autoproclama: ¡Soy el elegido!

Los idólatras del Presidente lo identifican como El Mesías y él mismo, alzando los brazos al cielo, se autoproclama: ¡Soy el elegido! Ahí está, en las pantallas de televisión de cadenas norteamericanas, cuyos videos se reproducen en México.

De Mesías a Mesías, de jefe de Estado a jefe de Estado, ahora se explica el porqué, el gobierno mexicano le tiene tanto pavor a malhumorar al gobernante de los Estados Unidos, donde los fabricantes de camisas de fuerza no han encontrado el diseño de una a la medida del rico orate anaranjado. Es cuanto.

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