La Piedra en el Zapato
Por Abraham García Ibarra
El pasado 22 de noviembre se registró una cita de no poco calibre: Se celebró el primer cuarto de siglo de la declaración de autonomía del Banco de México. Presidió el acto el actual gobernador Alejandro Díaz de León Carrillo.
Para conquistar el mando de la banca central mexicana se requiere haber pasado por una formación espartana que acredite la calidad de cuadro de excelencia. Díaz de León Carrillo logró esa calidad en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y la Universidad de Yale (EU).
Por el mismo corredor académico cruzaron el primer gobernador del Banco de México, Miguel Mancera Aguayo y más tarde Agustín Carstens Carstens, quien le entregó la estafeta a Díaz de León Carrillo.
Los egresados del ITAM son caracterizados por un genérico: Los itamitas. Los nombrados adquirieron sus posgrados en Yale, sede de la secta conocida como Calaveras y huesos. Hay algunas producciones cinematográficas que exhiben las barbaridades a las que son expuestos los jóvenes estudiantes de esa institución.
Itamitas, padres fundadores del Estado neoliberal
En abono a sus méritos tecnocráticos, algunos patriarcas y patronos del ITAM son reputados como los padres fundadores del Estado Liberal mexicano. Sus prendas: Arrogancia, insensibilidad social e infalibilidad.
Por orden de antigüedad biológica y sus terminales académicas, se considera como precursor en la toma de posiciones en la administración pública federal a Gustavo Petricioli Iturbide, el itamita mayor que llegó a ocupar la Secretaría de Hacienda en los dos años finales del sexenio de Miguel de la Madrid.
En 1987, Petricioli apareció en el centro de gravedad del crack de la Bolsa Mexicana de Valores, algunas de cuyas consecuencias fue el suicidio de algunos jugadores que se quedaron en cueros después del estallido de dicho fenómeno.
En el mismo orden, segundo de los itamitas prominentes es Mancera Aguayo, primer gobernador del Banco de México. Durante el periodo de su gestión se instituyeron los topes salariales a la clase trabajadora con la excusa de mantener controlada la inflación.
Fue el periodo también en que se procesó la privatización del sistema de banca y crédito, después desnacionalizada. Instrumentó la “desincorporación” otro itamita: Pedro Aspe Armella.
Otro itamita es José Antonio Meade Kuribreña, en posición como prospecto a la gobernación del Banco de México, optó por la candidatura presidencial del PRI EN 2018, con los resultados conocidos.
No todo estudiante puede ser “chico de los dieces”
Cuadros de excelencia los citados, algunos detractores tipifican a sus generaciones como la de Los chicos de los dieces. Formación espartana, señalamos antes.
Hoy vemos en los campus del ITAM El invierno de los girasoles. Los portan y los depositan los jóvenes alumnos del Instituto en expresión de luto y protesta por las exigencias académicas que han empujado al suicidio a algunos de sus condiscípulos. Los estudiantes del establecimiento no son robots carentes de humanidad y sensibilidad. No se les puede tratar como conscriptos. Es cuanto.