Voces del Periodista Diario

Máxima del talabartero: Del mismo cuero salen las correas

La Piedra en el Zapato

Por Abraham García Ibarra

Aunque existan folios duplicados o triplicados, lo cierto es que los padrones jubilatorios hablan de 63 millones 300 mil cuentas individuales que amparan tres billones 542 mil millones de pesos para el todavía muy lejano primer pago de pensiones al través de las Administradoras de Fondos para el Retiro de los Trabajadores (Afore).

Lo amparado por las cuentas individuales, lo desamparan las Sociedades de Inversión Especializadas (Siefore), encargadas de lanzar al mercado especulativo aquellos recursos.

De acuerdo con la graciosa licencia otorgada por el Congreso de la Unión a las Afore-Siefore, éstas pueden disponer hasta del 20 por ciento del total líquido de esos fondos.

La condición de esa “concesión”, es que los ahorros de los trabajadores y empleados den prioridad a proyectos productivos.

Al sector energético, ni para financiar subsidios

Los textos legislativos dicen que, entre otros, a los del sector energético. El reporte del primer trimestre de 2019 indica que a Energía sólo se han destinado unos 118 mil 571 millones de pesos. ¿Apenas 5 por ciento de los activos acumulado?

Por lo que se lee en dicho reporte, del total acumulado, el gobierno se ha agandallado del 53.5 por ciento de aquel montón de dinero. Los que saben de esas cosas, cuentan que, invariablemente, los nuevos empréstitos gubernamentales, producto de la emisión de papeles, se contratan para pagar deuda vieja o financiar el déficit presupuestal.

El segundo porcentaje de la disposición de dinero fresco ajeno toca a deuda privada y adquisición de valores de renta variable extranjera o nacional: En números relativos, por las tres variantes, otro 26 por ciento.

Por lo visto, todo el dineral de los ahorradores genera un rendimiento real de sólo 1 por ciento. El nominal únicamente se registra como una referencia testimonial, así se tase hasta en más de 5 por ciento. (Del cobro de comisiones, ni hablar.)

Hay datos sobre la operación del o los sistemas de pensiones mexicanos que nos producen una duda existencial: Sobre rendimientos y el inminente desencanto para quienes se pensionaran por una Afore. Si bien les va, un 30 por ciento de su salario a la fecha de jubilación.

Incrementar cuotas de aportación, ¿por qué no los salarios?

Es que, se alega, la cuota de aportación no ha variado del 6 por ciento desde 1997 en que fue desaparecido el viejo SAR.

Sobre ese punto, la socorrida comparación: Suecia, por ejemplo, tiene una tasa de aportación para el retiro de 17.2 por ciento, quizá la más alta del mundo. Pero, si no estamos errados, el salario mínimo (o medio) en Suecia, es de tres mil 761 euros al mes: Puestos al tipo de cambio de ayer: 82 mil pesos mensuales.

¿Por qué los gestores de la reforma pensionaria, en vez de pretender el alza de las cuotas de aportación a 15 por ciento, no apuestan al incremento de los salarios mínimos, que en México son de apenas unos tres mil pesos mensuales (unos 135 euros)? Como diría el talabartero, del mismo cuero salen las correas. Es cuanto.

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