Voces del Periodista Diario

Osorio: “Mano firme, no dura”

EL LECHO DE PROCUSTO Por: Abraham García Ibarra

De uno de los más eficaces hombres de la Inteligencia política y militar de México, don Fernando Gutiérrez Barrios -quien llegó a ser secretario de Gobernación-, se decía que tenía un puño de acero envuelto en un paño de terciopelo. Una elocuente estampa plástica.

Entre los presidentes de la República a los que sirvió Gutiérrez Barrios, estuvo Gustavo Díaz Ordaz. En 1968, el mandatario ofreció a los activistas que clamaban “¡La juventud al poder!, su mano tendida. El 2 de octubre (no se olvida) la Plaza de las Tres Culturas de la Ciudad de México se tiñó de sangre.

Gutiérrez Barrios no sirvió a los fines del usurpador Carlos Salinas de Gortari. Por eso, pronto lo suplió con Jorge Carpizo. De ese sexenio, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano computó 600 asesinatos de militantes del ex Frente Democrático Nacional y del Partido de la Revolución Mexicana.

¡Cuidado! Hoy, el secretario de Gobernación de Enrique Peña Nieto, el presidenciable secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, dicta una especie de retruécano dirigido a los disidentes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE): “Mano firme, pero no dura”, según cabecean algunos diarios impresos. ¿No dura la mano firme, tendida o encogida?

La posición de Osorio Chong se anuncia cuando coinciden en la Ciudad de México movilizaciones de transportistas que en una de sus mantas demandaban respeto a la libre manifestación.

Desde las primeras horas de la mañana, al pie del Hemiciclo a Juárez, en la Alameda Central, los oradores pedían esperar el inicio del mitin hasta que llegaran “los compañeros transportistas procedentes de Michoacán, que están siendo reprimidos a la entrada de la ciudad por los federales apoyados por refuerzos enviados por el jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera Espinosa”. Otro presidenciable.

En el transcurso del día de hoy, 25 de mayo, con el Centro Histórico sitiado por batallones de granaderos de la Secretaría de Seguridad Pública de la CDMX, se reportaron escaramuzas en calles y avenidas adyacentes.

La atmósfera política en México presenta signos ominosos, desde que un tercer presidenciables, el secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, ha venido invocando toda la fuerza del Estado para obligar a los maestros de educación básica a presentar sus exámenes de evaluación y los incita a no dejarse manipular por la CNTE.  

En la crispada escena entra el nombre de un cuarto presidenciable: Andrés Manuel López Obrador. Los precandidatos priistas y ahora hasta el panista presidente del Senado, Roberto Gil, lo acusan de estar sonsacando a los activistas de la CNTE y hasta de estar detrás del movimiento tendiente al Congreso Politécnico Nacional.

“El que se mueve… no sale en la foto”

Hace unas semanas, el presidente de la República, Enrique Peña Nieto recomendó a los miembros de su gabinete, a no temer “salir en la foto”.

La expresión chocarrera alude a una advertencia del paisano de Peña Nieto, el difunto líder de la CTM, Fidel Velázquez Sánchez quien, para tratar de contener la estampida de la caballada, prevenía  a los candidatos presidenciales: “El que se mueve, no sale en la foto”.

Son, los anteriores signos, los que confirman el riesgo de quemar etapas, dando por adelantada la sucesión presidencial.

El riesgo mayor es que, en las circunstancias actuales -con las ambiciones sucesorias a galope- se rompa la unidad de mando que todo Presidente en turno requiere para controlar su relevo.

La ingobernabilidad desemboca en anarquía y, como decía el clásico, ese no es el mejor modo de dirigir un Estado.

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