Voces del Periodista Diario

Todos unidos contra los extraditables

Voces del Director

Desde Filomeno Mata 8

Por Mouris Salloum George (*)

Los extraditables no es uso referido sólo a la manga de delincuentes institucionales que andan buscando asilo en los Estados Unidos y en Europa para escapar de la justicia mexicana.

El ominoso adjetivo lo empezamos a escuchar en algunas alcaldías de la Ciudad de México. Lo emplean los de la izquierda políticamente correcta que sienten amenazados sus feudos (las viejas delegaciones) en los que impusieron sus perversos designios durante 25 años.

Ahí se han atrincherado los residuos de la izquierda moderna que mordió el polvo en julio de 2018. Los “extraditables” no serían los tricolores del PRI ni los azules del PAN. Son los ex compañeros de viaje con los que marcharon juntos en el ahora deshilachado PRD y que, en la migración partidista, se han alzado con el santo y la limosna.

Consta en algunos reportes preliminares de instancias policiales y de procuración de justicia metropolitanas que quienes están subvirtiendo a algunos segmentos de las alcaldías más populosas de la Ciudad, son agentes las bandas amarillas que fueron desplazadas por los remesones electorales de julio pasado y que se sirvieron de sus anteriores posiciones administrativas incluso para controlar cárteles locales del narcomenudeo.

Esos grupúsculos sienten la lumbre en los aparejos ahora que han aparecido en dichas alcaldías los primeros destacamentos de la Guardia Nacional que amenazan sus nichos que consideraban escriturados a perpetuidad.

En busca de, “de lo perdido, lo que aparezca”

Para la dirigencia nacional provisional del PRD, esas “cosas” parecen demasiado prosaicas como para aplicar acciones profilácticas. Los desolados y ambulantes directivos “nacionales” del Sol Azteca creen posible retornar a la política de altura, en la que terminaron trepados al tren de las alianzas electorales contra natura.

Agosto les parece propicio a los supervivientes del neocardenismo para revivir tiempos “augustos”.

Para el mes próximo mes los emisarios del pasado han anunciado su aquelarre nacional en busca de, de lo perdido, lo que aparezca. Un punto tentativo es la reforma a los estatutos.

Si la tribu dominante, la de Los Chuchos, logra amansar a sus rivales, el primer objetivo es no perder el registro nacional de manera de estar en aptitud de contender en 2021 y 2024.

Futuro 21, una desesperada acta de resurrección

El segundo -de lograrse la reforma estatutaria- es sustituir el pacto de bellacos tribales para dejar de lado la “dirigencia colegiada” y volver a la figura de Comité Ejecutivo Nacional, en el que el Presidente y el Secretario General, con las respectivas carteras auxiliares, puedan rescatar la unidad de mando.

La tarea no es de votar y ya. Desde el pasado Consejo Político Nacional, las “corrientes” internas opositoras a “Nueva” Izquierda están exigiendo que se haga también la revisión intensiva y exhaustiva de la Declaración de Principios, que Los Chuchos pusieron a subasta en el piso de remates electorero.

Futuro 21 le llaman las menguadas tribus a su proyecto de resurrección. Para lograr el sueño guajiro, tendrán que pasar por la aduana del INE, que está en proceso de verificación de los padrones de miembros activos de los partidos con registro nacional.

Los amarillos sobrevivientes tendrán que darse prisa porque la fuga de capital humano hacia Morena registra flujos más crecientes que los de la migración centroamericana. De todas formas, se vale soñar.

(*) Director General del Club de Periodistas de México, A.C.

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