Voces del Director
Desde Filomeno Mata 8
Por Mouris Salloum George (*)
Podría decirse que Andrés Manuel López Obrador inició su carrera de resistencia a campo traviesa en 1988.
Animal político en la acepción aristotélica, AMLO no da tregua a sus adversarios ni a sí mismo. Frente a la acechanza humana y los riesgos físicos -los cardiovasculares, por ejemplo-, se crece al castigo.
La energía vital que mueve al tabasqueño, es la que se genera en el llano. Tuvo leales contingentes cuando, en los 90, acometió su lucha al frente de indígenas, campesinos y obreros en causas relacionadas con la industria petrolera.
Como se ve, el ahora inquilino de Palacio Nacional no quita el dedo del renglón. Acaso dicho con más propiedad, de la llaga rebosante de pus.
Sus multitudinarias caravanas desde Villahermosa a la Ciudad de México, para denunciar el fraude electoral, registran los mayores llenos que recuerde el Zócalo metropolitano, sólo empatados con los de 2006.
Durante su gestión como jefe de Gobierno del Distrito Federal, en la evaluación anual por desempeño sostuvo la aceptación popular por arriba del 85 por ciento.
No por otra cosa se le asestó el desafuero para excluirlo de la sucesión presidencial de 2006. No se amilanó. Finalmente despacha en Palacio Nacional.
La tercera fue la vencida
Como Francois Mitterrand, en Francia, y Lula da Silva, en Brasil, es el terco político que llega al poder presidencial después de dos tentativas. La tercera es la vencida, anunció desde que fue registrada su candidatura
Controversial, pero exitoso, arrastra multitudes, pero, paralelamente, multiplica detractores; son de buena fe, los que discrepan de su discurso doctrinario.
Los otros no ocultan la cruz de su parroquia, en la que se idolatra al becerro de oro.
No se trata este tema de la apología de un triunfador. Es de advertencia:
La escena pública mexicana se ha crispado como no ocurría desde 1968. Está hoy en riesgo la persona, pero ese riesgo es extensivo a la investidura. En última lectura, lo que cuenta es la salud de la República.
No se salvará al Estado mexicano sólo con voluntarismo personal. La banda presidencial es emblema. No debe ser mortaja. Tomar nota.
(*) Director General del Club de Periodistas de México, A.C.