Voces del Periodista Diario

¡Todavía “hay clases”, señores!

EL LECHO DE PROCUSTO Por: Abraham García Ibarra

Desde hace cuatro semanas, las cúpulas de hombres de negocios emplazaron al secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso, a  que, en atención al estado de postración en que se encuentran la economía nacional y las finanzas públicas, se proceda a disminuir el gasto corriente de la Federación; fuente de los onerosos ingresos de la burocracia.

En las próximas horas se sabrá si el en estos días vapuleado “ministro de finanzas del año” se hace eco del clamor empresarial. Está por presentar ante el Congreso de la Unión los Criterios de Política Económica 2017, cuyo centro de gravedad son los presupuestos de Ingresos y de Egresos.

Como las amas de casa saben, las escaleras se barren de arriba hacia abajo.

Se esperaría entonces que los nuevos ajustes para 2017 -ya dejó de hablarse del afamado presupuesto base cero– se aplicaran también, en tratándose de gasto corriente, a las partidas reservadas a la Presidencia de la República.

Sin dar por definitiva la cifra, es del dominio público que la servidumbre que administra la Oficina de Presidencia alcanza un mínimo de mil “servidores del Estado” entre mandos de estructura, de base y por contrato a pago de honorarios.

Algunos de esos funcionarios ganan más que los secretarios encargados de despacho.

De Cumbre en cumbre; de abismo en abismo

Por estos días se ha reunido en Hangzhou, China, la llamada Cumbre del G-20. Ahí se ha dicho que el futuro inmediato de la economía mundial no es, precisamente, color de rosa.

Alguna vez, el difunto bolivariano Hugo Chávez, a propósito de esos encuentros, dijo que, mientras los líderes andamos de cumbre en cumbre, nuestros pueblos andan de abismo en abismo.

El asunto es que en la sede china se ha visto a los meros tatas mandones del planeta. Unos, francamente preocupados por la suerte de la humanidad; otros, no tanto.

Las escenas chinescas nos dan pie para tratar una cuestión de no poca monta ($$$), ya que en ellas vimos a dignatarios de Europa y de América del Norte, más mortificados por los avatares de la economía mundial que por el infelizaje.

No puede ser de otra manera. El confeso populista Barack Obama, según reciente estudio internacional, tiene un ingreso anual de 400 mil dólares; moneda que, en el río revuelto, se ha venido “apreciando”.

El segundo presidente que más ingresos nominales recibe al año es Enrique Peña Nieto: 330 mil dólares. (A devaluados pesos: Poco más de siete millones 270 mil.).

Entre los dignatarios del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el primer ministro canadiense Justin Trudeau, tiene un ingreso de 260 mil dólares anualmente.

La poderosa alemana Angela Merker, 242 mil dólares. El japonés Shinzo Abe, 241 mil dólares; la primera ministra de Reino Unido, Theresa May, 186 mil dólares, y el ruso Vladimir Putin, 137 mil dólares; estos cuatro, entre 90 mil y 193 mil dólares por debajo de Peña Nieto.

Aun así, en México hay ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y comisionados o consejeros de órganos autónomos del Estado que se embuchacan una suma mayor que la que percibe el Presidente.

A ver qué dicen este fin de semana los paquetotes de los Criterios de Política Económica para 2017. Es cuanto.

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