Enrique Pastor Cruz Carranza
“El mundo no está en peligro por las malas personas, sino por aquellas que permiten la maldad”
Albert Einstein
SI HOY TUVIÉRAMOS QUE ENUMERAR los acontecimientos letales que se han vivido alrededor de las actividades petroleras en nuestras costas del estado de Campeche y parte de Tabasco, seria indiscutible citar desde el tremendo accidente ecológico sin precedentes sufrido por el Ixtoc-1, hasta las tragedias tan dolorosas con pérdida de vidas, destacando aquellas horas de pánico y muerte a 18 kilómetros de las costas, aquel martes 23 octubre de 2007 en la plataforma Usumacinta.
LA PERIODISTA Y ESCRITORA Ana Lilia Pérez escribiría en “CONTALINEA” el 1 de noviembre del 2009 su reportaje “La tragedia de la Plataforma Usumacinta”, describiendo los pormenores de esta instalación de la empresa “Perforadora La Central” siendo la negligencia y simulación de equipamiento para emergencias, la cruda muestra de la complicidad entre funcionarios petroleros con la adquisición de equipos completamente en desuso y caducos, los cuales se destrozaron al tocar el mar y generaron el deceso de 22 trabajadores los cuales, después de una vomitiva investigación con “ilustres” integrantes de la dantesca “Comisión Bettlle” con el Premio Nobel Mario Molina construyeron una versión ,donde los fallecidos en el mar embravecido y un océano de mezquindades quedaron como responsables finales de los hechos.
La empresa Walworth es quien defrauda a Pemex y sigue poniendo en riesgo instalaciones petroleras del país y a la población que se encuentra alrededor.
Calderón cómplice
Increíble todavía resulta leer el informe de marras y la forma por demás soberbia de despreciar contundentemente la Recomendación 014/2009 de la CNDH mientras el entonces presidente de la República Felipe Calderón Hinojosa actuaba encubridor aplicando indiferencia a todo reclamo de aclarar y castigar culpables, de la misma manera que se ignoró el caso de las guarderías ABC del IMSS donde sus familiares políticos se vieron blindados en la infamia.
Para entender el grado de impunidad que se vive, dando prioridad a las ganancias inmediatas, violando todas las normas de seguridad internacionales y la permanente infracción a la mínima seguridad de los trabajadores sindicalizados y bajo contratos de empresas del ramo, bastaría rescatar el impresionante trabajo de investigación de la periodista Tania Montalvo con fecha del 15 de junio del 2016 publicado en Animal político cuando realiza la compilación de los accidentes suscitados dese el 2000 al 2015 en las instalaciones de Petróleos Mexicanos teniendo la cifra nada alentadora de al menos 127 accidentes con saldo de 170 quienes perdieron la vida y cerca de 500 heridos.
El dato es descubrir, que la cifra demoledora, no da para inquietar el jugoso negocio de combinar función pública con transacciones al calor del trafico de influencias y —aunque usted no lo crea— nunca se han encontrado responsables de aquellas “Mandarinas Infernales” o la carencia de protocolos mínimos de seguridad plasmados en el papel, de toneladas de informes, no menos contratos e interminable subcontratismo al respecto, como se plasma en el mismo trabajo periodístico.
Posteriormente de la tristemente célebre “Reforma Energética” y el triunfo electoral de Andrés Manuel López Obrador, todos los ojos voltearon a los despojos de Pemex y el anuncio de rescatar la empresa que un día fuera “Orgullo y Fortaleza de México” exigía en su Dirección a un hombre profundamente comprometido con la causa.
No todo se circunscribe al huachicol
A estas alturas creo importante hacer un primer balance de lo que sucede en la paraestatal, sobre todo atendiendo la constante convocatoria del Ejecutivo Federal para que también los periodistas apoyemos con responsabilidad, hacer posible “La 4-T”.
Es por ello importante denunciar y hacerlo con datos duros esas inercias que se mantienen y la inaceptable insolencia de quienes están obligados —por designación presidencial— a cumplir sus órdenes.
No podemos permitir ninguna nueva practica delictiva se trate de quien se trate.
Por ello me parece muy importante alertar a la Secretaría de la Función Pública, FGR, SENER y SEGOB tomar en serio la publicación del pasado 3 de abril de este año en curso, del periódico “Campeche hoy” cuando denuncia en su nota “venden a Pemex válvulas chinas como nacionales”.
El texto es demoledor: “Las peores tragedias en la industria petrolera de México se han generado por fallas de válvulas, ya sea el caso de San Juanico, la refinería Miguel Hidalgo Tula, en Cactus Chiapas o en Plátano y Cacao en Tabasco.
Y todo tiene un responsable a la vista.
La empresa Walworth es quien defrauda a Pemex y sigue poniendo en riesgo instalaciones petroleras del país y a la población que se encuentra alrededor. (como en San Juanico) con válvulas chafas de origen chino, que se venden como si fueran nacionales.
La información cita informantes de ex trabajadores de la compañía quienes aseguran de este fraude al pasar estas piezas —reconstruidas o de pésima calidad—, como fabricadas en Tepotzotlán, haciendo toda la acción de presunto fraude, como si fueran de calidad nacional, aprovechando la presunta influencia y poder del dueño de Walworth el empresario Salomón Waisburg”.
¿Se puede seguir haciendo estos negocios criminales y de riesgo a la integridad en la administración de López Obrador?
Los verdaderos traidores
El presidente AMLO ha ordenado al Director General de Pemex Ing. Octavio Romero Oropeza a trasladar las oficinas a Isla del Carmen en Campeche y a pesar de reiteradas instrucciones estas son ignorados y la reactivación económica insular, junto con el compromiso de campaña están siendo “bateados sin rubor”.
Lo mismo sucede con esos funcionarios involucrados en la denominada “estafa maestra” los cuales, se carcajean de su “inhabilitación por orden presidencial” mientras continúan entregando contratos a diestra y siniestra sin rubores.
Esperemos las instituciones responsables hagan la otra parte de su trabajo para derrotar a la delincuencia organizada o infiltrada en esta “Cuarta Transformación”.
Siempre he dicho que los traidores nunca serán los que están en el otro frente de batalla sino a quienes se le confía la espalda y la fe de cumplir objetivos.