Voces del Periodista Diario

EL “FENÓMENO” MÁS ELUSIVO

        (*)

ENTRE OVNIS  TE VEAS…

(*)¿Objetos Volantes No Identificados u:

Obras Vacilantes Nada  Importantes?

Por Héctor Chavarría

No hay Objetos Volantes No Identificados, sólo personas incapaces

de identificar lo que ven.”

Decálogo de investigación OVNI  de SoMIE / Chavarría.

A: Jaime “Maussen”, por las muchas horas de diversión escuchando sus campechanas tonterías.

Desde 1947, año en el cual se hizo la primera observación moderna, los OVNIs, u Objetos Volantes No Identificados (las siglas en inglés y en alemán son, por supuesto: UFO), han llenado de regocijo a los escépticos y a los militares; de perplejidad, esperanza y frustración a cuantos creyentes se han aproximado a su “estudio o investigación” desde la perspectiva extraterrestre.

         Para la mayor parte de las personas que oyen hablar de OVNIs por primera vez, los dichosos objetos tienen (ante la ola de desinformación de los charlatanes), la “obvia” connotación de “naves” y casi inmediatamente de “naves extraterrestres” porque de eso es de lo que suelen hablar los que se dedican a “investigar” estos curiosos “avistamientos”, o mejor dicho a lucrar con las creencias, vendiendo videos, por ejemplo: ¡hola Jaime!

         Sin embargo, en los muchos años transcurridos desde que un tal Kenneth Arnold hiciera la primera “observación” y un periodista sensacionalista les diera el malhadado nombre de “platos voladores”, nadie ha aportado una sola prueba, por ínfima que sea, de que se trate de artefactos procedentes del espacio o más exactamente de: Vehículos Extraterrestres (VET), que sería su denominación pues ya habrían sido identificados, así que es necesario hacer una clara diferenciación entre el trabajo de identificar “no identificados”, labor básicamente militar y el atribuir a lo que se es incapaz de identificar como “extraterrestre”, al respecto en un programa de TV, el señor Jaime Maussan Flota aseguró campechanamente: “si no puedes identificarlo, es extraterrestre”, una perla de gran precio, con perdón de los mormones que también se las traen en eso de la imaginación ramplona…

En cuanto a los ETs, lo único que se tiene al respecto es una colección de cuentos naive de la más diversa índole; de farsas orquestadas por charlatanes y una muy divertida y abundante colección de “casos” para el folklore, las tradiciones y el estudio de la psique humana.

         Porque los OVNIs y los “platos voladores” de hecho los hay que parecen salseras, ollas, saleros, cacerolas, balones de fútbol, y de hecho cualquier objeto que pueda ser arrojado al aire para ser fotografiado, son dignos de un estudio psicosocial y antropológico, más que de cualquier otra cosa: son una distracción, un camelo religioso, muchas veces con fines políticos.

No es necesario analizar si una cacerola puede volar, o cuánto tiempo tarda en caer desde que se la arroja para fotografiarla y luego presentarla como prueba irrefutable, sino estudiar a la o las personas que afirman haber visto eso cuando no crearon la farsa y le llaman nave de las Pléyades, las cuales — “naves” y Pléyades—, con total seguridad ignoran dónde están.

         Obvio, quienes arrojan una cacerola al aire, para fotografiarla o tomarle un video para la TV, son truhanescharlatanes, los que afirman haber visto una nave con esa forma deberían ser consignados al FBI (Fray Bernardino Institute, vil manicomio de CDMX o su equivalente en otros sitios como la Fuerza Bruta Imbécil, o el equivalente mexicatl: AFI, Asnos Fácilmente Identificables), o bien, ser tomados en cuenta como casos interesantes y urgentes para el oftalmólogo más cercano, en especial los que confunden globos soltados el día de reyes por manos infantiles; con naves extraterrestres.

¡Hola otra vez Jaime, el último de tus videos (el del supuesto dirigible ET), es todo un poema! Seguramente escapado de la Alameda. Pero la idiotez del señor secretario milico (el de Sedena) es oro molido… luego vamos a eso.

