Desde Filomeno Mata 8
Por Mouris Salloum George (*)
Nadie puede asegurar que, a final de cuentas, algunos partidos de oposición inciten en 2018 por la opción del voto útil. Ya ocurrió en 2000 a favor del indescriptible Vicente Fox.
Acaso esa estrategia resulte más efectiva que la convocatoria que algunos académicos hacen por el voto nulo.
La abstención electoral, sostienen los teóricos de la política, termina sirviendo al partido en el poder. En tal caso, el objetivo de poner fin al régimen autoritario y al presidencialismo perverso es un mero sueño guajiro.
Ese proyecto lo anunciaron Alejandra Barrales (PRD), Ricardo Anaya Cortés (PAN) y Dante Delgado Rannauro (Movimiento Ciudadano) al presentarse anteayer en el Instituto Nacional Electoral (INE) a solicitar el registro su Frente Democrático para contender en las elecciones generales de 2018.
Barrales logró en el pasado Consejo Nacional amarillo licencia para permanecer en la frágil dirección nacional al menos un año más. Anaya enfrenta, literalmente, una rebelión en la granja.
Delgado navega a vela abierta y viento en su favor. Tan es así, que a mediados de agosto pasado, en Jalisco, Movimiento Ciudadano se la jugó audazmente en una consulta pública en torno a sus hombres de gobierno.
La audacia fue limitada, ciertamente: Se cuestionó a los jaliscienses sobre la ratificación de los funcionarios de elección popular de MC. No se planteó en esa consulta lo honesto y deseable: La revocación de mandato. La democracia no da para tanto: No hay borracho que coma lumbre.
Como sea, el triangulo amoroso PRD-PAN-MC, quedó pactado. Lo de las candidaturas es otro cantar, salvo que sea la indeseable de la casa de enfrente.
Se busca la placenta del flamante pacto
La curiosidad sobre el nuevo romance partidario, tiene varias vertientes. El PAN ya lo ha experimentado con anterioridad. En 1988 terminó uncido a la Alianza estratégica con el usurpador priista Carlos Salinas de Gortari.
En 2000, los azules tuvieron como aliado al poderoso e insospechable Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y en 2006, por debajo de la mesa, acudieron a los servicios de la ex secretaria general del CEN del PRI, Elba Esther Gordillo Morales.
Los del PRD, después de algunos gloriosos combates electorales, han optado por arrimar su sardina al fogón más acogedor. Lo mismo ha hecho Dante Delgado.
Como suele ocurrir en este México lindo y querido, Barrales, Anaya y Delgado asumieron personal y discrecionalmente el compromiso frentista, de la misma manera que hace cuatro años sus partidos fueron atados al fáctico Pacto por México.
Si acaso, la consulta pasó a puerta cerrada por algunas facciosas instancias cupulares. ¿Qué saben los del llano, de las grandes estrategias electorales para desterrar de México el perverso presidencialismo?
Presidencias democráticas -lo que se llama presidencias democráticas– sólo las de Vicente Fox y de Felipe Calderón.
Sobre la hazaña de amarillos, azules y naranja, el consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova dio la rúbrica zalamera: Es una expresión de la pluralidad intensa de la democracia mexicana. No, pues si: Con eso está dicho todo.