* Al líder nacional, Mario Delgado, le pasó de noche el caudal de cuentas pendientes por corrupción que acumuló a su paso por Pemex y otras dependencias, el ahora aspirante a la Cámara Alta; delitos por los que ha sido acusado Emilio Lozoya. Sobre sus propiedades en el extranjero dice que corresponden al patrimonio de su ex esposa, para deslindarse de un enriquecimiento inexplicable pero no aclara en su derecho de réplica, como es que su ex cónyuge adquirió tales mansiones durante su matrimonio, como tampoco habla del tráfico de influencias que le permitió hacerse de plantas recicladoras
Propiedades lujosas en Texas, partícipe en la compra fraudulenta de Fertinal por Pemex, por 635 millones de dólares, plantas recicladoras de basura y varios otros negocios a la sombra de cargos públicos y del gobierno neoliberal de Peña Nieto, no fueron obstáculos suficientes y todo indica que en lugar de una celda en algún reclusorio, Cuauhtémoc Ochoa ocupará un escaño senatorial en representación del estado de Hidalgo, postulado por Morena.
El fuerte apoyo del líder nacional de ese partido, Mario Delgado, fue suficiente para que Ochoa no fuera objetado en sus aspiraciones, según fuentes internas de Morena, donde de inmediato surgió una inconformidad, no por soterrada menos amplia y fuerte.
Las denuncias en cuanto a la súbita e inexplicable fortuna de Ochoa, provienen desde la época en que era una especie de “gran padrino” y “patrocinador” en la sombra del Verde Ecologista en Hidalgo, y ahora pretende aparecer como el más pobre e impoluto ciudadano, compitiendo en austeridad a San Francisco de Asís.
El diario El Universal publicó datos y fotos de las residencias en Texas, aparentemente a nombre de su ex consorte, y al respecto, Ochoa demandó “derecho de réplica”, y afirmó, en cuanto a las residencias texanas, que “estoy divorciado desde hace cuatro años, por lo que la desinformación de la fuente es evidente”.
Curiosa aclaración: Asociar un divorcio como prueba de “pobreza” y honestidad ha sido por decenios, el truco más manoseado por riquillos pillos que pretenden escamotear derechos a las que fueron sus consortes. Pero en este caso, Ochoa pretende establecer que el divorcio le empobreció, y deja pendiente una lógica y gran explicación: ¿de dónde salió el dinero para tan generosas compensación por divorcio?
Añade que “mi declaración patrimonial documenta mis propiedades… no tengo ni he tenido propiedades en el extranjero… las notas publicadas son falsas y exhiben la desesperación de adversarios políticos de Morena (pero) serán juzgados por el pueblo”. (¡Sopas!).
Ya puede imaginarse el ciudadano de a pie la hilaridad que en los altos círculos de la política despertó su auto expiación. Nadie de quiénes lo conocen de cerca se traga tal cuento y menos eso de que Ochoa puede invocar al pueblo para juzgar a sus detractores.
En este espacio lo hemos señalado puntualmente: Ochoa fue parte del Consejo de Administración de Pemex en la época en que Emilio Lozoya fue director general y cuando, entre otros enjuagues, se fraguó la compra de Fertinal a AHMSA, en complicidad con Alonso Ancira, con un sobreprecio de 635 millones de dólares.
Junto con los demás participantes, Ochoa fue demandado por Pemex y la FGR abrió expediente. La demanda formal fue presentada por Martha Edith Rodríguez Acosta en 2019, pero el surgimiento de la epidemia de Covid 19 propició que el procedimiento legal quedase congelado.
Vergonzoso que Mario Delgado sea el habilitador de presuntos defraudadores de la nación que lejos de explicar al pueblo los quebrantos al erario en los gobiernos priístas, ahora se cobijan bajo la figura de honestidad de Morena para gozar de fuero por otros seis años más en el Congreso.
Situaciones pestilentes de la política que aún subsisten en esos acuerdos cupulares donde se juegan millonarios negocios chuecos a espaldas del pueblo bueno.