Voces del Periodista Diario

“Deutsches Ahnenerbe” la más grande colección de locos del Tercer Reich

Mitos y Mitotes

Por Héctor Chavarría

Haust du meinen Juden, hau’ich deinen Juden!

¡Si le pegas a mi judío, le pegaré a judío!

Viejo proverbio alemán.

De los desiertos y la mar a las montañas, de la sociedad secreta y la cátedra, al asesinato; o por lo menos a la justificación del mismo.

              Todo ello por motivos raciales en medio de la locura colectiva que fue el III Reich  en la Alemania de los años 30 del siglo pasado, bajo la férula del N.S.D.A.P. siglas en alemán del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán… mejor conocido como nazi.

     Esos que, entre otras cosas ensuciaron la Swastika. Pero esa es otra historia la cual ya ha sido contada, aquí hablaremos del instituto de la herencia ancestral alemana, una agrupación que parecería sacada de la ficción al estilo Harry Potter, conformada por: magos, seudo científicos, charlatanes y aprendices de brujos en general y que fuera conocida fuera de Alemania hasta después de la guerra como: Deutsches Ahnenerbe. De manera formal el grupo fue llamado la Studiengesellchaft für Geistesurgeschichte, Deutsches Ahnenerbe: “Sociedad de Estudios para la Historia Intelectual Primordial de la Herencia Ancestral Alemana”. Pero fue rebautizado en 1937 como el Forschungs und das Lehrgemeinschaft Ahnenerbe: Investigación y Docencia del Patrimonio de la Comunidad Ancestral.

El boom de la magia

Para entender el fenómeno que fue el Deutsches Ahnenerbe, es necesario, más bien imprescindible, remontarnos a los años de la post guerra en Alemania, luego de 1918; la rendición, la humillación y todas las secuelas —entre ellas y no la menor—, la debacle económica que caracterizó al país luego del “martes negro” en los EUA. Alemania era en esos momentos, un hervidero de pasiones entre la rabia, la vergüenza, el arrepentimiento y la búsqueda de chivos expiatorios para auto justificar su anterior fracaso bélico.

En esta espesa sopa de sentimientos encontrados, las sociedades secretas de la preguerra: políticas, racistas y de las otras, tuvieron un súbito renacimiento caracterizado por una marcada inclinación a la magia, ancestral, ritual, negra y de los más variados colores. Pero casi todas esas tendencias se enfocaron hacia la vertiente racista, a caballo entre el rescate ancestral la búsqueda de culpables y el concepto mágico del mundo. En una oscura cervecería, un hasta entonces insignificante cabo del recién fallecido Ejército Imperial, recién licenciado y herido de guerra, alentaba a los asistentes al regreso a “las fuentes originales de larazagermánica, a la  pureza de la sangre y a la aniquilación delos enemigos, traidores y contaminadores’: comunistas, judíos e inferiores en general”. El ex cabo se llamaba Adolf Hitler y sentía una marcada orientación hacia la magia, pero en especial hacia lo que él llamaba: “las fuentes ancestrales de la raza y cultura germánicas.”

Los aprendices de brujos

La Ahnenerbe Gesellschaft, fue fundada a título privado por Frederik Hielscher, un estudioso de las culturas ancestrales que nunca estuvo relacionado con los nazis, pero como los estudios que la sociedad realizaba tendían a apoyar las ideas de los jerarcas nacionalsocialistas la sociedad civil fue asimilada por las SS, la organización racista de Heinrich Himmler en 1935, a tiempo para iniciar los estudios que la harían tristemente célebre.

Su nombre proviene de una palabra alemana bastante oscura, Ahnenerbe (pronunciado AH-nen-AIR-buh), que significa “algo heredado de los antepasados” una “herencia ancestral”. La misión oficial de Ahnenerbe era descubrir nuevas pruebas de los logros y acciones de los antepasados germánicos “utilizando métodos científicos exactos”.

