Las cosas, como son
Por Jorge Santa Cruz
Sin duda, el ex director de Petróleos Mexicanos, Emilio Lozoya Austin, es moneda de cambio en el proceso de la sucesión presidencial.
Desde que llegó al gabinete del presidente Peña Nieto, como director de la hoy “empresa productiva del Estado”, tuvo el rechazo del entonces secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray Caso, quien se tardó cuatro años en sacarlo de la jugada. Y es que Lozoya es un alfil del ex presidente Carlos Salinas de Gortari.
Choque de poderes
Videgaray es, en México, el poder tras el trono, mismo que consolidó con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. Como tiene a Trump detrás, se da el lujo de enfrentar al ex presidente Salinas.
El ex mandatario mexicano, sin embargo, tiene poderosos aliados en Estados Unidos, como los Bush, los Clinton, los Obama y demás.
El petróleo es ambicionado tanto por la facción de Trump, cuanto por los neoconservadores (republicanos y demócratas). Por ello, unos y otras han metido las manos en Brasil, Venezuela y México.
En el caso de nuestro país, Emilio Lozoya Austin es la figura vulnerable. Si se comprueba que fue sobornado por la constructora brasileña Odebrecht, habrá dos ganadores.
En México, será el grupo de Videgaray, que quiere imponer al actual secretario de Hacienda, José Antonio Meade Kuribreña, como próximo Presidente de la República.
En Estados Unidos, el grupo que apoya al presidente Donald Trump, quien tendría carta blanca con Videgaray y Meade, para continuar con el proyecto de seguridad energética del actual inquilino de la Casa Blanca.
Si Lozoya Austin librara la acusación de soborno en su contra, Videgaray y Compañía recibirían un fuerte revés en sus aspiraciones presidenciales en beneficio, sin embargo, de la camarilla encabezada por Carlos Salinas de Gortari.
Lo único seguro es que pase lo que pase, la victoria de Videgaray o la de Salinas de Gortari, sería tan lesiva para México como lo ha sido la dictadura neoliberal impuesta al país en 1982.
Una última anotación
Videgaray ha sido un títere de Washington, en su estrategia contra Venezuela. Si logra mantener el control del poder en México, lo más probable es que permita que se haga aquí lo mismo que en la nación sudamericana.