Ojo Público
Por Norberto Hernández Montiel
El hallazgo de propaganda contra la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, en la alcaldía de Cuauhtémoc, la cual gobierna Sandra Cuevas, replantea varios asuntos que hay sobre la mesa de las dos instituciones relacionadas con los procesos electorales en nuestro país, el INE y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, en las cuales hay evidencias de comportamiento faccioso.
No han bastado al INE los evidentes amagos contra la libertad de expresión y el derecho a la información, derechos consagrados en los artículos Sexto y Séptimo de la Constitución, al persistir en sus intentos de “cancelar” la conferencia de prensa del presidente Andrés Manuel López Obrador, conocida como “Mañanera”, al calificarla como propaganda política.
En días pasados, el tribunal llegó a un extremo ridículo, al prohibir que el Movimiento de Regeneración Nacional use la caricatura de López Obrador conocida como “Amlito”, la cual ideó el monero José Hernández, y acompañó el lema de Bertha “La Chaneca” Maldonado, fallecida en 2020: “Sonríe. Vamos a ganar”.
La magistrada de ese tribunal Jeanine Otálora, en una de las intervenciones que hubo en contra del uso de esta caricatura, argumentó: “El uso de la imagen del presidente de la República en la propaganda partidista vulnera los principios de equidad y neutralidad en la contienda, toda vez que influye en la ciudadanía, ante la imposibilidad de desvincular la imagen de López Obrador de su carácter de servidor público, con independecia de que textual, o gráficamente, no se asiente en la propaganda el cargo que ocupa; hay, entonces, una posible capitalización de la imagen positiva que la ciudadanía tiene de los servidores públicos de elección popular, así como de sus gobiernos, obviando que el criterio que debe preservarse es la equidad de la contienda”.
Ante este argumento sería conveniente preguntar si solamente la “imagen positiva” plantea la necesidad de establecer prohibiciones en el uso de argumentos gráficos, porque también se podrían imponer restricciones a la utilización de volantes (o “flyers”, el anglicismo que gusta usar Sandra Cuevas) que capitalicen la imagen negativa de alguien que pueda aspirar a un cargo de elección popular. Cabe la pregunta, usando los mismos argumentos de la magistrada Otálora: ¿esto no vulnera los principios de “equidad y neutralidad en la contienda”?
Entre las acusaciones que se hacen a la jefa de Gobierno en los instrumentos propagandísticos hallados en la Alcaldía Cuauhtémoc se asegura que Claudia Sheinbaum “Mató a los niños del (Colegio) Rébsamen en el terremoto (del 19 de septiembre de 2017)”. Esta aseveración, además de falaz, se basa en un fenómeno natural que atribuye a Sheinbaum poder sobre los movimientos telúricos.
Se hace énfasis en el Sistema de Transporte Colectivo, Metro, respecto a que hubo más de mil 800 incidentes en sus instalaciones desde 2018; aparte se habla del colapso en “el tramo elevado (de la Línea 12) del Metro y fallecieron 26 pasajeros”, el 3 de mayo de 2021” y también se asegura: “El 7 de enero de 2023 chocaron los vagones de la Línea 3 del Metro por falta de mantenimiento, se han reportado 59 lesionados y un fallecido”.
Uno de los textos que más llaman la atención es el siguiente: “En la cdmx: (sic, por el mal uso de las minúsculas y los dos puntos mal aplicados) Mueren 10 mujeres al mes asesinadas y #EsClaudia. Además de la pésima redacción, destaca el uso de la etiqueta, llamada “hashtag” con el fin de darle la vuelta al lema utilizado por simpatizantes de la jefa de Gobierno para posicionarla entre los aspirantes a la candidatura presidencial por Morena.
El remate es un texto colocado por un habilidoso publicista, debajo de la fotografía de Sheinbaum, como si se tratara de un identificador de antecedentes penales, de los utilizados en las agencias del Ministerio Público para “fichar” a los presuntos delincuentes. En el escrito se afirma: “Claudia convirtió la CDMX en tragedia”; se pregunta, a contiuación: “¿La quieres en tu ciudad?”. Finalmente se amenaza: “Esta historia continuará…”
La alcaldesa Sandra Cuevas, después de una serie de declaraciones contradictorias, tan ampliamente documentadas y difundidas por YouTube que no las incluiremos en este espacio, lanzó una serie de arengas al personal de la institución a su cargo y terminó preguntando: “¿A quién le vamos a partir su madre?” La respuesta que corearon sus subordinados fue: “¡A Claudia Sheinbaum!”
Esta serie de hechos recuerda mucho a la campaña electoral de 1994, en la que se utilizó una imagen de video de Cuauhtémoc Cárdenas, detenida, cuando el entonces candidato levantaba la voz y manipulada con alto contraste, en colores rojo y negro, para darle un aspecto repulsivo y amenazador.
También viene a la memoria el ex presidente Vicente Fox Quesada, cuando denostaba a los aspirantes de otros partidos, llamándolos “vívoras, tepocatas y chinches prietas”, entre otros calificativos. No obstante, cuando López Obrador lo conminó a callarse y le dijo “chachalaca”, hubo un alud de reacciones en su contra.
Es inolvidable la expresión publicitaria de que el actual presidente era “un peligro para México”, atribuida al “estratega principal” de la campaña de Felipe Calderón Hinojosa, Antonio Solá.
Si al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación le preocupa tanto la equidad en los comicios, por qué no toma decisiones respecto a la promoción de imágenes negativas contra quienes ahora son posibles aspirantes a cargos de elección popular, en lugar de intranquilizarse por el uso de las imágenes positivas del presidente.
Abonaría mucho para evitar el escalamiento de la situación conflictiva que puede ponerse peor.