Llamada desde entonces Der Deutsches Ahnenerbe, adornada con una abundante simbología nórdica y, ahora bajo la dirección del coronel SS Wolfrang Sievers… de ahí en adelante, una buena cantidad de los estudios del instituto irían encaminados a la justificación de las ideas raciales y a la búsqueda de las fuentes de la magia aria, la cual no siempre tuvo lugar en sitios nórdicos; los del Ahnenerbe buscaron el arca de la alianza, el grial, la lanza del destino; en los sitios más locos e improbables, “analizaron” la forma de reproducir la mágica resonancia de las campanas de Canterbury,  hurgaron por la magia del sombrero de copa… organizaron búsquedas de reliquias arias en el Tibet y los Himalayas, exploraron en pos de los míticos reinos de Shamballa y Agartha e, hicieron llamadas frenéticas al rey del mundo

Acompañaron sistemáticamente a todas las expediciones alemanas al Himalaya, rastrearon al yeti, estudiaron el budismo tibetano de la mano izquierda y la influencia de la rueda de oraciones. Creían en babosadas como el aura el tercer ojo, la astrología y la radiestesia

Hicieron “serias” investigaciones sobre la tierra cóncava del alucinado Bender, predicciones sobre la lucha entre el hielo y el fuego del “profeta” Hans Hörbiger, practicaron la rabdomancia india y con péndulos; para localizar convoyes aliados, en el Atlántico… buscaron el apoyo de médiums para contactar a los superiores desconocidos y ganar la guerra; usaron el radar para medir “la tierra cóncava” y espiar a Inglaterra, resucitaron los ritos ancestralesarios” y crearon centros de alta meditación SS, como  el castillo de Wewelburg en Wesfalia… contrataron astrólogos para conocer el futuro y criaron abejas arias para alimentar con su miel a los mandos SS. Valiéndoles gorro que la ouija fuera un juguete judío, trataron de buscar con ella a Bismark y Federico der Grossen.

Escalaron montañas para santificarlas con símbolos arios; junto con el inspirado herr Doktor Paul Joseph Göbbels se inventaron el Cristo Ario: güerito y de ojos zarcos, inmortalizado por Hollywood y adorado en los EUM en iglesias romanas y, también en bonitos calendarios… Aquellos que trabajaban para el proyecto Ahnenerbe se propusieron demostrar que la raza aria descendía de los dioses nórdicos al gastar millones de marcos en encontrar pruebas arqueológicas “irrefutables”, como repite un charlatán de ojos saltones, en la TV. 

Y, por supuesto, con tales idioteces, ayudaron muy eficientemente a los nazis a perder la guerra… por lo cual, deberíamos estarles muy debidamente agradecidos.

Sangre y raza de señores

En el cine nos los encontramos como los torpes adversarios de Indiana Jones, pero a diferencia de los filmes, Der Deutsches Ahnenerbe era muy real, poco bromista y nada caricativo, un ejemplo…

Alguna vez el herr direktor SS Sievers solicitó para “sus estudios”: la mayor cantidad posible de calaveras de comisarios políticos rusos, de ser posible, que también fueran judíosdebían ser eliminados de manera tal, que las osamentas no sufrieran daño. Personalmente le sugirió a los Sonderkomando, la estrangulación como método ad hoc.

Su solicitud fue respondida de inmediato y los cráneos rápidamente obtenidos, fueron enviados a Berlín. El coronel Wolfrang Sievers trataba de probar con esas muestras: “la marcada degeneración que hacía a esos hombres sub humanos”.

Poco tiempo después, los resultados afirmativos del estudio fueron presentados a la alta jerarquía SS en elegantes carpetas forradas con piel, por cierto elemental pudor preferimos ignorar los comentarios sobre la procedencia de la piel.

