El lecho de Procusto
Por Abraham García Ibarra
Sólo para efecto de corroborar un dato, el pasado sábado al anochecer presenciamos un servicio eclesiástico en una parroquia de la colonia del Valle. Mateos dejó dicho: Ya no son dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios ha unido, que ningún nombre lo separe.
Los católicos conservadores mexicanos se oponen al divorcio, convencidos de que el lazo matrimonial es divino e indisoluble.
Ya en el íntimo reposo dominical, consultamos un texto de literatura siquiátrica: El síndrome de Juana de Arco se detecta en mujeres dispuestas a arder en la hoguera en defensa de las causas en las que creen de veras.
Ambas exploraciones de fin de semana nos las motivaron, primero, un principio de doctrina que aún conserva en sus documentos básicos el Partido Acción Nacional: La integración de la familia es inviolable.
En nuestras experiencias reporteriles, hemos dejado constancia de que auténticas militantes del PAN están dispuestas a llegar hasta el martirologio. Por supuesto, esos testimonios se producen en plena efervescencia electoral.
Recuperamos los anteriores elementos de reflexión, asombrados por el ruido mediático que el fin de semana desencadenó la renuncia de la señora Margarita Zavala Gómez del Campo al partido que, hasta entonces, le ofreció todas las oportunidades de desarrollo político.
Según algunos “líderes de opinión” leídos durante la mañana dominical, el suceso marca un antes y un después en la biografía del PAN. (¡!).
¿Qué cocinan los magistrados y consejeros electorales federales?
Lo de la señora Zavala se supondría un asunto doméstico y recurrente en esa formación política. Al menos desde 1975, nuestros registros tienen una larga lista de dimitentes del PAN, precisamente en temporadas electorales.
Lo que no puede dejar de consignarse, son dos coincidencias que acompañaron las estridencias de los medios electrónicos.
El viernes 6 de octubre, una de las salas regionales del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), que preside la magistrada Magda Janine Madeline Otálora Malassis, dictó sentencia absolutoria a la señora Zavala (Voy por México), imputada de actos anticipados de campaña (presidencial).
En puntual división del trabajo, el Instituto Nacional Electoral (INE), que preside Lorenzo Córdova Vianello, resolvió súbitamente ampliar el plazo de gracia para el registro de candidatos independientes a la Presidencia de México.
¡No señores! Que nadie incurra en sospechosismo poniendo en tela de juicio el principio de imparcialidad de los insospechables magistrados y consejeros electorales federales.
Calderón: De antipriismo les puedo dar unas lecciones
Algunos “insidiosos”, aun dentro del propio PAN, no sólo insinuaron, sino afirmaron que la ardida decisión de la señora Zavala le hace el juego al PRI.
Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa entró de inmediato al quite, asegurando en redes sociales: De antipriismo les puedo dar algunas lecciones.
Desde 1969, tuvimos la suerte periodística de tratar con don Luis Calderón Vega. Por sus escritos, algunas de cuyas copias nos autografió, por sus conversaciones y por sus actitudes militantes, pudimos comprobar que el michoacano -al que Carlos Castillo Peraza le daba trato de joven abuelo– era en verdad un auténtico cruzado, no sólo contra el PRI, sino contra aquellos segmentos de la sociedad, sobre todo empresariales que, de su complicidad con la “clase priista”, hacían título de fe.
Don Luis fue padre, no siempre bien comprendido, de Felipe Calderón Hinojosa. Felipe es todavía esposo de Margarita Zavala. De Felipe fue mentor político Castillo Peraza.
En buen grado y medida, incluso por cierta relación afectiva, se puede saber que al pensador yucateco le debe Felipe su ascenso en la estructura directiva del PAN.
El antipriismo calderoniano amerita algunas consideraciones.
Después de los remesones de la campaña presidencial de 1988, en diciembre la célula dirigente del PAN suscribió con el usurpador priista Carlos Salinas de Gortari lo que más tarde hizo fama como la Alianza estratégica.
Ese pacto consistió, por parte del neopanismo, en brindarle a Salinas de Gortari legitimidad de gestión; por parte de Salinas de Gortari, las concertacesiones electorales.
La alianza fue suscrita, en su calidad de jefe nacional del PAN, por Luis H. Álvarez. Lo acompañaron a Los Pinos, entre otros, el nombrado Castillo Peraza y Diego Fernández de Cevallos.
Por aquellos días, si mal no recordamos, en el directorio del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, figuraba como secretario de Estudios, Felipe Calderón Hinojosa. No se le escuchó entonces alguna objeción antipriista.
A Luis H. Álvarez le sucedió en la jefatura nacional, en 1993, Castillo Peraza. Éste le entregó la estafeta a su pupilo, Felipe Calderón Hinojosa, en 1996. Para entonces, era del dominio público un nuevo anagrama bicéfalo: PRIAN.