 

EL  NACIMIENTO DE UN MITO

            Cuando Kenneth Arnold, un piloto civil de los EUA reportó haber visto unos objetos extraños o más bien que él no pudo identificar, sobre el Monte Rainier, dio inicio a uno de los mitos más persistentes del siglo XX posteriormente Arnold llamó a lo que había visto o creído ver; Flying Saucers (salseras voladoras) y trató de sacar provecho económico de ello, aunque desde entonces algunos expertos serios y no vendedores de historias baratas, argumentaron que se trataba de simples nubes lenticulares, pero los periódicos ya habían hecho su agosto y la noticia estaba surtiendo efecto en las débiles mentes de muchos bajo el fútil argumento de que eran platillos  voladores (Arnold, poco antes de su muerte.) y atribuyendo esta descripción a Arnold, quien había descrito “salseras”, luego llegaría el resto de la vajilla.

Unos meses después, en Roswell, Nuevo México, “algo cayó del cielo”, los militares fueron al sitio y levantaron todas las “evidencias”, un oficial de inteligencia subalterno deslizó a los medios que se trataba del accidente de un “plato volador” para desviar la atención de un proyecto militar secreto y, ¡funcionó!, luego hubo “embarazoso” silencio.

Ante el revuelo que se armó, los mandos de la recién formada Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF, por sus siglas en inglés, antes AAF: Army Air Force) admitieron a regañadientes que se trataba de un globo meteorológico.

Nadie les creyó y el mito sobre VETs (vehículos extraterrestres), accidentados a cada rato (al parecer los “platillos” son endebles y tienen muchos más accidentes que los microbuses), naves cautivas, autopsias a pilotos ET, secretos militares que todos comentan, hangares camuflados y áreas restringidas se multiplicaron como flores nauseabundas, todos los esfuerzos para calmar los ánimos desatados fueron inútiles, los locos, los soñadores fútiles y los creyentes estaban exaltados, muchos de ellos siguen así, a pesar de los años transcurridos y el ridículo, demostrando que la sentencia de la Biblia en el Eclesiastés es cierta: stultorum infinitum est numero, o sea: el número de los pendejos tontos es infinito.

El caldo de cultivo era propicio y la semilla había caído en tierra fértil.

DE LA POSGUERRA A LA GUERRA FRIA

         Para entender correctamente el nacimiento del mito de los OVNIs, es necesario darse una vuelta por el mundo de entonces; por las tensiones y los hechos de aquellos años de posguerra. En 1945 había terminado la Segunda Guerra Mundial y el mundo se había repartido entre dos tendencias dominantes: comunismo y capitalismo las cuales estaban delimitando sus campos de influencia. La guerra más grande y terrible de la historia había culminado con un arma total: el brillo atómico sobre dos ciudades japonesas, si los seres humanos eran capaces de hacer semejante cosa, si la ciencia humana podía crear tales armas, entonces todo era posible. Por otra parte, para los militares estadunidenses, en especial luego de echar un vistazo al arsenal nazi capturado, cualquier cosa no identificada que fuera reportada por cualquiera, podía ser un arma del enemigo, es decir de los sucios comunistas, quienes seguramente la podían haber tomado de los sucios nazis sin conocimiento de ellos;  —los  bueyes yanquis mejillas de manzana—, y ahora aviesamente iban a utilizarla… de ahí el muy lógico interés militar gringo en los OVNIs.

         El mundo estupefacto se había enterado de las atrocidades de los nazis en sus campos de exterminio, había contemplado como los japoneses fueron capaces de destruir por sorpresa parte de la flota norteamericana en Pearl Harbor… ¿qué pasaría ahora, si hubiera allá afuera unos seres con tecnología superior e intenciones hostiles? El mundo se sentía vulnerable ante lo extraño, por su parte la cienciaficción de aquellos años se deleitaba con historias de invasión ET, al estilo La guerra de los mundos del inglés H.G.Wells; apenas en 1938, el estadunidense Orson Welles había aterrorizado a bastantes de sus paisanos con su versión radiofónica de La guerra de los mundos de Wells.

Desinformación y miedo creaban el terreno fértil en la sociedad civil, amén de la posible amenaza (muy real) de otra guerra, ahora con los rojos, no precisamente del planeta rojo, sino de la URSS. Los militares, por su parte, necesitaban información urgente sobre las intenciones y potencial del nuevo enemigo e idearon algunos métodos de espionaje no ortodoxos.

Uno de ellos, el más directamente conectado con nuestra historia “marciana” fueron los globos espía. Y eso nos lleva de nuevo a Roswell… pero antes un paréntesis informativo.

