Voces del Periodista Diario

De cómo se mató a la gallina de los huevos de oro

EL LECHO DE PROCUSTO Por: Abraham García Ibarra

Ética profesional, fue su tesis para obtener el título de Contador Público por la UNAM. Ejerció cargos de control presupuestal en las secretarías de Hacienda (SHCP) y de Programación y Presupuesto (SPP).

Debe haber reportado buenas calificaciones en su desempeño, porque el presidente Miguel de la Madrid le confió la renovación moral de la sociedad, colocándolo como titular de la secretaría de la Contraloría General de la Federación. Aquí se le conoció como Paco Rejas.

En el siguiente sexenio, ocupó nada más, pero nada menos, la dirección general de Petróleos Mexicanos (Pemex). Hablamos de Francisco José Rojas Gutiérrez.

En 2008, era presidente de la Fundación Colosio del PRI. Fue cuando el panista Felipe Calderón propuso la primera Reforma Energética para poner sobre rieles la privatización del sector.

Rojas Gutiérrez, a contrapelo de los senadores priistas que empezaron a planchar la iniciativa calderoniana, advirtió que el fin último de dicha reforma sería convertir a Pemex en una mera administradora de contratos. Brujo.

En 2012, Enrique Peña Nieto incorporó a Rojas Gutiérrez a su gabinete como director general de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

Al recalentarse la Reforma Energética calderoniana, incorporándola al paquete de reformas transformadoras que dieron agenda al fáctico Pacto por México, Rojas Gutiérrez renunció al puesto. Con el antecedente de 2008, ¿resulta difícil explicar sus razones?

Aquél afamado Pemexgate

Vuelta la página: Como a los mexicanos se nos ve desde lo alto con cara de  buey, lo obvio es que el discurso público se plague de metáforas zoológicas.

Alguna vez, el panista Vicente Fox llegó a la conclusión de que era llegada la hora de dejar de ordeñar a Pemex; no se sabe si el símil de la ordeña se refería a una vaca o a una chiva. Ahora se afirma que se acabó la gallina de los huevos de oro. Se ha degradado la retórica para hablar de la industria insignia que tantos años sostuvo las finanzas gubernamentales y, en consecuencia, la economía nacional.

No abundaremos en el afamado Pemexgate que, operado al través del sindicato petrolero, sirvió en 2000 al financiamiento de la campaña presidencial del candidato priista Francisco Buenaventura Labastida Ochoa.

Sí diremos, en cambio, que, en 2000, el PRI fue echado de Los Pinos por Fox. Y con el guanajuatense se inició la contra historia de Pemex. Su segundo director en aquel sexenio, Luis Ramírez Corso llegó a confesar que a la paraestatal la manejaba Marta Sahagún de Fox.

En la segunda mitad del sexenio de Fox, se inició el auge de los precios internacionales del petróleo. Llegó jauja.

El uso político de los excedentes petroleros

Desde la primera legislatura del sexenio, a Fox se le dificultó la relación con el Congreso de la Unión, dominado por priistas. En la perspectiva de la sucesión de 2006, a Fox le encendieron las meninges desde la Secretaría de Hacienda, a cargo entonces del ex priista Francisco Gil Díaz.

Desde Los Pinos se empezó a ejercer presión presupuestal sobre los gobernadores, la mayoría priistas, empleando como zanahoria el reparto de los excedentes petroleros.

La leyenda registra el nombre de al menos seis gobernadores priistas norteños que indujeron el voto tricolor en favor del candidato presidencial Felipe Calderón. Los operadores fueron la entonces secretaria general del CEN del PRI, Elba Esther Gordillo Morales (después expulsada; hoy encarcelada) y el jefe nacional del PAN, Manuel Espino Barrientos.

Para cuando terminó el primer sexenio presidencial del PAN, era del dominio público que el gobierno había dilapidado la renta petrolera. Los hijos de Marta Sahagún de Fox aparecieron entre los beneficiarios.

En la siguiente página entra el capítulo de la Reforma Energética de Calderón (2008). Era el momento en que el remesón de la crisis financiera internacional golpeaba a México. El titular en turno de Hacienda, doctor Agustín Carstens -hoy gobernador dimitente del Banco de México- diagnosticó que los impactos en la economía mexicana no pasarían de un catarrito.

Conviene mantener en el guion al secretario de Hacienda. Abril-mayo: Algunos legisladores priistas estuvieron remolones con sus votos para aprobar la mentada reforma.

En una jugada de obviedad manifiesta, y siendo considerados jefes de las representaciones legislativas de los estados en el Congreso, los gobernadores reclamaron a Carstens el reparto de excedentes correspondientes al año anterior. El reparto era paritario entre los estados, fueran petroleros o no.

Teóricamente, los excedentes petroleros se distribuían en tres partes iguales: Subsidio para cubrir el déficit de las finanzas públicas (desde entonces); abono a servicios de la deuda pública (desde entonces) y reparto entre los estados a partes iguales.

Si mal no recordamos, entre los gobernadores priistas en activo en ese sexenio se encontraban: En Nuevo León, José Natividad González Parás; en Tamaulipas, Eugenio Hernández; en Sonora, Eduardo Bours Castelo; en Sinaloa, Jesús Aguilar Padilla; en Veracruz, Fidel Herrera Beltrán (hoy cónsul en Barcelona); en Hidalgo, Miguel Ángel Osorio Chong; Estado de México, Enrique Peña Nieto, etcétera.

En 2008 (sólo en ese año, previo de elecciones federales intermedias), el oscuro objeto del deseo eran 31 mil millones de pesos. Llevó la voz cantante de sus homólogos Herrera Beltrán, padrino de su sucesor en Veracruz, Javier Duarte de Ochoa.

Los legisladores opositores a la reforma (los del PAN estaban ya alineados) blandieron el petate del muerto: Auditoría a Pemex y a Hacienda para saber dónde quedó la bolota. Es obvio que hubo arreglo en lo oscurito: Se aprobó la Reforma Energética de Calderón.

Nunca se intentó acción legal contra los corruptos

Al concluir la segunda presidencia panista, ya se calculó en billones el saqueo a Pemex. La Auditoría Superior de la Federación de la Cámara de Diputados no encontraba estantes para sistematizar los cientos de documentos probatorios de desvíos e irregularidades en la gestión de la renta petrolera. Hasta el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) denunciaron el despilfarro de esos recursos monetarios.

No hubo intento alguno de ajustar cuentas con las administraciones precedentes. Y así llegó la contrarreforma petrolera.

Cotización por encima de 100 dólares barril

En el actual sexenio, la cotización de la mezcla mexicana llegó a alcanzar hasta más de 100 dolares por barril de crudo.

Ahora resulta que todo el cochinero financiero que tiene al erario federal colapsado y a México al borde de la revolución social, fue causado por el agotamiento del yacimiento Cantarell, según se dice, la desplumada gallina de los huevos de oro. Pobre gallina. Es cuanto.

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