Voces del Periodista Diario

Los que Educadores fueron

EL LECHO DE PROCUSTO Por: Abraham García Ibarra

Saber para prever, prever para actuar”, fue el lema que acuñó y siguió don Gabino Barreda al asumir como primer director de la Escuela Nacional Preparatoria, hace siglo y medio.

A tono con su época, Barreda fue un patriota mexicano que combatió contra la guerra injusta norteamericana de 1846. Así la calificó Abraham Lincoln. Fue Barreda prisionero en la batalla de Molino del Rey, hoy territorio de los tecnócratas que despachan en Los Pinos.

Restaurada la República y restablecido en la Ciudad de México, Benito Juárez escuchó emocionado la Oración Cívica que un 16 de septiembre pronunció Barreda.

Juárez, al restructurar su gobierno, había nombrado secretario de Justicia e Instrucción Pública a Antonio Martínez de Castro. De éste es la frase:

La principal y más poderosa rémora que detiene a nuestro país en el camino de su engrandecimiento, es la ignorancia; la falta de ilustración de nuestro pueblo es lo que lo convierte en pasivo e inconsciente instrumento de los intransigentes y parlanchines que lo explotan sin cesar, haciéndolo a la vez víctima y verdugo de si mismo”.

En esa convicción militó don Gabino Barreda, sabio versátil que dominó varias disciplinas regidas por la filosofía, la política y la medicina. No cualquiera.

Estamos hablando, con Martínez de Castro y Barreda de la primera gran Reforma Educativa de la República restaurada: Contra los intransigentes y los parlanchines.

Hombres idóneos para la función de Estado

Cuando los gobernantes revolucionarios y posrevolucionarios escogieron al secretario de Educación Pública, sabían lo que hacían. Álvaro Obregón puso los ojos en José Vasconcelos; Lázaro Cárdenas, en Narciso Bassols; Adolfo López Mateos en don Jaime Torres Bodet; Miguel de la Madrid, en don Jesús Reyes Heroles…

Enormes intelectuales, los cuatro, poseedores de una gran cultura universal -clásica y contemporánea-, conocedores como pocos de la Historia de México; activos, si los tuvo, de la política militante: Partidista, legislativa y administrativa. Hombres de pensamiento y acción. Hombres de Estado, en síntesis.

Hombres de Estado, cuya misión educativa tuvo en el artículo Tercero de la Constitución de 1917 imperativo, fuente de inspiración y praxis.

Mención especial merece don Jesús Reyes Heroles. Desde su condición de dirigente del Partido de la Revolución, previno veinte años antes el desastre que descargaría sobre los mexicanos la tecnocracia.

Como titular de Gobernación, diseñó una gran Reforma Política para reconciliar a las fuerzas políticas y sociales antagónicas: Lo que resiste, apoya, solía decir.

En la SEP, consolidó el modelo de educación nacionalista y, en sus relaciones con el magisterio, supo equilibrar autoridad y voluntad de convencimiento.

De cómo se anuncian los motines y las sublevaciones

El actual secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, antes de llegar al cargo de jefe de la Oficina de la Presidencia de la República, destacó en su currículum su condición de especialista… en mercadotecnia, que acreditó en la campaña presidencial de 2012.

Es cierto, según su hoja de vida académica, algo sabe Nuño Mayer de un periodo de la Revolución mexicana por su estrecha cercanía con un mentor de la Universidad de Oxford, Reino Unido, experto éste en historia de América Latina y en la de México desde su atalaya inglesa.

No sabemos a ciencia cierta si ese docente acercó a Nuño Mayer al conocimiento de la obra de Francis Bacon, ilustre pensador, político y canciller del reino, autor de una obra fascinante sobre la Utopía científica: La nueva Atlántida.

Ojalá, Nuño Mayer hubiera leído Ensayos sobre moral y política del citado filósofo. En uno de sus apartados, Bacon advierte:

Antes de que los motines y sediciones estallen en un Estado, son anunciados por ciertos rumores sordos y confusos, signos de descontento general, así como se anuncia la tempestad por el vago ruido del viento y el rugido de las olas.

Los libelos y los discursos licenciosos contra el Estado se multiplican y propagan rápidamente; las falsas noticias destinadas a vituperarlo se extienden por todos lados y son creídas sin dificultad. Tales son los presagios de los motines y las sublevaciones”.

Eso lo percibe un hombre de Estado que sabe para prever y prevé para actuar. En tiempos neoliberales, equivale a pedirle peras al olmo. Petición imposible de satisfacer. ¡Qué le vamos a hacer!

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