La Piedra en el Zapato
Por Abraham García Ibarra
¿En qué se parecen el inquilino de Los Pinos que se entrometió en las elecciones presidenciales de 2006, un ex candidato presidencial en la contienda de 1994, implicado en el complot del 06, un presidente consejero del IFE que validó los resultados de ese proceso y un asesor y encuestador privado que cobró la factura en el siguiente sexenio?
La pregunta sería extensiva a miembros del gabinetazo 2000-2006 y a intelectuales del salinismo devenidos mutantes apenas cambió de pecho la banda presidencial.
El ex presidente no digiere la suspensión de su pensión, que creyó vitalicia; el ex candidato presidencial, después de haber pasado por un secuestro y perdonado a sus raptores, perdió su fuente de ingresos en el tráfico de influencias.
El ex consejero presidente del IFE fue defenestrado un año después junto con cinco de sus pares y se mudó a consultor privado en asesorías electorales. El encuestador y asesor volvió a su oficio después de haber pasado por el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen).
Por supuesto, los motivos diferentes de rencor no hacen parecidos a los personajes caracterizados.
También forman un Club de Elogios Mutuos
Lo que los hace parecidos, es que ahora forman batería en un corporativo de comunicación que combina servicios editoriales impresos y televisivos.
Desde esa tronera compartida, tiro por viaje cuestionan, se encabritan y se mofan de quien, desde hace más de doce años, algunos desde antes, consideran su enemigo y causante de todos sus males.
Esos sedicentes líderes de opinión, que luego dan la imagen de un club de elogios mutuos, no desdeñan la convivencia en otros pisos televisivos, cabinas de radio e impresos de la competencia.
Y algunos dicen que, en México, no existe el soberano ejercicio de la Libertad de Expresión. ¿Qué más quieren, quieren más? Es cuanto.