VOCES OPINIÓN Por: Mouris Salloum George
Pues de las cosas que vale la pena contar, la no noticia de hoy, es que mañana se incrementan las facturas por consumo de electricidad.
Lo más pesado se recarga sobre la economía productiva. Para el caso, el sector industrial. De 30 por ciento será el aumento al consumo en la industria.
A ver cómo le hace el Banco de México para cuadrar su índice de inflación antes de que termine 2016.
Dicho lo cual, continuemos con el contadero:
En plena debacle económica de su sexenio, José López Portillo soltó otra de sus frases para los bronces: Debemos acostumbrarnos a vivir con la inflación.
Algo diferente pero semejante declaró el parisino naturalizado mexicano, director general de Nacional Financiera (Nafinsa), Jacques Rogozinski Schtulman el pasado 13 de septiembre: Debemos acostumbrarnos a vivir con la volatilidad (financiera).
Lo dijo el funcionario peñista en un acto en que lo acompañó el presidente de la Bolsa Mexicana de Valores, Juan-Oriol Bosh, en ocasión en que Nafinsa colocó en pesos mexicanos un primer “bono verde”.
Entonces Rogozinski sostuvo que la volatilidad es también una ventana de oportunidad para la inversión.
Rogozinski es egresado del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM). En 1990 debutó como coordinador general de la Unidad de Desincorporación de la Secretaría de Hacienda, que se inauguró con la reprivatización del sistema de banca y crédito.
Tiene credenciales, pues, para creer en lo que dice y lo dice en tono claridoso.
Gane quien gane en EU, ni para dónde hacerse
Verbigracia, hoy en El Financiero Rogozinski escribe que, independientemente de quién gane la presidencia en Estados Unidos, shit is going to hit the fan again. Él mismo traduce del inglés al español: “Nos van a volver a embarrar a todos”.
El director general de la más importante institución de nuestra banca de desarrollo apoya su pronóstico en las expectativas decrecientes de la productividad en los Estados Unidos “a niveles que no se veían desde 1993”.
Otro dato que da, reproducido de Bloomberg, es que en 2016 Estados Unidos “tocó el nivel más bajo en número de familias propietarias de viviendas desde 1963, un indicador importante que mueve el mercado del crédito”.
Y sigue el articulista: Infraestructura carretera, puertos y aeropuertos “de nivel tercermundista; retraso en la educación, un sistema de salud con costos crecientes y una expectativa de vida mayor…”.
Así visualiza el autor los saldos de la administración del demócrata Barack Obama (ocho años en la Casa Blanca).
El rescate de esa radiografía de la economía del coloso vecino lo reproducimos habida cuenta que los tecnócratas mexicanos tienen depositados todos los huevos en la canasta estadunidense.
En el remate de su texto, Rogozinski repite la frase de entrada para insistir en que el ventilador se encargará de embarrar a todo mundo quien quiera que gobierne Estados Unidos.
Se pregunta: ¿A dónde voy con todo esto? y se responde: “Vamos a tener episodios de estrés financiero, inestabilidad y rupturas en el orden económico global. Compren sombrillas. No, mejor paraguas”.
Un modo realista de ver el paisaje para vacunarse contra el inane triunfalismo de los conductores de nuestra política económica: Las cosas como son.