En los años finales de la guerra, los japoneses idearon una manera harto ingeniosa para bombardear a los estadunidenses desde lejitos mediante naves no tripuladas; los astutos nipones utilizaron globos cargados con bombas; explosivas e incendiarias, usando la información proporcionada por los alemanes sobre las corrientes de chorro… y lanzaron una ofensiva que pudo tener resultados terribles para los EUA. Las contramedidas de inteligencia, el silencio de los medios sobre los efectos reales de los globos, hicieron creer a los japoneses que aquello era un fracaso, la campaña fue interrumpida antes de enviar la siguiente oleada cargada con artefactos químicos y bacteriológicos, EE.UU. se salvó por un pelo.

         No funcionó para los japoneses, pero los estadunidenses habían tomado nota.

Ahora sí, volvamos a Roswell.

ESPIONAJE DESDE EL CIELO O GNI: GLOBO NO IDENTIFICADO

         Lo que cayó ahí, en Roswell, fue uno de los prototipos de globo radar-espía de la Fuerza Aérea, por eso fueron a por los restos con una prisa muy comprensible, por eso guardaron el secreto y advirtieron al único testigo que se callara o por eso desviaron la atención hablando una sola vez de una “nave ET”, por eso luego dijeron que había sido un globo meteorológico, en una clara muestra de desinformación y verdad a medias, típica de los servicios militares de inteligencia y además, porque ya el programa de espionaje con globos había sido cancelado y sustituido por otros métodos más efectivos y seguros. De cualquier manera el secreto se mantuvo hasta los años 90 del siglo pasado, porque en nada perjudicaba a los militares que unos loquitos siguieran inventando historias sobre Roswell.

El interés militar gringo en los OVNIs se mantuvo hasta que se supo que no eran artefactos rusos y cuando se constató que el 99.9% de los casos reportados eran identificables o simplemente no existía forma de investigar por falta de datos o porque éstos eran subjetivos.

         Cuando esta información fue compartida con los civiles en el libro: Proyecto Libro Azul, no hubo creyente que quisiera aceptar que había estado persiguiendo fantasmas y que varios charlatanes le habían visto la cara. Después de todo también tienen su orgullo los creyentes… y además ¡es tan bonito y fácil creer en vez de estudiar y conocer científicos! Y si no lo creen, vean al señor Secretario de la Sedena de la Era Fox, enviando videos a charlatanes; de lo que fueron unos bonitos quemadores de pozos petroleros, ignorancia o maniobra de desinformación adrede, posiblemente para enmascarar alguna maniobra sucia foxista (Remember Roswell).

 

LOS LUGARES COMUNES

         Uno de los sitios comunes más usuales respecto de los OVNIs viene aparejado con el primer “avistamiento” y que fuera un piloto quien vio “los platos”: es el mito de que los pilotos de avión son “expertos” en lo que hay, se ve (o cree verse), en el cielo, aclaremos: los pilotos de avión, en especial los comerciales, son el equivalente aéreo de taxistas.

El transitar por el aire no convierte mágicamente a quien lo hace en un experto en fenómenos aéreos, un simple ejemplo; todos viajamos por años en el Metro de la CDMX, y eso no nos hace expertos en topos o cualquier otra criatura subterránea, incluidas las ratas, o en lo que vemos a través de las ventanas del vagón.

El piloto es un experto en conducir su avión, pero fuera de eso… hay que recordar que casi todos los reportes del siglo XIX sobre serpientes marinas gigantes fueron hechos por capitanes de barcos quienes, según la creencia popular, eran los expertos en lo que ocurría en la mar en aquellos días, porque por ahí transitaban… y hasta la fecha no hay quien haya visto una serpiente marina gigante, por lo menos ningún especialista que valga la pena, digamos un biólogo marino.

Los encargados del radar son otros sujetos comunes en este rollo de los OVNIs, por lo menos a últimas fechas se han puesto de moda… pero ¿saben ellos algo fuera de no poder identificar ruido de fondo del radar, que por otra parte y siempre desde su invención, ha estado ahí sin ser identificado? ¿Y los controladores aéreos? Bueno, ellos, suponemos saben mucho de radios, comunicaciones, frecuencias, radar, corredores aéreos, manuales de tránsito y… ¿qué más?, son personas comunes y corrientes que suelen estar horas en una torre de control y que a veces (lo cual es muy humano), quieren ingresar en el mundo mágico erótico y musical de… lo insólito, su testimonio sigue siendo un asunto psicosocial. Supeditado a la ignorancia de su auditorio. ¡Ojo!, un cirujano de aparato gastrointestinal no es necesariamente un experto en plomería, eso parece obvio, excepto para el pensamiento mágico.

