Voces del Periodista Diario

Rupturas generacionales, asunto de la siquiatría

Un caso de análisis: El Partido Acción Nacional (PAN)

EL LECHO DE PROCUSTO Por: Abraham García Ibarra

Lo que ha ocurrido en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos nos da pie a algunas reflexiones que, en su centro de gravedad, tienen la condición humana, de la que nos escribió magistralmente André Malraux.

En la disección del gran universo del poder político, Roberto Michels -más que describirnos una ruptura- nos describe un harakiri: “Cuando las democracias han alcanzado cierto grado de desarrollo experimentan una transformación gradual, y adoptan el espíritu aristocrático, y en muchos casos las formas aristocráticas, contra las cuales habían luchado antes con tanta fiereza”.

Los politólogos -¿politicólogos?-, al analizar las rebeliones juveniles de 1968, las explicaron como una ruptura generacional que puso en la picota el principio de autoridad, tan amado por sistemas de gobierno y líderes de vocación tiránica.

Esa legítima  resistencia juvenil contra el  principio de autoridad se da en la institución familiar, en la institución educativa y, por supuesto, en la institución política y, más concretamente en la institución partidaria.

En la institución democrática, dice Michels, “es probable que este juego cruel continúe eternamente”. Vale.

Hoy tenemos algunas motivaciones para especular sobre dicho proceso de ruptura, que situamos en la biografía del Partido Acción Nacional (PAN). La biografía de este partido más autorizada, según  nuestro leal saber y entender, se la debemos a don Luis Calderón Vega, cercano y miembro por mérito propio de la generación fundacional de esa formación política.

Un caso: El hijo desobediente

Escenario 1) El crío más conspicuo de don Luis, es Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa. Al arrancar su carrera que lo encumbró en el poder presidencial, quiso amenizar su campaña con un corrido de época: El hijo desobediente.

Al amparo de su padre don Luis, y de su mentor Carlos Castillo Peraza, Felipe alcanzó, primero, la dirección juvenil, y más tarde (1997)  la jefatura nacional del PAN.

Durante su gestión como jefe nacional, un viejo reportero de La Nación, órgano oficial del partido, puso en sus manos un apologético escrito biográfico sobre Calderón Vega, solicitando apoyo para su publicación.

Felipe lo rechazó y sólo hasta que ocupó con Vicente Fox la Secretaría de Energía buscó al autor para tratar de rescatar la obra. El periodista ya estaba fuera de circulación.

El indicio sobre esa conducta de rechazo, estaría en el hecho de que don Luis había renunciado al partido en marzo de 1981, en protesta porque en “un procedimiento irregular, arbitrario y dictatorial”, el PAN expulsó al consejero nacional y diputado federal jalisciense David Alarcón Zaragoza.

En 1989, cuando el PAN era ya socio activo de la Alianza Estratégica firmada con el usurpador Carlos Salinas de Gortari, por la que se reconocería a este “legitimidad de gestión”,  murió Calderón Vega.

Doña María del Carmen Hinojosa viuda de Calderón

Escenario 2) En enero de 1991, dirigiendo el PAN Luis H. Álvarez, un grupo de ameritados panistas, entre los que se encontraba Jorge Eugenio Ortiz Gallegos, propuso al Comité Ejecutivo Nacional rendir un homenaje a Calderón Vega.

El propio Ortiz Gallegos relata la escena en el salón de sesiones de la dirección nacional al que se coló, sin ser miembro del CEN, Felipe: A manotazos sobre la mesa, éste se opuso a dicho homenaje.

Concluido el episodio, escribió Ortiz Gallegos, “inmediatamente apareció doña María del Carmen Hinojosa viuda de Calderón, que había estado escuchando todo en la sala de espera del partido. Todos los miembros del Comité le fueron dando, cada uno, el pésame”.

Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa llegó a Los Pinos en 2006 aiga sido, como aiga sido. En algunos actos oficiales seguía pidiendo le tocaran su corrido favorito: El hijo desobediente, una de cuyas líneas dice “Felipe fue desgraciado”.

De los macabros saldos de la gestión presidencial de Felipe, ni hablar. Ahora anda en diligencias político-electorales tratando de imponerle al PAN la candidatura presidencial para 2018 de Margarita Zavala Gómez del Campo de Calderón Hinojosa.

