Voces del Periodista Diario

Golpe de Estado contra el Derecho a la Información

La Piedra en el Zapato

Por Abraham García Ibarra

Según el postulado democrático, los medios de comunicación de los Estados Unidos son independientes y tienen la obligación de descubrir la verdad e informar de ella, y no reflejar pura y simplemente la percepción del mundo que desearían los grupos de poder.

Ese supuesto se inscribe en la denuncia del sistema de mercado dirigido que corre a cargo del gobierno, de los líderes de la comunidad y de los propietarios de los principales medios de comunicación norteamericanos.

El diagnóstico está planteado desde 1988 por los intelectuales, investigadores y escritores Noam Chomsky y Edward S. Herman en su maciza obra Los guardianes de la libertad.

A pleno galope, las tácticas de desinformación

Una de las observaciones más agudas señala que en momentos en que se produce una cierta diversidad de juicios e incluso cuando la controversia de las élites acerca de cuestiones tácticas está en pleno apogeo y se generan desacuerdos, las opiniones que ponen en cuestión las premisas fundamentales o sugieren que los modos de ejercicio del poder del Estado al uso están basados en factores sistémicos, el espectro monolítico no se ve alterado.

El examen crítico de los medios de comunicación norteamericanos, concluimos nosotros, tiene en su centro de gravedad las técnicas de desinformación que los autores empiezan a documentar desde que Nicaragua empezó a ser objeto del ataque de los Estados Unidos hace cuatro décadas.

El juego que todos jugamos: Las fake news

El modelo de control denunciado pareció puesto en revisión a la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y el republicano asumió una política selectiva en favor de determinados medios y de exclusión de los menos amistosos.

Fue una falsa sensación, la de una exigencia unitaria de respeto a la Libertad de Expresión. Esta semana, en que se pretendió consumar el golpe de Estado contra el gobierno bolivariano de Venezuela, la casi totalidad de medios electrónicos e impresos de la Unión Americana tocó una misma partitura.

No sólo por inercia, sino por voluntario alineamiento con los designios del imperio -salvo algunas excepciones- en México se siguió el coro injerencista.

A mayor abundamiento, se repitieron hasta la saciedad fake news fabricadas en el interior del Salón Oval de la Casa Blanca. Esa es la realidad del Derecho a la información en México. Qué le vamos a hacer. Es cuanto.

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