Por Pablo Moctezuma Barragán
Carlos III se convierte automáticamente en rey del Reino Unido y jefe de estado de su país y de otros 14 incluidos Australia, Canadá y Nueva Zelanda. Durante 70 años tuvieron la misma jefa de Estado: Isabel II y de la noche a la mañana, sin la aprobación de los pueblos tienen nuevo mandatario.
Los pueblos deben asumir su soberanía, decidir ellos mismos y no un monarca extranjero, elegir su propio jefe de Estado, darle un mandato y exigirle que rinda cuentas, con la capacidad de revocar el mandato si no cumple.
Ya es hora de que el pueblo de Reino Unido, de Canadá y de los otros 13 países elijan una Asamblea Constituyente y funden una república moderna cuyas instituciones se creen sobre una base democrática y moderna, donde el pueblo tenga capacidad de decisión. Porque en la actualidad quienes son electos o elegidos para cargos
En la actualidad, en Canadá y otros 13 países quienes son elegidos o nombrados para un cargo tienen que jurar lealtad a un monarca extranjero. Los pueblos deben representarse y gobernarse a sí mismo y no seguir siendo súbditos de monarquías corruptas, llenas de escándalos, enriquecida por la dominación colonial que sometió en su momento a una tercera parte del mundo, por el tráfico de esclavos y la piratería.
El pueblo, representándose a sí mismo, no jurará tal lealtad a un rey y no permitirá que otros hablen y gobiernen en su lugar. El mundo tan problemático de hoy impone que sea la gente misma la que encuentre soluciones, controle su destino y abra un futuro de bienestar.
Hoy el Reino Unido vive una aguda crisis sanitaria, económica y social. La peor en décadas, la inflación se dispara, crece la escasez y de trabajadores, se deterioran las condiciones climáticas al tiempo que el país se involucra en una guerra extranjera apoyando a Ucrania. Mientras tanto quieren que la población se distraiga en solemnes funerales de una reina, la coronación de un rey y en conocer cual es la línea dinástica en la familia real. La Corona que acapara millones de libras esterlinas del pueblo de Reino Unido y de otros países como Canadá, donde las instituciones anacrónicas vinculadas a la monarquía siguen existiendo. Ese dinero debe ser devuelto a los trabajadores, a los pueblos que fueron colonizados y víctimas de genocidio, y sometidos en el pasado y en el presente.
En los países del Caribe han demandado que Reino Unido pague reparaciones por la esclavitud y el tráfico de los pueblos africanos, y el genocidio de los pueblos indígenas originarios. En estas antiguas colonias los pueblos demandan establecer repúblicas democráticas y dejar atrás la monarquía obsoleta. El año pasado Barbados puso el ejemplo y desconoció a la monarquía inglesa.
Nuestro vecino Belice también es “subdito” de la Corona pero cuando Guillermo, hijo de Carlos III y su esposa Kate visitaron el país en marzo pasado. Los duques de Cambridge se vieron obligados a cancelar una de sus primeras visitas que realizarían a una granja de cacao en la finca Akte’iL Ha en Belice, después de que los Indios Creek organizaron una protesta para denunciar el colonialismo, a una organización benéfica llamada Flora and Fauna International de la que Guillermo es el patrón, que ocupa terrenos que demandan como suyos los pobladores del área y por no respetar los derechos de la población local.
Es la hora en la que los pueblos del mundo darán la espalda para siempre a la institución de la Monarquía sus privilegios, abusos y esencia antidemocrática.