Sinfonía Telúrica
Por Abraham García Ibarra
Frente al impenetrable muro del Ni los veo ni los oigo, en ocasiones nos parece que resulta ocioso terquear sobre determinados temas periodísticos y la realidad nos tienta a tirar el arpa y pedir espacio en alguna revista del corazón.
La de ocho hoy, es el atentado con arma de fuego contra el secretario de Seguridad Ciudadana de la CDMX, Omar García Harfuch, en la antes exclusiva área residencial Lomas de Chapultepec.
Escucharemos otra vez la incesante muletilla: El crimen no quedara impune. Llegaremos hasta las últimas consecuencias, caiga quien caiga. (Je je je.)
Distrito Federal, único territorio libre de los cárteles de la droga
Durante todo el sexenio pasado, el ex colaborador de la Secretaría de Seguridad Pública, procurador general de Justicia y jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, fue insistente en la afirmación de que la sede de los Tres Poderes de la Unión era el único territorio libre de los cárteles de la droga en México y puntos intermedios.
En mérito a su eficacia retórica, el ex aspirante a la Presidencia de México hoy tiene despacho en el Senado de la República. Está en las comisiones precisamente de Seguridad Pública y de Justicia, y forma parte de la Junta de Coordinación Política de la Cámara alta. Buenas dietas.
La Gran Marcha del narco sobre el Valle de México
A nuestro ejercicio memorioso habitual: Desde la primera mitad de la década de los ochenta, en diversos medios consignamos que, después de la Operación cóndor en el triángulo dorado de la goma (Sinaloa, Chihuahua y Durango), en el Valle de México se abrió el primer corredor San Jerónimo (DF)-Atizapán (Estado de México). Ese corredor fue obra de un ex gobernador sinaloense.
Tiempo después, reportamos el auge de la industria inmobiliaria en el área metropolitana del DF; auge que se extendió a los estados de México, Puebla y Morelos, donde se levantaron ostentosos paraísos residenciales, equipados con la más eficiente tecnología de última generación, con evidentes signos de lavado de dinero.
En ese periodo, se registró -consta en expedientes policiales e instancias de procuración y administración de Justicia- un viaje de ida y vuelta: Los primeros jefes de las bandas criminales dedicadas al narco, fueron agentes y comandantes de la Policía Judicial Federal de la PGR.
En el retorno, ya se supo que los más pesados de los cárteles de la droga pusieron a su servicio a responsables de las agencias federales antinarcóticos, fiscales especializados de la PGR y a algunos desleales elementos de las Fuerzas Armadas mexicanas, hasta que, entre 2000-2006, en Los Pinos fue consagrado el primer Capo del sexenio.
Nadie vio lo que se transaba desde la Wall Street mexicana
Paralelamente, eran cada vez más visibles los centros de blanqueado de dinero en las principales metrópolis mexicanas (Guadalajara, Monterrey, Tijuana, etcétera) y, por supuesto, en el Distrito Federal, desde donde se dan licencias a las casas de cambio y opera la Bolsa Mexicana de Valores.
Estando tan cerca de Los Pinos y de Palacio Nacional la Avenida de la Reforma de la Ciudad de México -la Wall Street mexicana- nadie percibió que los cárteles de la droga ya estaban domiciliados en el mero corazón político y económico del país.
Los changarros, pie de cría de la red de narcotienditas
En el sexenio de la economía de la tamalera, en la Ciudad de México se abrieron a pasto los changarros, devenidos narcotienditas. Empezaron las pugnas armadas por el control territorial de las delegaciones políticas periféricas, con prolongación a los municipios mexiquenses conurbados. Hoy habitamos la CDMX, capital cultural de América Latina.
Ha sido atentada la vida del secretario de Seguridad Ciudadana, García Harfuch. El crimen no quedará impune, caiga quien caiga. Es cuanto.