Diputado 501
ANTONIO TENORIO ADAME
El presidente Andrés Manuel López Obrador fue involucrado en el juicio de García Luna por la entrega de dinero sucio para su campaña de 2006, respondió el Presidente en la “mañanera” que pensaba demandar al licenciado César de Castro, defensor de García Luna, por daño moral, “porqué soy el Presidente de México”.
POR LA NEGATIVA
La pregunta que surge, ¿puede un Presidente demandar a otra persona?, si ese fuera el caso ¿se sometería a un tribunal extranjero bajo juramento?, entonces ¿dónde queda la soberanía nacional de su investidura?
Dicha reflexión fue preventiva, pero aun así es reveladora de una falta de comprensión del significado del poder soberano de la nación que no debe comprometerse ante nadie y ni ante nada.
El incidente obliga a recuperar experiencias del pasado, como también prevenir los efectos de la contingencia de la vecindad con los Estados Unidos, cuyos efectos derivan en ventajas y desafíos; entre ellos el despojo de la mitad del territorio nacional en 1848.
Una década después de apoderados de la “manzana de la discordia”, los estados “esclavistas” originaron la Guerra civil más sangrienta que han sufrido los Estados Unidos.
Lincoln y Juárez convergieron en la alianza continental para evitar que América volviera al dominio de Europa.
Los inciertos senderos de la guerra derivaron en una necesaria vinculación geoestratégica que tuvo culminación en el Tratado McLane-Ocampo, convenio que soportó la crítica partidaria por las concesiones que se otorgaban en materia de tránsito temporal en el espacio nacional, no obstante, era una concesión otorgada en reciprocidad, además que el Congreso estadounidense fue renuente a su aprobación por esa atribución otorgada. Juárez y Lincoln salieron airosos.
La era del “Gran Garrote” de Theodore Roosevelt tiñó de dictaduras sangrientas a la América indiana, así se posibilitó la posesión del Caribe y el Istmo americano, mientras en el altiplano mexicano el rostro de la dictadura de Díaz favoreció la privatización del subsuelo en la explotación de recursos naturales, energéticos y minerales.
La lucha por la democracia puso a prueba el reconocimiento soberano de México. Dos hechos destacan desde las tinieblas, uno es el crimen de Madero y Pino Suárez, alentado por el embajador estadounidense Henry Lane Wilson, y otro, la ocupación de Veracruz, ordenada por el presidente Woodrow Wilson.
La postura inflexible de Venustiano Carranza, frente a la invasión al exigir respeto a la soberanía dio paso a la doctrina de “No intervención” y “Autodeterminación”.
Un suceso irregular pero sustantivo marcó también la necesidad de una política de seguridad nacional para ambas naciones, basada en los consensos y derechos recíprocos.
Por su parte, cuando Francisco Villa atacó Columbus estableció el carácter importante de la relación México-Estados Unidos, de orden geoestratégico.
Villa, sin ser Presidente de la República, ni alcanzar a ser vencedor de la guerra revolucionaria, sigue siendo admirado por ese impulso de conocer cómo ganar el respeto del imperio.
Más tarde, el ascenso de Cárdenas a la Presidencia logró, entre sus resultados, la entrega de tierra y agua a las comunidades y ejidos, así como la expropiación petrolera, en base a la propiedad originaria de suelo y subsuelo de la nación, en consideración a los derechos (artículo 27) constitucionales.
La reforma agraria y la expropiación petrolera fueron la culminación de un proceso de justicia reparador de los despojos cometidos a los posesionarios originarios de los núcleos indígenas en la conquista: la reivindicación más trascendente del pueblo indoamericano.
La Casa Blanca en Washington asumió los actos de reformas sociales como decisiones soberanas de justicia, el buen entendimiento entre el Presidente revolucionario y el mandatario de New Deal, coincidieron como procuradores del bien social de su pueblo. Ya se venían venir las amenazas del furor ciego del nazi-fascismo donde se inscribiría la agonía de Europa.
La relación con Estados Unidos ha sido contradictoria y difícil, como resultado de la naturaleza del modo de ser del Estado anglosajón orientado a la producción del mercado con la más alta tasa de beneficio, a lo que contribuyó el mimetismo de la mayoría de nuestros gobiernos al pretender imitar los procedimientos sin reconocer las diferencias de origen y composición orgánica.
POR LA AFIRMATIVA
La modernidad del dominio imperial se ha superado por medio de ampliar el control de territorio sin incluir la población, como ocurre con el Tratado de Libre Comercio para América del Norte, o el Tratado de América del Norte, TEMEC, donde existe libre movilidad para mercancías y capitales, excluida la población migrante, a la que cada vez se le impone más dificultades a su libre tránsito.
La Presidencia de Trump no solo fue procaz e injuriosa, como expresión de supremacía racial excluyente y racista, sino que, bajo amenazas de manipular los aranceles, logró que México aceptara asumirse como su frontera de protección y resguardo con la disposición del Título 42 de “Quédate en México” para los solicitantes de refugio migrante.
Los avances de integración económica espacial son de mayor ventaja a la economía más poderosa del planeta, en tanto, a México sus beneficios son residuales, complementarios e insuficientes para superar las asimetrías acumulativas crecientes. A mayor desarrollo mayor desigualdad.
La etapa actual en la relación binacional es confusa pero su orientación se dirige a abrir la reelección de Joe Biden, en la que se inscribe la Cumbre de Líderes de América del Norte, de enero de 2023, así como también diversos actos de aprensión y juicios de delincuentes del narco, entre ellos el juicio de García Luna en la Corte de Brooklyn.
Durante los interrogatorios del presunto responsable de colusión oficial con el crimen organizado, se dieron comentarios, como el enunciado antes, del financiamiento de campañas de López Obrador.
Por otra parte, se calificó al acusado como un funcionario que cubría funciones del nivel de la Vicepresidencia de México. Tal desproporción revela lo grave del caso.
PROMULGUESE Y CUMPLASE
Hasta ahora no se advierten que los contrapesos a los abusos de poder del vecino del norte operen a favor de un equilibrio saludable. Más bien ocurre que el abuso es ascendente.
Hace falta, sin duda, los macizos de fortaleza que los mexicanos supieron del ayer en los gobiernos de Juárez, Carranza, Cárdenas, y Villa como ciudadanos. Para que las naciones vecinas se asocien con espíritu de cooperación y apoyo mutuo como lo indica su necesaria condición geopolítica.