Voces del Periodista Diario

Donde la puerca tuerce el rabo

Voces del Director

Desde Filomeno Mata 8

Por Mouris Salloum George (*)

 

En incontestable grado y medida, mucho depende de los poderes fácticos.

Para decirlo pronto y de manera convencional, conforme el código sociológico, de los factores reales de poder.

En la correlación de fuerzas en una ya insostenible democracia representativa, las del poder económico terminan por imponer su ley suprema.

De cómo emergió el Derecho Revolucionario

Del movimiento armado mexicano triunfante, que culminó en el Congreso Constituyente de Querétaro de 1917, emergió el Derecho revolucionario. De ahí que su producto fue la primera Constitución Social en el mundo.

La democracia es lo que los teóricos tipifican como “la sociedad misma en acción”.

El Derecho revolucionario entonces, como paradoja, dio oportunidad de actuar a los poderes de la contrarrevolución.

El Constituyente Permanente, poder del retroceso

Ese proceso –política, económica y socialmente disolvente y regresivo-, tuvo como palanca el Poder Constituyente Permanente; esto es, el Congreso de la Unión y las legislaturas estatales, como poder revisor.

En esa inhumana matriz, se gestó el Estado Neoliberal mexicano, jalonado por el Derecho Corporativo Global: El de los poderes de grandes y depredadores corporativos empresariales trasnacionales y sus agentes internos.

En la reciente conmemoración del 102 aniversario de la Constitución, se descartó la idea de convocar a un nuevo Congreso Constituyente.

Esta semana, no obstante, se dio por muerto el neoliberalismo como política de Estado.

Es compromiso asumido por el Poder Ejecutivo. Toda iniciativa legislativa para tal efecto funeral, sin embargo, tiene que pasar por la criba del Poder Constituyente Permanente, que ahora está dotado de facultades para aprobar el nuevo Plan Nacional de Desarrollo, carta de navegación de la cuarta transformación.

Dicho en términos de suspicacia ranchera: Ahí es donde la puerca tuerce el rabo.

Sería la hora, pues, de no perder la unidad de mando, depositada por la Constitución en el Supremo Poder Ejecutivo, a cargo de un solo individuo: El Presidente de los Estados Unidos Mexicanos. Lo dice la Carta fundamental en su artículo 80. Hacerlo valer.

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