Voces del Director
Desde Filomeno Mata 8
Por Mouris Salloum George (*)
Aun con las fácticas facultades metaconstitucionales del presidencialismo mexicano, durante más de medio siglo la doctrina clásica de División de Poderes -dialéctica de los pesos y contrapesos- sostuvo el equilibrio en que se fue fortaleciendo el Estado mexicano. La regla de oro fue la colaboración entre los tres Poderes de la Unión. Algunos la denunciaron como sumisión al Ejecutivo.
El golpe de Estado judicial del Presidente Zedillo
Las aguas mansas se alborotaron al arrancar el mandato de Ernesto Zedillo Ponce de León, quien promovió madrugadoras iniciativas de reformas constitucionales, previo acto administrativo por el que fueron cesados los ministros en funciones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Golpe de Estado judicial, clamaron sus detractores.
Instalados los togados de recambio, hacia el cuarto año del sexenio el ministro presidente David Genaro Góngora Pimentel hizo público un inusual reclamo: Reconocimiento de la paridad del Poder Judicial de la Federación respecto de los poderes Ejecutivo y Legislativo. Somos constitucionalmente los tres, estableció, poderes políticos.
Se instituye constitucionalmente la judicialización de la política
No es ocioso recordar que la Corte había sido elevada al rango Tribunal Constitucional, con facultades de analizar y sentenciar acciones de inconstitucionalidad y controversias constitucionales. Se inauguró la judicialización de la política.
Apenas a dos semanas de iniciado 2020, se ha desencadenado un terremoto político con epicentro en el recinto del Senado de la República. Detonaron la sinfonía telúrica filtraciones a las redes sociales, anticipando supuestos contenidos de 14 reformas a la Constitución en materia orgánica y responsabilidades relacionadas con la Justicia Penal.
Ayer, fue reventada una reunión senatorial privada por el presidente de la Junta de Coordinación Política, Ricardo Monreal Ávila; acto aquél en el cual miembros del gabinete, desde la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, pasando por el Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, hasta el consejero jurídico de la Presidencia, Julio Scherer Ibarra, entregarían el paquete de reformas, procedimiento que rechazó el legislador zacatecano.
Ni por cortesía fue tomado en cuenta el Tribunal Constitucional
Con independencia de los contenidos específicos de las iniciativas, lo alarmante del caso es la reacción del presidente de la Corte, Arturo Zaldívar, y el secretario federal de Seguridad, Alfonso Durazo Montaño, quienes se quejaron de que, ni como cortesía, fueron consultados sobre el denso proyecto legislativo.
El titular de la SSC, obvio, es subordinado del jefe del Ejecutivo federal. Otra dimensión tiene el reclamo del ministro Presidente de la máxima institución judicial, reputado y criticado por su ecuánime actitud frente al presidente de la República.
Un problema de formas deviene crisis político-mediática
Problema de formas (y la forma es fondo, dijo el clásico), el asunto ha girado hacia una crisis política. La bola de nieve rueda y aumenta su volumen, no sólo empujada por aquellos a quienes incumbe un tema de tanta magnitud y tienen autoridad en la materia, sino por frentes de resistencia que tienen a su disposición la industria mediática para la construcción de opinión pública, no siempre movidos por la buena fe.
La cuesta de enero de enero, pues, funciona en sentido inverso y sacude la cuarta transformación, con impactos cismáticos de impredecibles e indeseables consecuencias. Grave asunto.
(*) Director General del Club de Periodistas de México, A.C.