La Piedra en el Zapato
Por Abraham García Ibarra
Aunque en gestación desde la década de los cincuenta del siglo pasado, en los días del arzobispo primado de México Luis María Martínez, obtuvo su protocolo notarial como asociación cívica en 1975.
Desde aquellos años, fue visible su presencia en asambleas y convenciones del Partido Acción Nacional (PAN). A algunas de sus delegadas se les vio tres años después en actos fundacionales del Partido Demócrata Mexicano (PDM/ El partido del gallito), de inspiración cristera.
Será por eso que, para 1979, en evento nacional hacían corear a sus compañeras de género: ¡Viva Cristo Rey! ¡Muera el comunismo! y acusaban al sociólogo Pablo González Casanova y a la escritora Elena Poniatovska, entre otros mexicanos, de ser agentes marxistas al servicio de Moscú, mientras declamaban “Testimonio y Esperanza”.
A la vanguardia del patronal Poder Ciudadano
Ya para la siguiente década, acompañaban en marchas y mítines a los dirigentes del Comité Nacional Pro Vida y de Desarrollo Humano Integral y Acción Ciudadana (DHIAC), denominaciones éstas que en 1988 aparecieron en el directorio de Poder Ciudadano (Confederación Patronal de la República Mexicana), respaldando la candidatura de Manuel de Jesús Clouthier del Rincón, nominado por el PAN a la presidencia de la República.
En el periodo 1997-1999 se les veía cercana a Margarita Zavala Gómez del Campo, esposa del entonces jefe nacional azul, Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa.
Durante ese cuarto de siglo las damas ya habían incursionado indistintamente por el Palacio Legislativo de San Lázaro y el de Donceles de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, obviamente, por su partido favorito.
Incursionado por las altas cumbres pinoleras
A partir de 2000, engalanaron los despachos del Sistema Integral de Protección a la Familia (DIF) y de la Secretaría de Desarrollo Social. A medio sexenio, se tomaron su tiempo para participar en La marcha blanca, convocada por México Unidos contra la Delincuencia (y contra el gobierno del Distrito Federal, cuyo titular ya buscaba la presidencia de México.)
Sería por eso que doña Teresita Aguilar Marmolejo declaraba a medios: Más que recibir, nosotros hemos dado muy valiosos cuadros al PAN. No fue necesario que diera nombres. Ya eran del dominio público: Ana Rosa Payán, María Teresa Arana, Cecilia y Gabriela Romero, Patricia Garduño, etcétera; las dos primeras, altas funcionarias en el gobierno de Vicente Fox.
Mujeres incidiendo en la forma de la patria
Hace un año exactamente, posaba en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México una sonriente delegación. Iba a Nueva York a sesiones de la Comisión de Condición Jurídica y Social de la Mujer, de la ONU.
Aquí, activas militantes convocaban a la celebración del Día Internacional de la Mujer y saludaban entusiastamente a la organización Mujeres incidiendo en la forja de la Patria.
Ese movimiento cincuentenario se dice comprometido con la protección de la mujer desde su concepción hasta su final, para lo cual las convoca a permanentes talleres de formación cívica, política y cultural.
Ahora, sin embargo, ya no se escucha el colérico grito ¡Muera el comunismo! No sabemos si tengan otro ismo en la garganta.
A punto del “es cuanto” casi olvidamos que de la institución de la que estamos escribiendo es de la Unión Nacional Cívica Femenil (Uncifem). ¿Dónde anda ahora, a unas horas de que se celebre el Día Internacional de la Mujer? Ahora sí, es cuanto.