Voces del Periodista Diario

El fraude de la COMIPEMS

Jorge-Santa-Cruz.-Foto-para-redes-sociales-150x150Las cosas, como son

Por Jorge Santa Cruz (*)

El sábado 5 de agosto, a las 22:00 horas, se consumó lo que parece ser otro fraude; éste, no político, ni económico, sido educativo y social.

Hablamos del que -a todas luces- cometió la Comisión Metropolitana de Instituciones Educativas de Educación Media Superior (COMIPEMS), que es la encargada de aplicar el Concurso de Asignación a la Educación Media Superior 2017.

Resulta que jóvenes no sólo con trayectorias académicas solventes, sino hasta de excelencia, fueron excluidos no sólo de las instituciones que pusieron como su primera opción (hablamos de las Preparatorias y los Colegios de Ciencias y Humanidades de la UNAM y de los Centros de Investigaciones Científicas y Tecnológicas, del Instituto Politécnico Nacional), sino de otras instancias que han venido a menos, como el Colegio de Bachilleres.

Hablamos de aspirantes que, además, se  prepararon desde meses con la ilusión de obtener un lugar -al menos en su segunda, tercera o cuarte opción- y que simplemente fueron hechos a un lado con el pretexto de que obtuvieron entre 29 y 33 aciertos.

La sospecha

Todo parece indicar que ante el cupo insuficiente en las prepas, los CCH y los Cecyt, a la COMIPEMS no se le ocurrió mejor manera que violar el legítimo derecho a la educación de decenas de jóvenes a los que, además de marginar, les provoca un daño emocional muy profundo.

La causa de este mal se encuentra en la oscura operación de la COMIPEMS, que deriva de la oscura operación de las instituciones del Estado mexicano. Al no tener una instancia independiente que la audite, la COMIPEMS puede hacer y deshacer a su antojo.

También, oscura operación del Poder Judicial, cuyos fallos están supeditados a la agenda supranacional de la Organización de Naciones Unidas. mismos que son obedecidos de manera sumisa, por el gobierno mexicano en sus tres órdenes: federal, estatal y municipal.

La COMIPEMS debería ser sometida, de inmediato, a una auditoría independiente, por el bien no sólo de los jóvenes que parecen ser víctimas inocentes, sino del futuro educativo y laboral del país.

En un segundo momento, las anomalías deberían de ser publicadas y sancionadas. Por aquí podría comenzar el saneamiento de la Nación. ¿No le parece?

(*) @JorgeSantaCruz1

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