VOCES OPINIÓN Por: Lic. Mouris Salloum George.
Cuando Lech Walesa -entonces bajo palio de su paisano el papa Juan Pablo II- se hizo del poder, pronto miles de polacos empezaron a abarrotar las plazas públicas, gritando: ¡Estábamos mejor, cuando estábamos peor!
Ese retruécano quería decir que grandes segmentos que pasaron por el régimen comunista, sin embargo se sentían más insatisfechos bajo el sedicente gobierno democrático de Solidaridad.
Los idólatras de Walesa en México nunca le dieron crédito a aquella información. Vicente Fox pretendió autoidentificarse como El Walesa mexicano.
El pasado sábado 7 de mayo, solamente en Varsovia, según reconoció el Ayuntamiento, se congregaron más 240 mil polacos para denunciar la política autoritaria del gobierno ultraconservador de Ley y Justicia.
Los medios electrónicos mexicanos no le dieron un solo segundo a aquella enorme movilización. Es el mismo trato que se les da a las manifestaciones de protesta que un día sí, y otro también, se activan en la Ciudad de México. Sólo se les consigna para acusar a los protestantes de provocar un tremendo caos vial.
En cambio, durante los tres años recientes, ha sido constante y generoso el registro en esas pantallas de marchas y mítines de opositores contra los gobiernos de Venezuela, Bolivia, Argentina y, obviamente, Brasil, tipificados de izquierda. Argentina ya no.
Generalmente, los conductores de las barras informativas de televisión y radio mexicanos dejan la crónica de aquellos sucesos a voceros de las mismas fuerzas opositoras convocantes. El “análisis” les llega desde Washington, Nueva York, Atlanta o Miami.
Lo que celebran en estas horas esos medios en México, es el artero golpe que los traidores le asestaron a la presidenta brasileña Dilma Roussef, quien llegó a su segundo mandato, apoyada por casi 58 millones de votantes. Su suplente provisional, Michel Temer, no ha logrado nunca 200 mil votos a su candidatura a cualquier encargo de elección popular.
El corolario infaltable con el que los conductores cierran el tema es: Eso les ocurre a los gobiernos populistas. ¡No se equivoquen, mexicanos!
Desde hace al menos un lustro, nuestro colaborador Jame Petras advirtió sobre la suerte de los gobiernos de izquierda en los países citados.
Atribuyó su vulnerabilidad al hecho mismo de que no llevaron a fondo los cambios que debieran haber sido radicales, pero reconoció también que la ultraderecha imperial estaba al acecho y pronto se verían los resultados de sus operaciones injerencistas.
El pasado 8 de mayo, el madrileño El País, publicó un revelador análisis del periodista Bru Rovira, con estos elocuentes títulos: Autoritarismo globalizado: “Los Estados no democráticos están ganando la batalla ideológica más allá de sus fronteras…”.
¿Quo vadis México?