         ¿Divertido verdad? Los ovnílogos de la praxis, los de verdad, llevamos muchos años regocijándonos y a veces enojándonos con todo esto, analizando, buscando, haciendo estadística, investigando casos reales como el Caso Puebla, el “caso perfecto mexicano”, esa es una historia, que si lo desean, se las cuento luego; es muy interesante y divertida…

LOS VILLANOS DE LA PELÍCULA

         Y llegamos con los malos, los que de verdad investigan y además estudian, o sea nosotros, los escépticos, los que; suspendemos el juicio afirmativo o negativo hasta no tener una prueba determinante. O sea; los que tratamos de poner un poco de coherencia en todo este embrollo fascinante…

Alguna vez nos han llamado los MIB (Men In Black) u hombres en negro, mucho antes de que se pusiera de moda el término por las películas (en realidad lo de MIB es porque somos unos Muy Inteligentes Buscadores).

Alguna vez unos ovnicreyentes nos acorralaron (a mi tocayo el psicólogo Héctor Escobar, también de SoMIE, y a este cienciaficcioñero y periodista) en los pasillos de Televisa, para acusarnos de ser “agentes de la CIA”, una agencia de la cual aquellos ignaros no tenían ni la menor idea, salvo lo que habían visto en TV o en el cine, lo cual obviamente…, a mí en lo personal también me han acusado de ser agente del MOSSAD israelí; los comentarios sobran.

Lo más chistoso es que los escépticos miembros de SoMIE jamás hemos cobrado un centavo por divulgar nuestros conocimientos en la materia, ni vendido videos, cobrado por dar conferencias y cosas por el estilo. Nosotros vivimos de nuestro trabajo profesional, no de los OVNIs o los supuestos ETs. La sociedad escéptica investiga casos OVNI y hace estadística, mediante el método científico y militar… hasta la fecha no hemos hallado una sola prueba de presencia ET en ninguna parte del mundo, y el OVNI más profundamente investigado, el del Caso Puebla, hoy es OVI, o sea un Objeto Volador Identificado, lo cual demuestra que cuando se hace investigación de veras y porque hay algo real que investigar, se obtienen resultados; si las lucecitas captadas por los pilotos de la FAM —quemadores de PEMEX en el Golfo de México—, hubieran sido estudiadas por expertos en fenómenos aéreos y no por charlatanes que deseaban llevar agua a su molino, con seguridad se tendrían resultados…, pero mientras se niegue a la UNAM el material y se le entregue a un seudo investigador, gurú y contactado… los comentarios salen sobrando. Por cierto, las cámaras esas, como la que captó el “fenómeno” ya habían sido reportadas como defectuosas desde la primera guerra del Golfo Pérsico, no es la primera vez que se adquiere equipo militar de segunda en esta especie de país.

         Hasta la fecha los ETs son sólo materia para la cienciaficción —género literario por cierto, lleno de escépticos— y, los OVNIs son unos casos muy chistosos para estudiar el pensamiento mágico de las personas que afirman haberlos visto, desde los que realmente quieren saber qué vieron hasta los que afirman haber visto naves de las Pléyades y luego dicen que todos los adelantos de la humanidad son obra ET —como si los seres pensantes no supiéramos quienes los hicieron—, mostrando de paso su profunda, abismal y enciclopédica ignorancia. El único valor de estos mitos es el conocimiento que aportan —al ser estudiados con seriedad—, acerca de la creación de sistemas de creencias, religiones y seudomagia. Su estudio y comprobación corresponde al ámbito militar donde fue acuñado el término UFO, en inglés y alemán u OVNI en castellano (Objeto Volador No Identificado), cuando se ve en ello una amenaza potencial y, a las ciencias sociales pues sus “evidencias” están hechas de la intangible materia de los sueños…

(*)

SoMIE son las siglas de Sociedad Mexicana (para la) Investigación Escéptica, una sociedad civil multidisciplinaria, dedicada a la investigación científica de los fenómenos extraordinarios.

(*)

Héctor Chavarría: escritor de cienciaficción (Premio Nacional Puebla e Internacional Andrómeda), periodista especializado en armas, supervivencia, deportes extremos y temas militares entre otros, único Académico en la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, admitido en la vetusta institución, como experto en OVNIs. Socio fundador de SoMIE: Sociedad Mexicana (para la) Investigación Escéptica y AMCyF: Asociación Mexicana (de) Cienciaficción y Fantasía, es uno de los ovnílogos escépticos más antiguo de los EUM, con bastante más de 50 años en el ajo.

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