Ruta México
Por Álvaro Aragón Ayala
De un proyecto de sentencia en la instancia jurisdiccional en materia electoral, se dijo ayer, que ese documento no tiene pies ni cabeza, ¿quién lo redactó?
El texto de ese proyecto, no es una simple circular. Conforme la norma, las sentencias de los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, son definitivas e inatacables. Así lo han sido las validaciones, sobre todo, de los resultados de la elección presidencial.
El proyecto en comento se refiere a la legalidad del Congreso Nacional Extraordinario convocado por el Consejo Político del Movimiento Regeneración Nacional del pasado 26 de enero, por el que se designó al diputado federal con licencia Alfonso Ramírez Cuéllar para el ejercicio de un interinato de cuatro meses en la presidencia de Morena.
Conforme la minuta de aquel evento, Ramírez Cuéllar fue facultado a su vez para convocar a Congreso, en el que se elija un Comité Ejecutivo Nacional en tiempo y forma, ya que el actual periodo en la dirigencia se autorizó para un año.
El derecho al pataleo golpea a una institución partidista
El espectáculo que seguimos viendo en el interior de Morena, es francamente de reincidente desacato a mandato judicial; en este caso, no de una instancia menor del Tribunal Electoral federal, sino de la mismita Sala Superior, así el proyecto de marras todavía no se baje a votación por el pleno.
Son, pues, consecuencias de la judicialización de la política, si bien cuestionada por algunos politólogos, legalizada y legitimada por el Constituyente Permanente, y consagrada ya en nuestra Carta fundamental.
Como sea, los beligerantes, sobre todo los que están contra la pared jurídica, tienen el derecho al pataleo, así las coces golpeen a su propia institución partidista. Suele ocurrir.