Voces del Periodista Diario

El círculo infernal de la democracia mexicana

EL LECHO DE PROCUSTO Por: Abraham García Ibarra

Va una piedra rumbo a los frágiles tejados de la partidocracia mexicana:

“Las corrientes democráticas de la historia se parecen a olas sucesivas. Siempre rompen en la misma costa. Siempre se renuevan.

“Cuando las democracias han alcanzado cierto grado de desarrollo experimentan una transformación gradual, y adoptan el espíritu aristocrático, y en muchos casos las formas aristocráticas, contra las cuales habían luchado antes con tanta fiereza.

Surgen entonces nuevos acusadores para denunciar a los traidores; después de una era de gloriosos combates y de un poder sin gloria, acaban por fusionarse con la vieja clase dominante.

“Después de lo cual, otra vez y en su turno, son atacados por oponentes recientes que invocan el nombre de la democracia. Es probable que este juego cruel continúe eternamente…”.

Ha corrido mucha sangre y mugre bajo los puentes de México desde que Roberto Michels, en Partidos políticos, hizo la película  de ese espectáculo, que describió alentador y deprimente a la vez.

El PRI y el Golpe de Estado técnico de 1988

Primera aplicación: Mañana, lo que queda del PRI, “festeja” el 88 aniversario de la fundación del Partido Nacional Revolucionario, conocido en su momento y en sus mudanzas como el Partido de la Revolución.

Hace 29 años, el PRI recibió la primera llamada de la democracia, a la que respondió con lo que el constitucionalista michoacano y flamante diputado del PRI a la LIV Legislatura federal, don Antonio Martínez Báez, codificó como Golpe de Estado técnico. Otros le llaman usurpación del poder presidencial.

A esa perversa operación tuvo que recurrir el PRI después del sacudimiento electoral en la sucesión presidencial del 6 de julio de 1988, en cuya noche, según Miguel de la Madrid, la oligarquía priista pasó por un terremoto político.

Manuel Camacho Solís (+), entonces en el secretariado nacional del PRI, no tuvo reparo para diagnosticar que en aquella campaña, el hasta entonces “partido casi único” sufrió el voto de castigo popular por las despiadadas políticas económicas que en el sexenio de De la Madrid se asestaron a los mexicanos.

Al PRI volveremos en próxima entrega, porque la narrativa de ésta se vincula precisamente a las notas trascritas de Roberto Michels.

El profundo estrés que en 1988 atacó al PRI fue desencadenado, en una primera etapa, por la ruptura interna que encabezaron los militantes de la Corriente Democratizadora, que un año antes exigían cambiar las reglas de selección de candidato presidencial.

La deserción masiva de conspicuos cuadros tricolores fue el detonante que animó a varios partidos, la mayoría de vocación de izquierda, a convocar a la constitución del Frente Democrático Nacional (FDN), que le puso el cascabel al gato nominando candidato presidencial al ex gobernador priista de Michoacán, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, contra la candidatura oficial de Carlos Salinas de Gortari.

La obcecación de Cárdenas por tener su propio partido

De aquella estremecedora experiencia electoral, avezados combatientes político-partidistas propusieron aprovechar la dinámica frentista de 1988 para las luchas electorales por venir.

Cárdenas Solórzano no entendió el mensaje: Su obstinó en construir su propio partido, a cuya formación llamó el 21 de octubre de 1988. Desde la promisoria congregación en el hotel Vasco de Quiroga, este reportero recogió una filtración: Desaparecería el Partido Mexicano Socialista (PMS), catalizador entonces de los residuos comunistas mexicanos. Tal como sucedió.

Contra el régimen caduco del privilegio y la injusticia, el partido de Estado y el corporativismo, levantaremos una nación de hombres y mujeres libres e iguales ante la ley y ante la vida, una patria democrática y solidaria, un México para los mexicanos todos”.

Una extrapolación arbitraria: “Los embates del exterior no lo va resistir un país puesto de rodillas, doblegado y sometido por los gobernantes del neoliberalismo entreguista y excluyente”.

El primer párrafo entrecomillado, lo retomamos del mensaje que a los mexicanos dirigió Cárdenas Solórzano el 21 de octubre de 1988. El segundo párrafo en negritas, lo entresacamos de otro discurso del propio Cárdenas Solórzano, en víspera del Centenario de la Constitución de 1917, hace un mes.

Democracia ya, Patria para todos

En 1988, la convocatoria de Cárdenas Solórzano culminó meses después con la fundación del Partido de la Revolución Democrática (PRD). Lema de aquellos días era Democracia ya, Patria para todos. Del segundo texto de febrero pasado rescatamos la divisa: México hoy, un nuevo proyecto político en los prolegómenos de la sucesión presidencial de 2018.

¿Qué fue de aquella iniciativa para construir una nación de hombres y mujeres libres e iguales ante la ley y la vida?

Ocurrió lo siguiente: El autor de esa excitativa, reconocido un largo tiempo como líder moral del PRD, fue echado del partido por los caballos de Troya a los que el tres veces candidato presidencial, les dio acogida.

La solitaria e indefensa Alejandra Barrales

En el acto de febrero pasado al que hicimos alusión, participó en solitario la actual presidenta del PRD, Alejandra Barrales. Un gesto aparentemente anticlimático, cuando es del dominio público que la ameritada e indefensa luchadora social y política está sometida al fuego “amigo” de las tribus que se han apoderado de la franquicia para exponerla al servicio del mejor postor.

La manifestación de canibalismo amarillo se da en estas horas y sucede en el interior de la antropófoga tribu dominante, la de Nueva Izquierda, cuya patente disputan ferozmente los gobernadores del estado de Morelos, Graco Ramírez, y el de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo, aspirantes a la candidatura presidencial para 2018.

Causas de la repulsa popular al PRD

Si bien la denuncia apareció larvada desde las elecciones generales de 2012, entre 2015 y 2016  se dio en un documento de unas de las corrientes internas: En el ejercicio del poder, el PRD tiró por la borda postulados ideológicos y programáticos que le dieron identidad y compromiso, para ser confundido con el PRI y el PAN.

La acusación no carece de argumento: El PRD se enfangó, con el PRI y el PAN, en el fáctico Pacto por México.

 ¿Cómo no entender la  repulsa popular en la hora de las urnas?

Con cierta mofa, hace medio siglo un acreditado hombre de izquierda, Vicente Lombardo Toledano, quien proponía la vía mexicana hacia el socialismo, aseguraba que en México existían más comunistas fuera que en el interior del Partido Comunista Mexicano (PCM).

La figura caracteriza la más reciente década del PRD: Las purgas y las deserciones en el PRD están a la orden del día. El partido al que Cárdenas Solórzano confió su credibilidad y prestigio quedó a remolque de aquellas formaciones que pagan con el desprecio su descarado arrimo, como ocurre actualmente en el Estado de México, donde se opera el laboratorio de la sucesión presidencial de 2018.

Una misión imposible

Ahora mismo, las tribus conspiran para desembarazarse de Alejandra Barrales, la cuarta dirigente nacional en lo que va del sexenio, quien aceptó el encargo no obstante haber sido maliciosamente acotada desde su designación.

El combate entre traidores, como lo describió Roberto Michels, culmina en la fusión de la generación de triunfadores con la vieja clase dominante, después de lo cual y en su turno, aparecen nuevos oponentes emboscados tras el nombre de la democracia.

Sin “circulación de las élites”, sin sangre nueva en la lucha de los contrarios, ¿cómo esperar que cambie el orden de las cosas políticas? Misión imposible. Es cuanto.

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