No es de extrañar que una de las divisas del Deutsches Ahnenerbe fuera: Blut und Rasse: sangre y raza… por supuesto, se referían a la raza y sangre de los señoresDer Herrenvolk, el pueblo de los “señores”

Como ser alguien

 El escudo del Deutsches Ahnenerbe es una estilizada “cornamenta nórdica” que más o menos imita la Runa Leben: vida, sobre la Hakenkreus circular de la Thule Gesellschaft —fundada en 1919 por Karl Haushoffer, también creador de la geopolítica—, y que fuera el alma mater del Ahnenerbe, la divisa es: “Du bist nichts, Ohne dein Volk und deine Sippe” que podría traducirse como; “Tú eres nadie, sin pueblo y familia”.

Por supuesto, pueblo y familia debían ser “arios” de acuerdo a las leyes raciales de 1936, el año en que el atleta afro americano Jessie Owens le ganó a los campeones nazis de pentatlón en los JO de Berlín e hizo enfurecer a Adolf, quien abandonó muy indignado el estadio olímpico.

Incidentalmente, fue un estudio del Ahnenerbe el que inspiró en Hitler la idea de hacer encender la antorcha olímpica en el santuario de Olimpia en Grecia y, llevarla a Berlín mediante corredores —tradición iniciada por los nazis que, por desconocimiento del origen o valemadrismo—, se sigue escrupulosamente hasta la fecha, incluidos muy socialistas juegos, como los de la ex URSS y ahora en China.

No todas las investigaciones de la herencia ancestral alemana eran tan delirantes. Algunas eran de hecho muy chistosas; como la relación que trataron de hacer entre vikingos y mayas mediante la bebida alcohólica fabricada con miel —Balché e Hidromiel, el chupe ante todo— y, la existencia de una deidad maya llamada Votan, similar en pronunciación al Wotan nórdico, eso lo veremos más adelante en otro trabajo.

Ahora resultaría entonces que los yucatecos, además de “arios” por los vascos —el Deutsches Ahnenerbe consideraba a los vascos arios—, también lo seríamos por los maya: Sieg Heil !!  Nohock Kuxtal !!  ¡Ja, ja! Siempre lo supimos, no necesitamos a esos chiflados para que nos lo dijeran: En Mayab (no muchos; los elegidos), se inició la aventura humana, con el Cometoide Chicxulub hace 65 millones de años…

Peligros reales 

Cuando se lo ve así, el Deutsches Ahnenerbe puede parecer chistoso, una creación de chiflados.

Pero hay que recordar que quienes creían en esos chiflados, en esa época, eran quienes dirigían a un país, un país que entre otras cosas y por tales ideas, se embarcó en una guerra que costó millones de vidas humanas.

Y uno tiene que preguntarse: ¿cuántos líderes actuales creen en tonterías similares? Chente Fox —quien está muy lejos de ser considerado un líder mundial—, cuando era presidente de esta especie de país, otorgó premios en ciencia a notorios charlatanes, hizo que algunos de esos tramposos “analizaran” cosas que correspondían a científicos de verdad…

Bushito se cree un enviado de la mismísima deidad, el pésimo actor Ronald Reagan consultaba astrólogos antes de tomar decisiones ejecutivas, al igual que Adolf Hitler, Trump es un alucinado retardatario y un patán con poder. Muchos dirigentes son incapaces de vivir sin sus asesores místicos o sin asistir a templos y otros sitios de culto —al igual que el presidente López—, el líder religioso-político Jim Jones, por sus cojones, llevó —a producto de gallina—, al suicidio en Guyana, a casi un millar de personas. Los ultra derechistas de EUA han organizado una suerte de yihad gringa contra el islam… ¿qué nos falta? Por de pronto los guadalupos están desolados pues el papanazi Ratzi ya dijo que prefiere a los africanos, en una suerte de racismo SS a la inversa, y que no visitaría a Mexiquín; lloremos, ya estuvo que no hacen santo a Pro Juárez en cualquier futuro posible… y menos con el argentino ché papa actual, pues este preferiría santificar a Gardel.

Pero lo que si me da miedo es pensar en las creencias del presidente López…

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