Voces del Director
Desde Filomeno Mata 8
Por Mouris Salloum George (*)
La lógica presupone que, cuando se proclama el camino correcto, al avanzar o concluir el recorrido el balance nos daría resultados correctos. En México somos campeones en contradecir la lógica, sobre todo cuando se trata del ejercicio de las políticas públicas.
Eso del “camino correcto” es una muletilla a flor de labio de los tecnócratas neoliberales desde hace casi cinco sexenios. Ahora puede sospecharse que ese camino está trazado hacia ninguna parte o hacia la terminal equivocada.
Entremos en materia: En 1981, el sanguinario dictador chileno Augusto Pinochet -que desde el inicio de su dictadura se ensañó contra la clase trabajadora y sus representaciones gremiales- decretó la privatización del sistema de pensiones.
En México, ya para el sexenio 1988-1994 podían detectarse en algunas secretarías de Estado algunos asesores que sirvieron a la dictadura de Pinochet como asesores económicos.
Las consecuencias del “error de diciembre” de 1994
Después del error de diciembre de 1994 y el respectivo salvataje financiero coordinado por el tanque pensante de Bill Clinton, trascendió que entre las concesiones secretas hechas por Ernesto Zedillo (como garantía de pago de los libramientos recibidos), estuvieron el embargo de la factura petrolera y la revisión del régimen de Seguridad Social.
Para el segundo efecto, Zedillo promovió la reforma correspondiente; liquidó el viejo Sistema de Ahorro para el Retiro (SAT/ cuyos fondos acumulados se los llevó el diablo, según expresión de dirigente cetemista) y procedió a su privatización mediante la creación de cuentas individuales cuya gestión se confió a las Administradoras de Fondos de Retiro (Afore) y sus especulación a Sociedades de Inversión Especializadas (Siefore).
Ahora las Afore administran casi un billón de pesos acumulados en las dichas cuentas individuales. Las Siefore los lanzan al mercado bursátil y el primer usufructuario es el Gobierno Federal.
En Chile, como consecuencia de los desastrosos resultados del modelo pinochetista que ha sacado a las calles a la clase trabajadora en son de protesta, el gobierno ha impulsado una reforma para ampliar la participación del Estado en el sistema y aumentar los montos de las pensiones con cargo a los patrones.
La semana pasada, la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Alicia Bárcenas presentó el reporte Panorama Social de América Latina 2017. Se observa que México, El Salvador y República Dominicana se aferran al sistema de cuentas individuales.
De acuerdo con estudios actuariales, bajo ese sistema si bien les va a los ahorradores mexicanos alcanzarán una pensión equivalente a 30 por ciento del último salario a la hora de la jubilación: “No responde a las necesidades y cobertura de protección social”, señaló Bárcenas para aconsejar una reforma a dicho régimen.
Ya pueden decir la Cepal y el mismo Espíritu Santo lo que es aconsejable para garantizar los mínimos de un retiro digno de los trabajadores. La tecnoburocracia tiene la respuesta inalterable: Vamos por el camino correcto. Así se descarrile la República.
(*) Director General del Club de Periodistas de México