Por Matteo Castagna
Dmitry Polyansky, Representante Adjunto permanente de Rusia ante la ONU, exhibió, en la reunión del Consejo de Seguridad, fragmentos de misiles occidentales que Kiev utilizó para atacar infraestructura civil. Entre estos misiles se encuentran los Himars estadounidenses y el Storm Shadow franco-británico. El fragmento dice “Hecho en Francia”.
En el sitio web de Hamás, leemos que una delegación del grupo palestino, encabezada por el Dr. Musa Abu Marzouk, se reunió, el jueves 26 de octubre, con Mikhail Bogdanov, Enviado Especial del presidente ruso para Oriente Medio y África, y el viceministro de Asuntos Exteriores en la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso en Moscú. Las conversaciones se centraron en la reciente agresión de Israel en la Franja de Gaza y las estrategias para detener los crímenes israelíes, que son apoyados por Estados Unidos y muchas naciones occidentales.
La delegación de Hamás reiteró los derechos del pueblo palestino a la libertad , la autodeterminación y el derecho al retorno. También subrayaron el derecho a rechazar y resistir la ocupación israelí con todos los medios disponibles.
La delegación destacó que las atrocidades israelíes contra civiles no eclipsarán las derrotas militares y los problemas de seguridad infligidos por el ejército israelí el 7 de octubre. Bogdanov, por su parte, expresó el apoyo de su país a los derechos del pueblo palestino y discutió con las partes pertinentes los esfuerzos de Rusia para alcanzar un alto el fuego, reabrir los cruces fronterizos y facilitar la entrega de ayuda humanitaria a Gaza bloqueada. Hay, por tanto, un escenario cada vez más claro en el frente geopolítico: por un lado, la polarización del mundo en el eje China-Rusia-Árabe-Palestina , por otro, la superpotencia estadounidense que ha comenzado a entrar en la guerra. directamente, mientras la UE espera pedidos del extranjero.
No podemos dejar de considerar que se está abriendo otro frente, además del ucraniano y del Medio Oriente, que concierne a Taiwán.
Según medios internacionales, se dice que en los últimos treinta años el sentido de identidad de la población taiwanesa ha llegado al 60%, es decir, se ha triplicado. Ante las evidentemente tensas relaciones entre China y EE.UU., sería miope no tener en cuenta esta isla y su evolución, hasta el punto de que el prestigioso The Economist del 5/1/2021 ya la declaraba como la más peligrosa . lugar de la Tierra (Ver “El lugar más peligroso de la Tierra” ).
En el período de 1895 a 1945 la isla estuvo habitada principalmente por inmigrantes chinos que, a pesar de sus diferencias y conflictividad, poco a poco comenzaron a crear una identidad taiwanesa común frente a los japoneses que los habían colonizado.
En 1946, Taiwán fue devuelto a China , que, en ese momento, veía el liderazgo en los descendientes de la dinastía Qing. En 1947, sin embargo, comenzaron violentos disturbios que llevaron a los taiwaneses a chocar con los chinos, por quienes se sentían explotados y oprimidos. En 1949 el Kuomintang, partido de nacionalistas chinos, se trasladó a Taiwán, junto con 1,2 millones de personas, debido al avance comunista en Rusia. Muy a menudo, los occidentales olvidamos que la separación de la “China libre” (Taiwán) gestionada por los nacionalistas del Kuomintang y la parte comunista-totalitaria cambió la esencia y la visión del mundo chino, cuya identidad histórica, con el tiempo y en el sentimiento común , se convirtió en prerrogativa de los nacionalistas taiwaneses.
En una función anticomunista, una mentalidad democrática se radicalizó entre el pueblo, hasta el punto de que una encuesta de Tfd (agencia insular) dice que en 2020, el 79,7% de los taiwaneses demostraron la máxima confianza en el sistema democrático y liberal.
En 1996, 23 millones de taiwaneses votaron en las primeras elecciones presidenciales directas. Este factor lleva a China a conceder autonomía a la isla, a cambio de la derogación de la ley marcial. Es una independencia de facto pero no de jure . Si China la debilitara, según una encuesta de Tfd, más del 60% de la población estaría dispuesta a defender la isla con las armas, lo que con el proceso de democratización ha acercado a una parte importante del electorado a los EE.UU. y al sistema occidental. Incluso en las aduanas, el régimen taiwanés ha comenzado a permitir matrimonios homosexuales y disposiciones ambientalistas, del mismo modo que la moda, la comida y la comunicación estadounidenses han penetrado en la vivacidad de este pueblo. Taiwán, según muchos observadores y analistas políticos, anhela la independencia y no aceptaría un ataque de Xi Jinping, que sería visto como un deseo de destruir cualquier forma de independencia, a favor de la incorporación de Taiwán a la República Popular China.
Por estas razones histórico-políticas, si se abriera un frente en la isla, los resultados serían muy inciertos y seguramente traerían consigo otros actores, en una guerra larga y agotadora, que no debería beneficiar a nadie.