Voces del Director
Desde Filomeno Mata 8
Por Mouris Salloum George (*)
En casi dos décadas que corren, el territorio mexicano, en particular estados del sur-sureste y en especial Tabasco, han sufrido devastadoras inundaciones a causa de precipitaciones pluviales, que nuestros inefables burócratas dictaminan como atípicas: “Nunca en la historia de México ha llovido como ahora”. Son cosas del cambio climático. Y se quedan tan campantes.
Expertos en la materia, no enchufados en el presupuesto público, tienen otro peritaje: Las montañas y sus selvas, bosques y montes han perdido, por la erosión, su capacidad de retención del líquido que los retroalimentaban y los caudales corren sin que deficientes o caducas obras de infraestructura puedan contenerlos. Poblaciones ribereñas indefensas sufren las atroces y mortales consecuencias.
La muy visible mano de los talamontes
En el mismo periodo analizado, las compañías mineras concesionadas por el Estado, entes como la Comisión Federal de Electricidad, dependencias como la Secretaría de Comunicaciones y Transportes o gestores de desarrollos turísticos, se han apropiado de superficies productivas y se dedican con mexicana alegría a talarlas. Para eso está la declaración de cambio de uso de suelo.
Dicho sea de paso, esos talamontes no toman en cuenta la opinión de los afectados, particularmente comunidades agrarias o ejidos, a los que se niega el derecho a consulta previa establecida por la Constitución, según sentencias dictadas por la Suprema Corte de Justicia de la Nación en fallos sobre recursos de amparo. En estas sentencias, lo típico es el desacato al mandato judicial.
Tala con todo y especies en peligro de extinción
Sólo de 2000 a 2010, se deforestó el área rural (a qué hablar de los suburbios metropolitanos) a un ritmo de 195 mil hectáreas al año. En franjas costeras, se han arrasado humedales donde habitan y se reproducen flora y fauna; en este segundo caso, de especies en peligro de extinción.
Con la contrarreforma petrolera, los titulares de concesiones y contratos han sido facultades a la ocupación de territorios donde haya potencial de yacimientos de hidrocarburos. Expropiación simulada, a cambio de irrisorios pagos de renta por usufructo.
Compromiso en foros Transición México 2018-2024
De los foros de Transición México 2018-2024, tomamos unas cuantas líneas del Programa de Comunidades Sustentables Sembrando vida.
Son líneas de diagnóstico: El trópico mexicano presenta dos problemas fuertes: La pobreza rural y la degradación ambiental. El 62 por ciento de la población rural vive en pobreza y el 21 por ciento en pobreza extrema, lo cual arroja que la pobreza rural está muy relacionada a la baja productividad agropecuaria.
De ello sigue que México no es autosuficiente en alimentos; se tiene que recurrir a las importaciones para cubrir algunos faltantes de productos.
Frente a esa calamidad, cualquiera pensaría que los negociadores mexicanos que transaron en Washington un nuevo arreglo comercial, habrían defendido el derecho del Estado mexicano a -en igualdad de circunstancias- restituir su derecho soberano a subsidiar a los campesinos mexicanos, como lo ha seguido haciendo el gobierno de los Estados Unidos desde 1993. Es esperanza inútil pedir peras al olmo.
Ahora, el próximo gobierno federal se compromete a impulsar en 19 estados de la República la siembra de un millón de hectáreas en sistemas productivos agroforestales.
Lo que nos remite a la experiencia de las anuales campañas de reforestación, actos invariablemente encabezados por el presidente de la República.
Los desmontes para la siembra de yerbas malas
Los taladores clandestinos se agazapan el tiempo suficiente a fin de que los nuevos bosques alcancen la condición de maderables para asestarles la sierra asesina.
La modalidad de los nuevos tiempos, es que el crimen organizado arma a sus sicarios para obligar a los campesinos a desmontar tierras bastante para hacerle espacio a la siembra y cultivo de las yerbas malas.
El asunto a saber es cómo campesinos e indígenas en resistencia contra las bandas de narcotraficantes tendrán, ahora sí, el apoyo gubernamental para defender la libre gestión de sus recursos naturales. Tengamos fe.
(*) Director General del Club de Periodistas de México, A.C.