Voces del Periodista Diario

2018: La plebe no está invitada al banquete de los señores

EL LECHO DE PROCUSTO

ABRAHAM GARCÍA IBARRA

Si de por si es grotesco el espectáculo que se da en los cuartos de guerra de los partidos políticos con derecho a nominar candidato a la Presidencia de México y en el ambulantaje de los independientes en busca de firmas de apoyo, lo que ofrecen algunos francotiradores tras bambalinas es de risa loca.

“Casual”, “inesperadamente” dicen algunos crónicas, andando por la exclusiva colonia Polanco, se repente se vieron Margarita Zavala de Calderón, el doctor Miguel Ángel Mancera y el poblano ex gobernador Rafael Moreno Valle.

Seguramente, doña Margarita se dirigía a consulta con el dentista. El jefe de Gobierno de la Ciudad de México indagaba por aquel rumbo si había damnificados de los terremotos de septiembre y Moreno Valle recorría escaparates buscando ofertas del Buen fin.

“Hola… hola, qué bueno que te veo. ¿Qué tal si nos tomamos un café? ¡Órale! Así de “casual” fue el encuentro que, en unos pocos minutos, ya era asediado por más de una docena de reporteros.

Consejos a líderes que sí tienen responsabilidad

Moreno Valle fue explícito: El frente (Ciudadano por México) debe abrirse a todos los partidos y gente de a pie porque este gesto le daría legitimidad. Zavala acotó: Mi mundo ya no es el azul.

Mancera señaló que si el método de selección de candidato presidencial del Frente es democrático y transparente, se podrían sumar Margarita y algunos otros de los independientes. Me gustaría que participara la sociedad civil.

Al día siguiente, Mancera porfió: El proceso del Frente debe ser “democrático y abierto”, para que los ciudadanos puedan decir, “aquí hubo una competencia y alguien resultó ganador. La otra forma es cuando hay una caja negra y de ahí sale un nombre. Y no sabes qué fue lo que pasó adentro (de la caja).

¿Cómo puede un aspirante presidencial dar recetas a los partidos políticos, si es renuente a afiliarse a algunos de ellos, que avale sus pretensiones?

No se puede dictar métodos y estilos a un matador que se le juega en el centro de la arena, cuando se están viendo los toros desde la barrera sin exponer el traje de luces ni el pellejo.

Todo queda en el circuito cerrado de las nomenclaturas

Ocurren esos ensayos de ópera bufa cuando en el PAN no logran distenderse resistencia interna, el PRI opera para que sean doce, no más, los que den el fíat a las candidaturas que conocerán de una lista previa y rigurosamente palomeada por manos que no son las suyas, y el PRD es forzado a que, antes del 9 de diciembre, cambie la dirección nacional.

Nada, ningún signo se ve en el teatro de guerra electoral que anime a los ciudadanos a interesarse en 2018. Todo queda en el circuito cerrado de las nomenclaturas que, como cantaba Pedro Infante, tu pa’ bajo no sabes mirar.

La promesa democrática, a los ojos de los detentadores del poder, no es más que un espejismo. Los espejismos se desvanecen al primer asomo de la realidad.

Ya puede haber diez o veinte candidatos presidenciales en uno o tres meses. La plebe no está invitada al banquete de los señores. No importa, para eso están los 18 consejeros y magistrados electorales que, como decía Mallarmé, con su escasa presencia, subrayan la ausencia multitudinaria.  A eso le llaman democracia. Es cuanto.

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