Neopanismo y Barbaros del norte

De rupturas generacionales hablamos. Con la generación fundacional rompió el neopanismo. En esta tendencia fue una especie de luminar el citado Luis H. Álvarez, chihuahuense que contendió como candidato presidencial del partido en los años cincuenta.

La generación neopanista tuvo su expresión más exacerbada en Los bárbaros del norte. Su figura más beligerante fue el sinaloense Manuel de Jesús Clouthier del Rincón.

Luis H. Álvarez fue el jefe nacional que suscribió con Salinas de Gortari la Alianza Estratégica, pactada en Los Pinos en diciembre de 1988.

Ese pacto fue la desembocadura de la campaña presidencial 1987-1988, uno de cuyos momentos más tensos se produjo la noche del 6 de julio, descrito después por Miguel de la Madrid como Terremoto político, que se manifestó con la caída del sistema de cómputo.

La resistencia civil de Clouthier del Rincón

Aquella noche, el candidato presidencial del PAN, el nombrado Clouthier del Rincón, al alimón con los candidatos del Frente Democrático Nacional (FD), Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, y del Partido de los Trabajadores, doña Rosario Ibarra de Piedra, se pronunciaron conjuntamente contra el fraude electoral, que imputaron al PRI y a su candidato Salinas de Gortari.

Apenas unas cuantas horas después, el CEN del PAN, presidido Luis H. Álvarez, desautorizó a Clouthier del Rincón, quien anunciaba la puesta en marcha de su cruzada de resistencia civil, que el sinaloense concretó en diciembre con su instalación en huelga de hambre al pie del Ángel de la Independencia de la Ciudad de México.

Dicho sea, no tan de paso, una táctica similar aplicó Luis H. Álvarez siendo en 1986 alcalde del municipio de Chihuahua, denunciando también el fraude electoral, en esa ocasión contra el candidato panista a la gubernatura, Francisco Barrio Terrazas.

Lo que para Álvarez fue válido en Chihuahua, no era válido en la capital de la República.

En 1988, el PAN argumentó que Clouthier del Rincón rompía los moldes institucionales de la legalidad que caracterizaban las formas de lucha del partido, siempre apegado a las normas electorales, aún si su aplicación atentaba contra la democracia y al interés mismo del partido.

Sin embargo, para la salida de la crisis y ceñido al cumplimiento de los compromisos adoptados en la Alianza estratégica, el PAN aceptó de Salinas de Gortari la promesa de una Reforma Política para renovar a fondo el régimen electoral, substanciada en una Carta de Intención.

Una Carta de Intención rasurada y adulterada  

Consta en testimonio escrito del ex jefe nacional y ex candidato presidencial del PAN, Pablo Emilio Madero, que lo que llegó a la bancada del partido en el Palacio Legislativo de San Lázaro, fue una copia rasurada y adulterada de la Carta de Intención de marras.

Clouthier del Rincón murió a principios de octubre de 1989 en un conveniente carreterazo en la ruta Culiacán-Mazatlán, Sinaloa.

No obstante las instancias familiares y del comité estatal del PAN sinaloense, la jefatura nacional se negó a exigir una investigación a fondo de dicho “accidente”. En lo sucesivo, nuevos dirigentes nacionales cumplen  año con año con un ritual formal en memoria de su ex candidato presidencial de 1988.

¿Condena política y moral a la generación de Álvarez?

Apenas unos días después de cumplidos 27 años  de la muerte de Clouthier del Rincón, la nueva generación de dirigentes del PAN, encabezada por el presidenciable Ricardo Anaya Cortés, parece dictar una condena política y moral a la conducta de su generación precedente, liderada por Luis H. Álvarez, que traicionó en horas criticas al sinaloense candidato presidencial.

Una especie de reivindicación de la memoria y su estilo de hacer política de Manuel de Jesús Clouthier del Rincón, conocido por sus paisanos como El Maquío, consiste en solicitar al Senado de la República que se le otorgue post mortem la medalla Belisario Domínguez, reservada por ley a los mexicanos que han prestado invaluables servicios a la Patria.

En principio, la iniciativa del presidenciable Cortés Anaya Cortés fue considerada por la bancada senatorial azul.

Lo que queda fuera de nuestro alcance periodístico, es sondear los recónditos depósitos neuronales de los actores políticos para explicar orígenes y móviles de las rupturas generacionales. Eso se lo dejamos de tarea al siquiatra. Es cuanto.

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