Voces del Periodista Diario

2018: Crónica de un caos anunciado

Voces del Director

Desde Filomeno Mata 8

Por Mouris Salloum George (*)

Perdido todo sentido de racionalidad, lo que fatalmente tenía que suceder, está sucediendo: Cuando aún no se cierra el plazo ampliado para la recepción de solicitudes de registro de candidatos independientes a la presidencia de México, el número se aproxima ya a 40 postulantes.

¡Qué le vamos a hacer! Los legisladores federales pusieron al alcance de todos, la llave de La caja de Pandora. Lo dicho en estas primeras líneas es poco. Ya se anuncia en los estados una legión de candidaturas independientes a los escaños y curules del Congreso de la Unión.

Y, como pandemia, la peste acecha en la pugna por alcaldías y diputaciones locales en todo el país. Más de tres mil puestos de elección popular, simbolizan la pugna por el botín.

Y todavía falta que los partidos con registro oficial, tanto nacionales como estatales,  entren a la segunda ronda para hacer sus nominaciones al total de aquellas posiciones políticas. Es la crónica del caos anunciado.

A bordo de La nave de los locos

En estricto rigor, esa nave de los locos navega sobre un mal entendido Estado de Derecho. Ya lo dijo el clásico: El que hace la ley, hace la trampa. A estas alturas del partido, pocos podrían dudar para quiénes se han diseñado y a qué presas se pretende conducir a esas trampas.

Una cuestión vale subrayar en este tema: Por ley, también, los subsidios públicos reservados para las campañas electorales de los candidatos independientes, son limitados respecto de los autorizados para los partidos políticos y sus campañas.

Lo que sigue es, ¿de qué fuentes se proveerán esos aspirantes a candidatos para sufragar los costos que empiezan desde la recolección de firmas para validar sus registros oficiales?

Es donde entra una precaria y frágil previsión legal: La apelación al financiamiento privado y la falta de “control de daños” cuando, entre la urgencia de los aspirantes y la oportunidad de intereses bastardos, haga su aparición la mano negra del crimen organizado.

Es ese el mal mayor. Pero entre los males no necesariamente menores, está la actitud inmoral de aquellos sedicentes aspirantes que, sin expectativas objetivas en el proceso electoral, sólo se apuntan para pescar a río revuelto poniendo en subasta su declinación de última hora al mejor postor que, como dice el bolero, pague con brillantes/ tu pecado.

Que nos perdonen los lectores. Dejamos hasta aquí esas consideraciones. El vómito nos impide continuar. No pondremos en riesgo nuestra salud mental. Vale.

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