Del mismo modo que la Alianza estratégica de 1988 no pasó por el registro de la Comisión Federal Electoral (CFE) ni por protocolo notarial, no se dio nunca por disuelta.
El expediente de Luis Felipe Bravo Mena
En 1999, ya en campaña presidencial, Vicente Fox se desembarazó de Calderón Hinojosa para entregarle la jefatura nacional a Luis Felipe Bravo Mena, quien exhibe posgrado en Filosofía Política y Social por la Universidad Panamericana. (Es hoy coordinador de la comisión anticorrupción del PAN).
En la segunda Legislatura federal de la presidencia de Salinas de Gortari, la LV, Bravo Mena fue diputado federal. Su ficha biográfica reportó entonces que “pertenece al PRI desde 1969, donde ha desempeñado los cargos de jefe de campaña en el XVII distrito del Estado de México en 1982”. Si no hay error, ese año estaba en campaña el candidato presidencial priista Miguel de la Madrid.
Con tan visible antecedente, no hemos podido encontrar algún dato que indique alguna impugnación del michoacano a su relevo por Bravo Mena.
Cuando en 2000 el priista Ernesto Zedillo le entregó la banda presidencial a Fox, el guanajuatense rehabilitó a Calderón Hinojosa con la titularidad del Banco Nacional del Obras Públicas y Servicios, primero, y secretario de Energía más tarde.
En ese segundo puesto, Calderón Hinojosa forjó su candidatura presidencial por el PAN para 2006. Después confesaría que fue partidario de la propaganda negra y la descalificación como peligro para México, asestadas a su adversario electoral Andrés Manuel López Obrador. Ciertamente, no contra el candidato priista Roberto Madrazo Pintado.
El retorno de Salinas de Gortari en 2006
El punto es que las campañas presidenciales de 2006 fueron irrumpidas por los que se conoció como El complot contra López Obrador, maquinado, según historias editoriales todavía en circulación, por un grupo de conspicuos priistas encabezados por el usurpador de 1988, Carlos Salinas de Gortari.
A mayor abundamiento, el jefe nacional del PAN (2005-2007), Manuel Espino Barrientos dio fe pública de que contó con el auxilio de la entonces secretaria general del PRI, Elba Esther Gordillo Morales, para persuadir a algunos gobernadores priistas norteños, de operar la orientación del voto tricolor en favor del michoacano. (Entre ellos, el priista tamaulipeco Eugenio Hernández Flores, hoy reciclado en las páginas policiacas).
El “fuego amigo” contra Josefina Vázquez Mota
En la sucesión del propio Calderón Hinojosa, la candidata presidencial del PAN, Josefina Vázquez Mota acusó que su campaña fue dinamitada por fuego amigo, imputado a un secretario encargado de despacho (Genaro García Luna) y a una funcionaria de Los Pinos (Alejandra Sota) del gabinete de Calderón Hinojosa.
Finalmente, en 2012 Calderón Hinojosa hizo perder al PAN la presidencia de la República en manos del PRI. Entregó a Enrique Peña Nieto.
Cuando el jefe nacional del PAN, Gustavo Madero Muñoz integró a su partido al fáctico Pacto por México a remolque del PRI, Calderón Hinojosa no levantó la voz para salir al paso a ese que se consideró un refrendo de la vieja Alianza estratégica Salinas-PAN.
No encontramos en ese recorrido de casi 30 años, elemento alguno que acredite las lecciones de antipriismo de Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa.
En ese tortuoso tramo, el michoacano ha sido acompañado fielmente por su esposa Margarita Zavala Gómez del Campo.
Gran presupuesto para el 18: “Los votos de Fox”
Sólo hasta ahora en que el actual jefe nacional del PAN, Ricardo Anaya Cortés, no se ha doblegado a los designios de la ex pareja presidencial, es que el matrimonio Calderón Zavala pone del grito en el cielo.
Tres senadores azules, conocidos como Los rebeldes: Javier Lozano Alarcón, Salvador Casillas y Ernesto Cordero Arroyo, secretarios encargados de despacho en el sexenio de Calderón Hinojosa, se han sumado a la causa de Margarita Zavala.
Cordero Arroyo, que no suele ser muy atinado en sus manifestaciones públicas, ahora que es presidente de la directiva en turno del Senado, hace cuentas alegres adhiriéndose al supuesto que a la candidatura de la renunciante Margarita volverían los votos de Fox de 2000.
El ex secretario de Hacienda calderoniano parece olvidar que los Amigos de Fox de 2000, ya no lo son. Pero sigue vigente el triunfal himno del michoacano: Aiga sido como aiga sido.
Ayer lo corearon el ex consejero presidente del Instituto Federal Electoral (IFE) Luis Carlos Ugalde Ramírez y sus pares. Hoy hacen escoleta el consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello y sus pares. Es cuanto.