La Piedra en el Zapato
Por Abraham García Ibarra
Con dedicatoria expresa a ciertos periodistas incómodos –ya sé que no aplauden-, Enrique Peña Nieto reprochó: Las cosas buenas no se cuentan, pero cuentan mucho.
El asunto es que, desde sus cómodas moradas en la Ciudad de México, los que acostumbran cobrar millonadas anuales haciendo horas nalgas en sus acojinadas poltronas, cuentan muchos cuentos.
Los rescatados de la pobreza, las estables variables fundamentales de la macroeconomía, las crecientes inversiones extranjeras, los máximos históricos en la reserva de divisas extranjeras, los records en la recepción de remesas en dólares que envían nuestros perseguidos transterrados a sus familias en México, los “triunfos” en el acuerdo comercial bilateral con los Estados Unidos…
Desde que hace un año se presentaron los precriterios de Política Económica para 2019 y durante el periodo de transición presidencial, los de la Secretaría de Hacienda aseguraban a quienes quisieran escucharlos: 1) La economía nacional sigue creciendo, y 2) Entregaremos saludables finanzas públicas al nuevo gobierno.
PDN y Censos Económicos, para una Reforma de Estado
Nos parece que en este momento estamos a punto de ver si se pone o no la carreta delante de los bueyes en dos iniciativas acometidas simultáneamente: La consulta pública sobre el Plan Nacional de Desarrollo (PND) y Los censos económicos nacionales 2019.
Es cierto que el PND es potencialmente ajustable conforme evolucionen en este año los indicadores económicos y sociales, de manera de formular, con amplio margen de acción propios, La Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos de la Federación 2020. Los del 19 fueron negociados con los triunfalistas agentes del gobierno saliente.
De los censos económicos nacionales, acaso este fin de año pudieran tenerse algunas tendencias matemáticas que, en todo caso, se sustanciarán definitivamente cuando se conozcan en firme datos fundamentales y sus desagregados.
Quién sabe, nosotros no, si de los resultados de la consulta sobre el PND, en que se abren espacios a la sociedad civil, y de lo que resulte de los censos económicos, se asuma el inaplazable imperativo de una verdadera y profunda Reforma del Estado. Hay condiciones políticas objetivas y urgencia para acometerla.
La insidia corre ya en las redes sociales
Objetividad, decimos: La crisis de empleo tiene una válvula de escape con el reclutamiento de personal para formar brigadas y coordinaciones que se han hecho cargo de las tareas censales.
El Instituto Nacional de Geografía y Estadística promueve los censos en televisión con guapos y alegres jóvenes uniformados, poniendo su voluntad y vitalidad al servicio de la realidad económica nacional.
Necesaria acotación: En las redes sociales se ponen señales de insidiosa advertencia: ¡Cuidado! Te puede pescar el fisco.
Lo anterior, es típico de la subcultura del sospechosismo. Otra es la situación: Tenemos reporte de que, ayer, una jefa de brigada censal fue atacada en la alcaldía de Azcapotzalco, en la mera Ciudad de México.
Si eso ocurre en la sede de los Poderes de la Unión, ya puede uno imaginar los riesgos para la integridad personal en las regiones donde subyace la bárbara actividad de los cárteles de la droga y las zonas, incluso citadinas, donde las bandas de huachicoleros siguen disparando y granadeando a todo lo que se mueve. Las fuerzas del orden, entre eso que se mueve.
La integridad de anónimos héroes de la patria merece protección
Desde 2015, y sobre todo en 2018, aunque los consejeros del Instituto Nacional Electoral nunca vieron focos rojos, los órganos electorales correspondientes de los estados sí los vieron. Documentaron casos concretos de amenazas y agresiones a funcionarios y brigadistas encargados de las tareas electorales, especialmente en las zonas rurales.
A mayor abundamiento, después de las jornadas electorales, aun con escolta militar, los responsables de trasladar los paquetes a las sedes distritales y estatales fueron víctimas de atentados.
La censal, es una función de Estado. Si nos ponemos emotivos, en las circunstancias violentas que señorean sobre el territorio nacional, los brigadistas juegan un papel de héroes de la patria. Merecen que su integridad física sea protegida.
Si ya de por sí hay responsables de unidades económicas remolones a la hora de serles requeridas la información, ¿cómo actuar con serenidad en espacios sembrados de cuernos de chivo y granadas incendiarias?
Los censos económicos requieren, dados sus fines, máxima objetividad. Los tecnócratas apoltronados en la Ciudad de México, no la tienen. Es cuanto.