Voces del Periodista Diario

Si la oposición reflexionara…

La presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña, hizo una pregunta, durante uno de los foros sobre la reforma al Poder Judicial: “¿qué hicimos mal?”

De haber sido sincera, su aparente autocrítica, que no pasó de interrogante retórica, la habría llevado a ver la innumerable cadena de irregularidades y perversiones que han cometido la mayor parte de jueces, magistrados y ministros, entre quienes hay personas decentes, por supuesto.

Ese mismo cuestionamiento lo debieron hacer la ex candidata del PRIAN, Xóchitl Gálvez; los dirigentes de esa disuelta asociación, Alejandro Moreno, Marko Cortés y Jesús Zambrano, si realmente quisieran tener algún futuro dentro de seis años, pero sucede lo contrario. Están pataleando contra una supuesta sobre representación que ellos mismos fraguaron y de la que se beneficiaron en el pasado, en detrimento del pueblo al que dicen representar.

Ni la cercanía de Moreno y Cortés con Zambrano, que ya estaba enterrando a lo que quedaba del Partido de la Revolución Democrática les mostró a dónde van, si siguen carentes de una propuesta seria. Son incapaces de ver más allá de sus conveniencias y ambiciones personales… y de sus plurinominales, que también pueden desaparecer, merced a una reforma política que no podrán detener.

¿Qué hicieron mal? Regresemos con Norma Piña. La secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana federal, Rosa Icela Rodríguez, explicó que el trabajo conjunto, entre su secretaría, las de la Defensa Nacional, Marina, la Guardia Nacional, la Fiscalía General de la República y otras instituciones, federales y estatales, tuvo como resultado la aprehensión de “siete mi 992 objetivos criminales, generadores de violencia de todos los grupos delictivos”.

Todo este trabajo, ilustró, “se desmorona” cuando determinados jueces otorgan amparos y dejan en libertad a los detenidos, con pretextos como deficiencias en las investigaciones o “meros formalismos”. Rosa Icela Rodríguez calificó estas acciones como solapadoras y promoventes de impunidad, a través del “clásico sabadazo”, por medio del cual se trata de dificultar la acción de las autoridades mencionadas.

Pero la secretaria no se quedó en el planteamiento abstracto. Habló de los casos concretos de Abraham Oseguera “Don Rodo”, hermano del “Mencho”; Luis Antonio Yépez, hijo de “El Marro”, del Cártel de Santa Rosa de Lima, en Guanajuato; José Alberto García “La Kena”, del Cártel del Golfo; Francisco Javier García Cabeza de Vaca, ex gobernador de Tamaulipas. En todos los casos, Rosa Icela proporcionó detalles respecto al porqué de cada amparo y cada liberación.

¿Qué habrán hecho mal? Durante una entrevista con “La Chávez”, muy aguda entrevistadora, por cierto, Norma Piña reconoció que los exámenes de oposición, a través de los cuales el Poder Judicial selecciona gente para altos cargos, son simulaciones, pero además hizo la siguiente declaración: “…yo tampoco lo veo así como que no debe ser, porque se los propuse una vez a mis compañeros, que dejáramos de hacer este tipo de concursos (aquí hizo una señal de comillas con los dedos) cuando ya se sabía quiénes iban a ser, porque desgastas a las personas y les quitas la convicción de creer que es algo que es muy limpio…”

A continuación, inclusive, reconoce que ella misma fue víctima de esa clase de engaño, por lo cual antes de cada proceso ella hablaba con los ministros, para saber si ya tenían algún elegido previamente, y de ser así, no se presentaba al concurso.

Es realmente inaudito que Piña reconozca la existencia de estas prácticas viciadas y perversas, y aun así se oponga a que los integrantes del Poder Judicial se sometan a su aprobación en procesos electorales, como los otros dos poderes, el Ejecutivo y el Legislativo.

Esta declaración de Piña sólo se compara con el reclamo de Marko Cortés al gobernador de Coahuila, Manolo Jiménez, a quien exigió entregar al PAN dos secretarías, 20 por ciento de las oficinas del Registro Civil y de Recaudación, de direcciones de planteles educativos y universidades, seis notarías y otras prebendas.

Resulta increíble la torpeza, en ambos casos, de gente que tiene a su cargo tan grandes responsabilidades como la presidencia de la SCJN y la dirigencia de un partido político. ¿Será posible que no vean lo que han hecho mal? ¿Para qué quieren las investiduras que ostentan? ¿Qué proponen a la nación? El gran filósofo Chava Flores les preguntaría “¿a qué le tiras cuando sueñas sin cumplir?”

Tanto Cortés como Alejandro Moreno, que ven a los partidos que encabezan como si fueran franquicias, deberían mirarse en el espejo del PRD y Jesús Zambrano, prácticamente desaparecidos, que fueron bultos útiles y desechables para los intereses de Claudio X. González y sus seguidores.

Con todas estas lindezas en su haber, van a marchar este domingo 11 en contra de la sobre representación de Morena y sus aliados en el Congreso, igual que lo hicieron para “defender” al INE, a la SCJN, con el fin de que la llamada “marea rosa” le diera foro a Xóchitl Gálvez, al cobijo de Claudio X. González.

Si la oposición reflexionara e hiciera un mínimo de autocrítica se estaría aplicando para trabajar duro y en serio con la finalidad de elaborar un proyecto de nación, con propuestas viables de desarrollo económico, político y social, en lugar de obstaculizar las labores de quienes sí presentaron un programa.

Ya veremos cómo llegan a 2030. Por el momento sólo resta recordarles el Artículo 39 de la Constitución: “La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno”.

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