Por Diego Pappalardo
Durante la emisión de Voces del Periodista del 5 de julio de 2024, expresamos los siguientes puntos de vista:
Anillos importantes de los donantes tradicionales del nuevo establishment del partido demócrata, o los nuevos agregados del partido demócrata, desean impulsar, es decir, la sustitución de Biden por dos motivos.
Porque Biden representa el ala vieja del partido demócrata y porque Biden, precisamente, no tiene las competencias y las cualidades de poder ejercer un nuevo mandato constitucional en los Estados Unidos
The Economist pertenece, ciertamente, a esta ala supranacional, que está vinculado con los Obama que son una de las familias que representan, como dijimos en programas pasados, la nueva etapa, o la posible nueva etapa del partido demócrata, con un radicalismo globalista.
Todo lo que nosotros vemos del cambio absoluto de los Estados Unidos, que abandonen los Estados Unidos todos sus patrones culturales, económicos, sociales y religiosos de los últimos doscientos años, pues, todo esto representan la facción Obama, conjuntamente con los grupos de poder en torno a The Economist.
Esta facción supranacional que representa, como dijimos, The Economist ve que el regreso de Donald Trump a la Presidencia, al salón oval de la Casa Blanca, va a cortar, precisamente, las relaciones estratégicas de poder entre Londres, Washington y Nueva York.
Y debido a ese temor, pues, The Economist viene solicitando, pidiendo, desde Londres, que se sustituya a Biden y que el partido demócrata haga, de una vez, algo que nosotros también ya señalamos en programas pasados, que es esto:
La reconfiguración de sus patrones ideológicos, étnicos y sociológicos y hasta económicos.
Este nuevo partido demócrata al que apelan los Obama y The Economist no es el partido demócrata de los Kennedy, de los hermanos Kennedy, asesinados ambos por las altas cumbres del poder en la década de 1960, sino que es un partido cien por ciento globalista.
Es un partido que está en contra de la familiar rural, del trabajador, del capital industrial productivo de los Estados Unidos y que está anclado totalmente, como dijimos, al hegemonismo de la globocracia.
The Economist ya lo dijo, que Donald Trump tiene en sus manos a la Casa Blanca, eso es obvio, verdad?. Y no hay nada más que hablar sobre ello.
No va a pasar ningún evento trágico de magnitud global que impida, precisamente, que Donald Trump no gane limpiamente las elecciones presidenciales del 5 de noviembre.
Y el cisne negro del que hablamos en programas pasados, meses atrás, es esto: el colapso y la desintegración en marcha del partido demócrata en sus dos alas. El ala del establishment viejo y el ala del establishment nuevo.
Y, a partir de ahí, están surgiendo nuevos nodos de gente que tradicionalmente estaba vinculada familiar, ideológica y políticamente al partido demócrata y que van a reconstituir o van a construir nuevas formaciones políticas o se van a agregar al nuevo partido republicano que está consolidado bajo la conducción indiscutible y exitosa del expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
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